Punto de fuga
RECORDANDO
UNA PIEZA EN CONCRETO
Para la primera mitad del siglo XX, en países europeos como España, el concreto (allá conocido como hormigón) se mostraba como un material novedoso y que generaba confianza. Su capacidad estructural estaba demostrada en obras verdaderamente monumentales ya que hacía ver que no sólo se podían generar obras plenamente estéticas, sino que podía ser utilizado, por ejemplo, en edificios públicos.
Algunos importantes maestros de esos años fueron Eduardo Torroja, Pier Luigi Nervi y Eugenio Freyssinet; ellos abrieron, sin duda alguna, nuevos caminos en la construcción mundial. Cabe decir que la aportación profesional que dejaron estas personalidades, va más allá del manejo de concreto armado pues no sólo introdujeron el material sino que desarrollaron novedosas tipologías formales que mejoraron el comportamiento.
En el caso de Eduardo Torroja, destaca por haber apostado a la utilización de estructuras laminares de bajo espesor. Hoy, la obra de este gran maestro español –cuyo gran ejemplo bien pueden ser las tribunas para el Hipódromo de La Zarzuela, en Madrid– demuestra una inventiva sobria, silenciosa y extremadamente elegante. Al ver uno una fotografía de la pieza en cuestión, entiende cómo fue que uno de sus alumnos, el gran Félix Candela, gustó también de las cubiertas laminares delgadas. Sin duda alguna, después de más de 80 años de haber sido proyectada y construida, estas tribunas resultan importante referente para los ingenieros de épocas posteriores.
Autor: Gabriela celis navarro
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