Get your kicks… on Route 66
No obstante que la simbólica Ruta 66 de los Estados Unidos, conocida por muchos como The mother road, fue descatalogada de la Red Interestatal de Autopistas de ese país en 1985 es, sin lugar a dudas, el gran hito carretero del mundo. De ahí que nos puede servir de ejemplo de cómo países como los EUA y otros europeos como Bélgica, han apostado desde hace muchas décadas al concreto para la pavimentación de casi la totalidad de sus carreteras.
Establecida el 11 de noviembre de 1926
–aunque comenzó a ser utilizada un año
después–, la Ruta 66 –que debe esa numeración
a que sus creadores buscaron colocarle un número “redondo”,
que fuera inolvidable–originalmente discurría desde la ciudad
de Chicago, en Illinois, cruzando los estados de Missouri, Oklahoma, Texas,
Nuevo México, Arizona y California, hasta finalizar en la ciudad
de Los Ángeles, contando con un recorrido total de casi 4 mil kilómetros.
Por mucho tiempo, esta carretera fue el principal itinerario de los emigrantes
hacia el oeste, además de servir de columna para sostener la economía
de las zonas por donde el camino pasaba. Hoy, algunas secciones de la Ruta
66 ostentan letreros patrimoniales que dicen “Historic Route 66”,
al tiempo que ha vuelto a aparecer en los mapas carreteros de los Estados
Unidos bajo esa denominación gracias a un interesante rescate que
desde 2009 está teniendo lugar.
Una
historia entrañable
Hacia 1923, el señor Cyrus Avery, conocido como el “Padre de
la Ruta 66”, promovió a través de diversas conversaciones
con empresarios y gente de los gobiernos estatales, la idea de crear una
red general de carreteras. En 1927 la Ruta 66 fue señalizada siendo
una de las primeras integrantes de la citada red; sin embargo, no estuvo
pavimentada en su totalidad hasta 1938. Para lograr su pavimentación
y promover su uso, se fueron creando diversas instancias, una de las más
importantes fue la Asociación de la US 66.
En sus inicios, gran parte de la carretera, como muchas
otras de esa época, era de grava y tierra; pero, como se dijo, para
1938 ya estaba completamente pavimentada (cabe decir que fotografías
e información de esos primeros años pueden consultarse en
el Instituto Smithsoniano de Washington). Para los años cincuenta,
la Route 66 era la principal carretera turística para los que buscaban
como destino Los Ángeles. La carretera, que atravesaba el desierto
de Arizona, pasaba por lugares de gran interés como el Cráter
de Arizona y las Cuevas Meramec. Los moteles en forma de tienda india –sí,
como los que aparecen en el filme de animación Cars– se hicieron
de gran popularidad. Cabe señalar que el sobrenombre de “La
madre de las carreteras”, le fue dado por el escritor John Steinbeck,
en su famosa novela Las uvas de la ira (1939), en la cual narra la desventura
de los migrantes granjeros de Oklahoma hacia California.
En
la actualidad, algunas piezas turísticas, como los mencionados tee
pee’s –como el Wigham Hotel–, ofrecen a los viajeros “habitaciones”,
sólo que hechas también con concreto. Así, por más
de cincuenta años fue la gran ruta. Sin embargo, con el paso del
tiempo, la Ruta 66 fue “víctima del progreso”, ya que
al ser creadas nuevas rutas interestatales más grandes, lineales
y rápidas, la gente fue prescindiendo de ella.
Se sabe que los comienzos de la decadencia de esta Ruta se dieron en la
década de los cincuenta, al crearse la Ley de Autopistas Interes
tatales, firmada por el presidente Eisenhower, quien al haber estado en
Europa durante la Segunda Guerra Mundial, conoció de cerca la red
de autopistas alemanas conocidas como Autobahn, que comenzaron a construirse
en los años treinta. Para el presidente, la idea de crear una magna
ruta no era sólo una
cuestión de comunicación, también hubo una intención
militar para que, en caso de una emergencia bélica, pudieran las
tropas moverse fácilmente.
Al rescate de la 66
LAl ser descatalogada la carretera, muchos de sus tramos fueron usados de
diversas formas. En lugares donde pasaba por el centro de una población,
se convirtió en la calle principal del mismo –en cuyo entorno
se alojaron negocios–, alejada de la nueva autopista interestatal.
Otros tramos se convirtieron en carreteras estatales, locales, caminos privados
o simplemente, quedaron en el abandono. En la actualidad, resulta imposible
recorrer de manera ininterrumpida esta Ruta ya que además desde su
creación hasta su descatalogación, fue motivo de realineaciones
y nuevos trazados. Sin embargo, en algunos estados, como Illinois, la vieja
Ruta 66 está más viva que nunca, siendo uno de los más
importantes atractivos turísticos del estado. En 2008 un tramo de
esta carretera, próximo al lago Springfield –cercano a la capital
de Illinois– obtuvo la clasificación de Sitio histórico
Nacional. Con esta nueva denominación, llegó el apoyo federal
por casi 400 mil dólares, para su promoción. Cabe decir que,
en este caso, las secciones que aún quedan de la ruta original son
de cinco metros de amplitud, que contrasta con las carreteras de dos carriles
de la zona. Parte importante del rescate de esta parte de la 66 incluyó
la preservación integral del pavimento realizado con cemento Portland,
el cual fue muy común en los años veinte. Para lograr cumplir
con los fines de rescate, la Route 66 Heritage Foundation, ha buscado sumar
fondos federales, más lo que se obtenga de donaciones, para entre
otras cosas, colocar a lo largo del camino, objetos significativos alusivos
a la ruta. En la actualidad, esta fundación está inmersa en
el proyecto de búsqueda de fotos y objetos pertenecientes a la historia
de la ruta. Uno de los ejemplos más importantes, en este sentido,
es el famoso Restaurante Mill –salvado por esta fundación de
ser demolido en el 2006–, abierto en 1929, sobre un tramo de la ruta
que cruza el condado Logan, y que cerró sus puertas en 1996.
Una carretera inolvidable
Maravillosas canciones como Get your kicks on route 66 –interpretada
entre otros por el gran Nat King Kole– o la mencionada película
de los Estudios Disney, Cars –que de manera divertida y tierna da
cuenta de cómo fue desvaneciéndose la Ruta 66 debido al progreso–,
dan cuenta de que también las carreteras de concreto forman parte
de la historia y cultura de una nación, en este caso, de los Estados
Unidos, pero también del mundo entero. Hoy, los cientos de pueblos
y ciudades comunicadas con carreteras hechas con concreto de nuestro vecino
del norte, sin duda alguna, mucho le deben a The mother road. c
Nota: Agradezco profundamente al sr. Gary Howell, del Oklahoma Department of Transportation, por el apoyo que me dio para la realización de este artículo, así como las facilidades para la obtención de algunas de las imágenes que aquí se presentan.
Yolanda Bravo Saldaña
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