La vibración de la luz
En la bella provincia de Jaén, en España, han sido levantadas unas viviendas que atraen hacia la consolidación de una zona conurbada dentro del citadino tejido, y nos muestran la forma de expresión del talento español.
De esta obra su autor, el arquitecto Santiago Quesada, la describe: "A la entrada del pequeño núcleo urbano de Fuerte del Rey –municipio andaluz perteneciente a la provincia de Jaén– se sitúa este conjunto de doce viviendas en una zona nueva de ensanche que no posee la escala tradicional y compacta del tejido urbano consolidado, sino que, por el contrario, presenta abundantes vacíos y espacios sin uso definido. La alineación de las construcciones existentes no configura una calle corredor sino que tiende a fragmentarse y dividirse, con lo que las nuevas edificaciones toman más sentido en relación al paisaje, ya sea inmediato o lejano, que con el contexto urbano". En este entorno, se ubica una parcela de proporciones aproximadamente cuadradas, donde partiendo de un programa de necesidades y con recursos limitados, el despacho comandado por el arquitecto Santiago Quesada ha afrontado este proyecto con el objetivo de crear las mejores condiciones de vida para sus habitantes.
Como alternativa a la cuadra cerrada con patio se plantean dos bloques independientes y enfrentados que se adosan cada uno de ellos a una medianera diferente. De esa forma, señala, "entre ambos volúmenes y los límites del solar, se crean una serie de espacios y patios que permiten dotar a todas las casas de soleamiento y ventilación adecuados; con ello se obtiene la máxima eficiencia energética al tiempo que se construye una arquitectura sostenible y bioclimática donde, además, es posible desarrollar de manera natural una vida comunitaria, lo que aporta un valor añadido al habitar en estas viviendas sociales. Por su parte, el bloque exterior crea un plano de fachada tersa y continua, que define la alineación de la edificación dentro del escaso tejido urbano existente en la zona. El edificio se apoya en la medianera izquierda dejando libre la derecha para crear el acceso principal a la promoción. La esquina esculpe el bloque compacto de ladrillo para provocar un ensanchamiento en el acceso y conducir de manera natural al interior del residencial".
Distribución
"En el primer edificio se distribuyen seis viviendas de tres dormitorios
y en el edificio trasero se ubican otras seis: cuatro casas de dos habitaciones
junto con un par de cuatro alcobas. Para adaptarse a la topografía,
ambos bloques están contrapeados media planta en altura y enlazados
entre sí por una pasarela-puente-escalera que produce una división
del patio interior en varios espacios: un primer compás de entrada,
muy abierto y de geometría cuadrada, que actúa como zaguán
o vestíbulo. Tras él y delimitándolo, aparece el núcleo
de escalera-pasarela con una celosía de madera que filtra y matiza
los rayos de sol creando en la misma un ambiente particular. El volumen
de las escaleras define un espacio a modo de diafragma que, una vez atravesado,
da paso a un patio rectangular de mayores dimensiones y que, elevado sobre
el primero, sirve de estancia para uso y disfrute colectivo (y para que
jueguen los niños). A partir de aquí surgen las escaleras
y las galerías de distribución que forman una especie de arteria
interior, prolongación del espacio público, que recorre todas
las plantas del edificio conectando directamente la calle con el zaguán
de entrada de cada una de las viviendas. La calle, el puente, el camino…
llegan hasta la última casa del edificio. Los corredores no son un
mero distribuidor o pasillos oscuros sino nuevos elementos de apropiación
del espacio colectivo, una ampliación de las casas donde poder habitar.
Las galerías van recorriendo diferentes espacios: zaguanes, terrazas,
balcones…, hasta llegar a la azotea superior, lugar donde se tiende
la ropa o se hacen fiestas comunitarias en las calurosas noches de estío.
Habitaciones sin techo, espacios ambiguos donde se establecen relaciones
entre personas de edad y cultura diferentes. Sitios donde beneficiarse de
la brisa de la tarde, salir en las noches sofocantes y desde los cuales
poder aprehender el paisaje al que pertenece este edificio", afirma.
En anteriores
proyectos, recordando a Goethe, señala el arquitecto Santiago Quesada
"no queríamos hacer sufrir la luz, por eso eran blancos, para
capturar la luz que los envolvía. Sin embargo, en este pueblo de
tonos plomizos,
era necesario despertarla, hacerla aparecer con el color, aunque para ello
la hiciéramos sufrir o vibrar. Para conseguirlo hemos utilizado dos
materiales: el ladrillo y el concreto aparente. El ladrillo a cara vista,
de color cuero con un aparejo de sogas y una gran llaga blanca de dos centímetros,
toma como modelo la arquitectura holandesa de los años veinte, con
una referencia directa a la Escuela Saving (1921- 22) de W. M. Dudok".
La
estructura portante está ejecutada en vigas planas y pilares de concreto
armado. Para rentabilizarla, se ha buscado el menor número posible
de pilares compatible con el buen funcionamiento del sistema unidireccional
utilizado; por lo que la luz máxima de las vigas se encuentra en
torno a los 5.70 m y el de las viguetas, semirresistentes de concreto prefabricado,
en 5 m. En las zonas colectivas y comunes, en pilares, losas, vuelos, etc.
aparece el concreto aparente. De aspectos innovadores, Quesada comenta:
"El principal aspecto innovador de esta estructura son las losas de
escalera que han sido construidas en concreto armado aparente y que no sólo
funcionan como núcleos de conexión verticales sino que actúan
también como puente de unión o pasarelas entre los dos bloques
de viviendas, salvando una luz de nueve metros con un canto útil
de veinte centímetros. Es de destacar la pérgola de la azotea
que cubre la zona de tendederos que, en sus extremos, tiene un vuelo de
tres metros con un canto de quince centímetros lo que, desde la calle,
hace aparecer a esta losa de concreto visto como una lámina que no
se apoya en ningún soporte, como suspendida en el aire. Por su parte
el diseño de un sólo núcleo de escaleras para dos bloques,
diferentes y separados, permite una economía de medios y un ahorro
de materiales que, unido a la utilización de la fábrica de
ladrillo del lugar y al concreto visto, lleva a una utilización más
racional y económica de los revestimientos exteriores del edificio,
introduciendo un criterio innovador de sostenibilidad en esta construcción.
Este mismo criterio de diseño permite optimizar en trazados de instalaciones,
reduciendo la perdida de carga que se da en las mismas cuando el trazado
es excesivamente largo. Además, el concepto de diseño del
proyecto aporta otro aspecto innovador más, en relación a
la eficiencia energética, ya que al proponer dos bloques con cuatro
fachadas, en vez de la cuadra tradicional con patio interior, permite que
cada una de las viviendas tenga, además de ventilación cruzada,
tres orientaciones distintas con sus respectivas ventanas, lo que las dota
del mejor soleamiento natural".
El proyecto
crea asociaciones entre interior y exterior, de forma que es posible la
continuidad entre ambos espacios. Y lo hace por medio de vistas y relaciones
cruzadas, visiones diagonales, sentirse acogido o permitir a la mirada alejarse.
Todas estas ideas han sido elementos básicos en la composición
de este inmueble. Es, en la sensación de pasar de un espacio a otro,
en la diferente cualidad de la luz de los patios, de los zaguanes, en las
habitaciones, en la penumbra o en los materiales que definen espacios donde
está bellamente presente la riqueza arquitectónica de este
edificio. c
Gabriela Celis Navarro
Fotos: Fernando Alda
Pablo Fernández Diaz-Fierros
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