Quién y Dónde
Un perfil
poco común
El doctor en Arquitectura Josep María Montaner visitó hace unos meses México para presentar su nuevo trabajo editorial: Arquitectura y Política. Ensayos para mundos alternativos.
Docente, crítico, investigador y arquitecto proyectista; una de las voces más respetadas a nivel internacional al hablar del urbanismo y de temas específicos como la vivienda y el servicio social que representa la arquitectura. Actor en múltiples campos de una profesión que exige mucho más que construir metros cuadrados, así es Josep María Montaner (Barcelona, 1954).
Catedrático de la Escuela de Arquitectura de Barcelona y autor de por lo menos 35 libros sobre arquitectura, estudió en los años setenta, dudando sobre su elección entre esta carrera y la de filosofía; finalmente optó por la primera dada la dimensión urbana y social que posee. Posteriormente, inició estudios de historia moderna y antropología, los cuales abandonó a la mitad del programa para dedicarse a su tesis doctoral. Afirma en entrevista a CyT que en tres períodos ha trabajado como arquitecto práctico, aunque nunca ha dejado de serlo y los ubica con claridad: “Finalizados mis estudios desde 1977 hasta 1981 con los compa-ñeros de estudio Pere Solà, Joan Boronat y Carmelo Bentué. Volví a proyectar entre 1987 –año en que volví de una estancia en la Acade-mia Española en Roma– y 1998, haciendo proyectos y exposiciones esporádicamente o colaborando en algunos proyectos con Carlos Ferrater; desde 1999, trabajando con la arquitecta Zaida Muxí en diversos proyectos de exposiciones y viviendas”.
Es muy claro cuando habla, lo dice con sencillez y precisión: “este perfil de hacer muchas cosas y tener presencia en muchos campos dentro de una profesión tiene un precio a pagar, en este caso es que siempre una de las actividades acaba dominando a las otras”. Sin embargo, es certero cuando afirma que para él nada es mejor que entender la complejidad de la arquitectura a través de sus diferentes manifestaciones porque sólo de esa forma se enriquece la visión crítica que la profesión demanda y que a él lo apasiona. La batalla –lo sabe– es contra el tiempo: su trabajo ligado en mayor parte a la cuestión teórica le hace reducir los periodos que puede dedicarle a un concurso o a una construcción y cuando lo logra sabe que debe hacerlo sólo como colaborador, no es posible gestionar el proyecto en su totalidad.
Nuevas exigencias
Caminando hacia el futuro enfatiza que estamos en un momento clave a nivel político y económico en el que se observarán nuevas formas de organización en las ciudades y la vida misma. “Yo creo que estamos en una época muy importante de cambio y esto traerá nuevas exigencias para los arquitectos en formación. Me preocupa por lo tanto, saber que los planes de estudio están bastante anticuados y considero que realmente falta actualizarlos para generar otros que sean acordes a la sociedad, las nuevas herramientas, la tecnología, así como incluir áreas de conocimiento como la psicología, sociología o la percepción; es decir temas más humanos que actualmente no son tomados en cuenta. En este futuro próximo que veo, el arquitecto debe ser el creador del ambiente donde viven los seres humanos y para ello deben de impartirse conocimientos que en este momento no se dan en ningún plan de estudios desafortunadamente”.
Para Josep María Montaner, autor de la Villa Olímpica de Barcelona 92 y codirector del Máster Laboratorio de la Vivienda del Siglo XXI, de la Universitat Politècnica de Catalunya, la creciente presencia de barrios dispersos que sólo se conectan a través del automóvil es una señal evidente de que se necesita un verdadero cambio de vida con ciudades más densas, en las cuales el uso de la tecnología tendrá un papel dominante: “Por un lado deberá de llegar a todos y por otro, será empleada de forma más responsable, cuidando siempre el medio ambiente. Se avecina un cambio de modelo que aún no se está produciendo y que lleva un retraso importante en el campo de arquitectura, el urbanismo y la tecnología”.
