Tópicos del concreto autocompactante
El concreto autocompactante está presente en el panorama europeo de la construcción desde hace aproximadamente diez años. En algunos casos específicos –como el concreto colado bajo el agua– éste era colado sin vibrado.
En la actualidad, la mayor parte del sector de la industria
del concreto coincide en que la utilización del concreto sin compactación
se desarrolló en primer lugar en Japón, a pesar de que los
productores de concreto italianos ya habían desarrollado un concepto
similar en los años setentas: el llamado concreto “reoplástico”.
Posteriormente, la actividad de un comité del RILEM para la trabajabilidad
de concretos especiales, y el interés mostrado en Suecia y Gran Bretaña
–Escocia– dieron como resultado el primer intento coordinado
para una colaboración con fines de investigación a nivel europeo.
Este proyecto refinanciado por la Comisión Europea dentro del marco
del programa BRITE-EURAM lleva por título "Producción
racional y mejoramiento del medio ambiente a través de la utilización
de concreto autocompactante". El proyecto de investigación fue
coordinado por la empresa de construcción sueca NCC. En éste,
también participaron ocho socios más de cinco países:
una empresa de construcción, un productor de concreto premezclado,
dos universidades, dos proveedores –para aditivos y fibras de acero–
y dos institutos de investigación nacionales.
En el
diseño de concretos autocompactantes es imprescindible emplear un
aditivo superplastificante de tercera generación capaz de dispersar
las partículas de cemento con mayor eficacia que los tradicionales,
ya que el contenido de finos de ese concreto es mucho mayor que en los concretos
convencionales, además de ser necesaria una mayor fluidez para colocarse
y compactarse sin medios externos.
Si analizamos la evolución tecnológica del concreto, podemos
afirmar que en el futuro se ejecutarán obras con concretos que contarán
con otras propiedades de los considerados “concretos especiales”:
concreto reforzado con fibras, concreto pesado, concretos de alta resistencia
y los concretos con elevada resistencia a los ácidos.
Concreto con fibras
Las directrices europeas para el concreto autocompactante dicen que se pueden
usar tanto las fibras metálicas como las poliméricas para
la fabricación del concreto autocompactante, pero reducen las características
de la fluidez y la capacidad de fluir. Para establecer el tipo de fibra,
la longitud y la cantidad óptimas, son necesarios ensayos previos
para darle las propiedades requeridas tanto en estado fresco como endurecido.
Cabe decir que existen actualmente diferentes tipos de fibras que se añaden
al concreto de manera habitual, entre las que destacan: fibras metálicas
–galvanizadas o sin galvanizar; con diferentes formas, etc.–,
fibras poliméricas –polipropileno, polietileno, poliéster,
etc.–, fibras de vidrio y fibras de celulosa.
El concreto autocompactante reforzado con fibras
metálicas
Se puede definir como aquel concreto que no necesita de ningún
medio externo para su colocación y compactación. Se emplea
en la fabricación de elementos de cimentación de edificios,
losas, elementos prefabricados y en general aquellos elementos de concreto
donde se pretende sustituir la armadura por las fibras metálicas
con una finalidad estructural.
Las fibras metálicas se clasifican en trefiladas, cortadas en láminas,
extraídas en caliente –virutas de acero– o fibras de
acero fundidas. La forma, que tiene una incidencia importante en las características
adherentes de la fibra con el concreto, puede ser variada: recta, ondulada,
corrugada, conformada de distintas formas en extremos, etc. Son varios los
aspectos que se deben tener en cuenta en el diseño de concreto autocompactante
con fibras metálicas: la consistencia y la resistencia mecánica
requerida, la resistencia a la segregación y el espesor del elemento
a colar. La cantidad de fibra añadida depende de las propiedades
finales requeridas, pero suele oscilar entre los 30 y los 60 kg/m3. El punto
de partida es un diseño de concreto autocompactante con alta fluidez,
es decir, de más de 70 cm en ensayo de revenimiento.
Cabe decir que la adición de fibra metálica conlleva un efecto
de pérdida de consistencia directamente proporcional a la cantidad
añadida. Otro parámetro que influye sobre la reología
del concreto es el factor de fibra, que relaciona longitud y diámetro
con el volumen total de la fibra. En función de dicho factor de fibra
se deberá actuar sobre la formulación de concreto autocompactante
ya que tendrá una influencia directa sobre la fluidez y la capacidad
de autocompactación del concreto.
Concreto
con fibras plásticas
Las fibras plásticas están formadas por un material
polimérico (polipropileno, polietileno de alta densidad, aramida,
alcohol de polivinilo, acrílico, nylon, poliéster) extrudido
y posteriormente cortado. Las macrofibras pueden colaborar estructuralmente,
siendo su longitud variable (desde 20 a 60 mm), que debe guardar relación
con el tamaño máximo del agregado, es decir, una relación
de longitud 3:1 fibra; y tamaño máximo del agregado. Dentro
de las realizaciones con este tipo de concreto cabe destacar la producción
regular de paneles prefabricados realizados con concreto autocompactante
reforzado con fibras sintéticas en Mozzo Prefabricados (Italia).
Se trata de un concreto fabricado con 4 kg/m3 de macrofibras
sintéticas reemplazando malla de 5x20x20 cm. En este caso se optimiza
la producción industrial al eliminar el proceso de colocación
de malla. En cuanto a la función de refuerzo estructural que proporcionan
las fibras, hay que tener en cuenta el tipo de solicitación que sufrirá
el elemento en cuestión. Las fibras estructurales incrementan sensiblemente
la resistencia a la flexión, al impacto y la tenacidad del concreto.