La importancia del cambio que señala es que exigirá nuevos códigos, nuevas enseñanzas y nuevas formas de actuar o de intervenir las ciudades, considerando que son ellas la manifestación más autentica en contra de la globalización. Entonces a nivel académico, a nivel institucional o profesional tendrá que haber un cambio radical aunque paulatino, a pesar de que éste no se esté efectuando en nuestros días. Para comprender mejor el concepto, el especialista nos pone un ejemplo que condensa parte de su argumento. “Si comparamos La Habana con Estocolmo pensaríamos, a simple vista, que ésta última está mucho mejor que la primera por la infraestructura que posee; sin embargo, basta analizar que en muchas ocasiones esta infraestructura ha dañado la vida de la ciudad de una forma que es inimaginable; entonces si analizamos la posibilidad de intervenir en la primera nos daríamos cuenta que es más viable y mucho mejor para sus habitantes que lo que pensaríamos superficialmente. Por ello, la idea que concibo es la de hacer ciudad basada en la tecnología y necesidades específicas y no en soluciones generalizadas. Lo vemos con la Ciudad de México, el gran reto a resolver son los problemas de tráfico y el tiempo que los habitantes invierten en el transporte, así como hacerla mucho más segura, limpia, densa y evitar que siga creciendo sin límites de forma horizontal, algo que según veo ya está siendo erradicado con estrategias diversas”.
Ante la pregunta expresa de si las ciudades están más politizadas que otras y la relevancia de este interés en la calidad de vida de sus ciudadanos nos responde que es evidente que se manifiesta un cierto cambio político, una mayor conciencia social pero no en todas las ciudades. “Los nuevos medios han permitido que se transformen radicalmente los territorios como es el caso de Medellín o Bogotá en Colombia. Hay ciudades que son más apáticas y otras mucho más activas en lo político. Lo importante es ver cómo muchas de las que se han trasformado vienen de aprender de una crisis seria. Las ciudades se presentan entonces, como el mejor contexto para que las intensiones políticas se apliquen y los ciudadanos las exijan”, señala el experto.
El nuevo libro
Se trata de una serie de escritos bien fundamentados y realizados en colaboración con Zaida Muxí, indispensable en cualquier biblioteca seria aunque no sea especializada. “Comenzamos en 2006. En 2007 tuve un año sabático y lo dediqué a viajar a México, Estados Unidos, Brasil y Argentina; para pensar, visitar bibliotecas y hablar con expertos. Logramos terminarlo en 2010, con la gran dificultad de tratar de hacer un volumen que no fuera demasiado largo y que se mantuviera vigente a pesar de las novedades y sucesos históricos ocurridos en ese periodo”. Lo es, y apoyado en la filosofía y la antropología más que en la teoría de la arquitectura o el urbanismo, este volumen se ha convertido en uno de los referentes básicos ya que hace buen uso de diferentes bases bibliográficas que, al no ser escritas por arquitectos logra con mayor eficacia acercarse al fenómeno de la ciudad contemporánea y su entendimiento.
El volumen que se ha presentado en México –editado por la editorial Gustavo Gili (GG)– advierte bien en el prólogo, es uno de esos libros peligrosos que promueven el pensamiento antes que la adquisición de conocimiento fácil y sin compromiso. Causa adicción y sobre todo promueve la reflexión y el análisis. Ensayos cortos que dicen mucho como lo expresaba Mies Van Der Rohe: Menos es más.
Josep María Montaner nos deja ver parte de sus interés actuales: “Me preocupa mucho la respuesta que puedo ofrecer al tema de la vivienda colectiva porque hay nuevas necesidades qué resolver y una diversidad social muy amplia del tema. Me interesan, los métodos de proyecto con diagramas o con encuestas que hagan participes de forma directa a los usuarios, y la tecnología cuando se aplica de una forma operativa y no impositiva. Yo creo que necesitamos verla como algo que aporta calidad de vida, que sirve para hacer puentes, prefabricados, acueductos, etc. Ese buen uso de los medios técnicos me interesa porque hay un reto al plantearla como una herramienta al servicio de todos”.
Ligando este último tema al concreto nos indica que para él es uno de los materiales más importantes en sus obras por sus enormes y evidentes cualidades técnicas y estéticas. “Nos gusta este material y hemos estudiado las teorías del feng shui o la vida sana y creemos en la diversidad de materiales, es decir una combinación inteligente que puede realizarse. Por ello, creo que el futuro del concreto está en saberse relacionar con los otros materiales porque para mí un edificio sano, un edificio atractivo debe de tener muchos materiales. Yo creo que un edificio que sólo sea de concreto o sólo sea metálico, le hacen faltas cualidades, tiene que haber los cuatro elementos, como en el feng shui”.
Texto y fotos: Gregorio B. Mendoza
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