Además, el empleo de microfibras tanto sintéticas como naturales,
aporta al concreto propiedades adicionales y mejora otras, como la protección
frente al fuego, resistencia a la fisuración por contracción
en las primeras horas después del colado, etc.
Dentro de las fibras de polipropileno, las monofilamentadas
son las que a priori, permiten la fabricación de concreto autocompactante,
ya que actúan como elementos aislados dentro de la masa, al contrario
de las fibras multifilamentadas. En cualquier caso, se observa una reducción
de la capacidad de fluir, además de un aumento del tiempo en el ensayo
de Embudo V (revenimiento). Las primeras tienen longitudes comprendidas
entre los 6 y los 18 mm y se usan básicamente para disminuir la fisuración
y contracción plástica.
También se emplean para aumentar la resistencia al fuego. La dosificación
habitual es de 600 g/m3 para evitar la fisuración y 2
kg/m3 para la protección frente al fuego, evitando los
fenómenos de “astillamiento”. Sin embargo, su uso requiere
verificar previamente que no afecte la autocompactibilidad y la bombeabilidad
del concreto.
Concreto de alta resistencia
Aumentar la resistencia mecánica es siempre uno de los objetivos
más ambiciosos en la tecnología del concreto. Podemos hablar
del concreto autocompactante de alta resistencia cuando estos valores se
encuentran entre los 60 y 100 N/mm2. Por el propio diseño del concreto
autocompactante, es relativamente sencillo alcanzar resistencias a compresión
de más de 50 MPa, aunque a partir de las 70 MPa comienza a ser necesario
el empleo de adiciones de humo de sílice. En concretos de mayores
resistencias es necesario un estudio más exhaustivo del concreto,
ya que parámetros tales como la viscosidad y el tiempo de trabajabilidad
se ven más comprometidos.
En el diseño del concreto autocompactante de altas resistencias se
debe trabajar con los agregados de las máximas resistencias posibles
de que se disponga, además de reducir la relación agua/cemento
a valores comprendidos entre 0.28 y 0.38. La adición de humo de sílice
en las cantidades máximas fijadas por la EHE-08 (Norma española)
mejora considerablemente las resistencias mecánicas y mejora la durabilidad
de los concretos.
Conviene mencionar que existen también concretos de ultra alta resistencia
que se definen como aquellos concretos con propiedades autcompactantes de
valores cercanos a 150 MPa. En estos concretos, la relación a/c suele
estar por debajo de 0.28.
Concreto arquitectónico
Las constructoras que buscan nuevas soluciones que les faciliten el trabajo
recurren siempre al concreto autocompactante cuando hay grandes probabilidades
de conseguir los mismos resultados que con el concreto convencional en términos
de calidad de superficie. En los últimos años se ha podido
constatar un creciente interés de los fabricantes de concreto premezclado,
los productores de aditivos y de los distribuidores de Polonia, tanto para
el concreto arquitectónico autocompactante como por el propio concreto
autocompactante.
Sin embargo, la carencia de normas adecuadas, así como los elevados
costos de los materiales junto con el escaso gasto salarial que caracterizaban
al sector suponían un obstáculo para que realmente despegase
la utilización de estos productos. No obstante, como consecuencia
de los incrementos salariales que experimentó la industria de la
construcción el pasado año, la incorporación de normas
europeas aplicables al uso del concreto autocompactante así como
la creciente demanda de concreto arquitectónico, auguran que en Polonia
se producirá un aumento significativo de producción tanto
de concreto autocompactante como de concreto arquitectónico.
Concreto
ultra resistente
Es un concreto de textura especialmente compacta con una granulometría
máxima de <1 mm. En función del empleo de agregados muy
finos así como la adición de microsílice, este concreto
alcanza una resistencia a la compresión de más de 150 N/mm2.
Otra característica del concreto ultra resistente es la baja relación
agua/cementante. Para alcanzar valores <0.2 y a la vez asegurar una buena
capacidad de procesamiento, se deben adicionar fluidificantes de altas prestaciones.
Sin embargo, los concretos ultra resistentes sin refuerzo, como lo demostraron
los ensayos, presentan una falla de fragilidad súbita y una baja
resistencia a la tensión con relación a la resistencia a la
compresión. Para alcanzar una suficiente ductilidad, se requiere
adicionar fibras de acero, eventualmente también en combinación
con fibras de polipropileno. Para garantizar una suficiente homogenización
del material, se requieren procedimientos de mezcla controlables y ante
todo, reproducible; el mismo material de construcción puede presentar
diferentes propiedades según el modo de producción. Por esta
razón es importante unificar el proceso de fabricación. c
Hemerografía:
De la Fuente, Ignacio, "Hormigón autocompactante: Nuevos retos
en diseño y prestaciones" (Chryso Aditivos), en Cemento Hormigón,
922, 2008.
Gibbs, John, "Hormigón autocompactante: desde la investigación
hasta la norma europea", (ERMCO), en PHI Internacional, 4, 1, 2008.
Kumar Metha, P., "Global concrete industry sustentability", en
Concrete International, febrero de 2009.
Kuniczuk, Krzystof, "La utilización del hormigón arquitectónico
autocompactante en Polonia"(CEMEX Polonia), en PHI Internacional, 1,
1, 2009.
Kratz, Mirella; Mechtcherine, Viktor, "Aditivos y adiciones en la moderna
tecnología del hormigón" (Institut für Baustoffe,
TU Dresden), en PHI Internacional, 6, 1, 2008.
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