Namasté en concreto
Ganadora del primer Lugar en la categoría Comercial y Usos mixtos de la reciente edición del Premio Obras CEMEX, esta obra muestra cómo el concreto también puede generar espacios para la meditación y la relajación.
Algunos historiadores coinciden en que el término
SPA, proviene del latín, Salutem Per Acqua (Salud por medio del agua);
otros consideran que el término proviene de la fuente de agua termal
de la ciudad de Spa, en Bélgica donde el médico personal del
Rey Enrique VIII acudía junto con el monarca para sanar sus dolencias
físicas. Así, Inglaterra se convirtió en el principal
promotor de estos espacios como centros terapéuticos porque se decía
que era posible alcanzar un rejuvenecimiento total zambulléndose
en sus aguas.
En la actualidad, los llamados SPA basan su concepción en la utilización
del agua para realizar terapias de relajación, físicas y mentales.
Por ende, abundan las piscinas, los jacuzzis, saunas, etc. Su objetivo es
que los usuarios puedan gozar de los diferentes elementos, para liberar
tensiones acumuladas en el estresante mundo en que vivimos.
Una
pequeña gran obra
Jorge Ambrosi, arquitecto por la Facultad de Arquitectura de la UNAM (2008)
y director del despacho Ambrosi Arquitectos ha sido el responsable de llevar
a buen término esta interesante obra. Su práctica profesional
iniciada en 2003 como arquitecto independiente le ha permitido de manera
directa conocer los procesos de diseño y desarrollo de sus proyectos.
Con ello ha consolidado su trabajo merecedor ya en el año 2006 de
la medalla de plata por el Centro de Trabajo Corporal JIVA, en la XI Bienal
de Arquitectura Mexicana, siendo de esta manera el arquitecto más
joven en obtener dicho premio y obteniendo a la vez una Mención por
el Edificio de Departamentos Tlacotalpan en el mismo evento.
Cabe decir que ese mismo año fue seleccionado para la Muestra de
Jóvenes Arquitectos de la VI Bienal Iberoamericana, celebrada en
Montevideo, Uruguay. Asimismo, en el 2009 quedó dentro de los 10
finalistas del concurso para el pabellón de México para la
EXPO Shanghái 2010, asociado para este trabajo con el también
talentoso arquitecto Mauricio Rocha. Conferencista en distintas universidades
del país y docente de la Universidad Iberoamericana del año
2005 al 2008, Ambrosi conversó con CyT para conocer a detalle su
búsqueda en este proyecto denominado Padme Yoga SPA, ubicado en la
ciudad de Querétaro, Querétaro. Al respecto, comentó
en términos generales que: “se trata de un centro de yoga y
SPA, inmerso en un contexto de barrio antiguo residencial de la ciudad de
Querétaro, con calles empedradas y amplios camellones. Con el paso
del tiempo a la colonia, le han ido surgiendo ciertos servicios en sus avenidas
principales a los cuales se le suma este proyecto para brindar a los habitantes
un espacio de refugio y relajación. Padme Yoga Spa busca integrarse
al entorno mediante un volumen de concreto aparente bastante hermético
que toma la esquina de dos de las avenidas principales del fraccionamiento”.
La construcción que es en apariencia de un solo nivel con gran altura,
pretende no contrastar con las construcciones vecinas. Al mismo tiempo busca
establecer una relación directa con el exterior a través de
vanos puntuales que permean los eventos externos y los incorporan a los
patios interiores dentro del proyecto generando una gama interesante de
transiciones entre opacidad y transparencia.
Diseño para el confort
Las premisas de diseño fueron las de generar un lugar en constante
contacto con la naturaleza. Para esto se planteó crear una gran losa-jardín
por encima del edificio, la cual se entendió como un filtro térmico
que junto con la vegetación del proyecto logran un micro clima propicio
para las actividades del lugar ya que adicionalmente se le fueron haciendo
perforaciones para crear patios interiores en donde se generaran jardines
. “Todos los espacios y usos del proyecto se relacionan a través
de estos patios y jardines que son sin duda, después del concreto
aparente, los elementos protagónicos del espacio”, comparte
Jorge Ambrosi.
El lugar alberga dos salones de yoga, uno con capacidad para 40 personas
y otro para 25. El SPA cuenta con dos salas de masajes (una de las cuales
es doble), una cabina con jacuzzi y vapor, así como áreas
de relajación. También posee un salón de usos múltiples
para 30 personas y un espacio para la cafetería. Todo esto en la
planta baja, caracterizado por una configuración ortogonal y sobria
de muros de concreto enduelado de color marfil para reforzar un carácter
tectónico dentro del proyecto.
Adyacente
a esta secuencia de patios se encuentra la entrada al SPA en donde volúmenes
de madera ensamblada contienen las cabinas de masaje, generando un juego
de recorridos y entradas de luz a través de ellos. Las cabinas de
masaje se abren hacia un patio jardín triangular completamente privado.
En la planta alta quedaron ubicados los salones de yoga a manera de pabellones
superpuestos a la losa-tapa jardín. Éstos se resolvieron en
acero y cristal, buscando lograr las mejores vistas a las copas de los árboles
de los camellones. Desde los pabellones se tiene acceso al jardín
que sirve de descanso físico y convivencia grupal después
de las sesiones.
Sobre el uso del concreto
El sistema estructural ejecutado en esta obra consiste en una serie de muros
de carga forrados de concreto y losas nervadas con casetones de poliestireno.
El concreto enduelado que se utilizó en los muros buscó enfatizar
la materialidad del proyecto a través de sus texturas (donde destaca
la madera principalmente y las rocas dispuestas en las áreas verdes),
así como el color marfil que queda acentuado con las entradas de
luz cenitales de los patios provocando un juego de luces que “bañan”
a todos los elementos aparentes del edificio evidenciando el paso del tiempo
en ellos. A su vez la losa-tapa de concreto aparente sirve como remate de
esta secuencia de muros, contrastando con textura y color.
El creador de estos espacios colmados de elegancia, visualmente equilibrados
y poseedores de una armónica presencia que dejan de lado la ostentación
nos afirma que en el proceso de materialización de esta idea “CEMEX
tuvo un papel importante porque colaboró de manera directa, proporcionando
diversas muestras para llegar al color adecuado; sin embargo, éste
no fue el único reto. A nivel estructural el mayor reto fue crear
una losa de casetones y nervaduras con un acabado aparente en su parte inferior.
Para esto se creó una primera capa de concreto de 5 cm con una malla
electrosoldada a la cual se le sobrepusieron los casetones y los armados
de la losa nervada para después hacer un segundo colado que ligara
toda la superficie. Con esto se logró el acabado aparente que se
percibe debajo de la losa”, afirmó en la entrevista el arq.
Ambrosi.
El resultado es extraordinario: un concreto que evidencia que todos los
detalles fueron totalmente realizados bajo programa, respetando tiempos
y procesos para lograr la máxima expresión de este material
que confiere solidez pero al mismo tiempo abrigo. De día o de noche,
con iluminación natural o artificial, nada ha quedado al azar dentro
de esta arquitectura.
Satisfacción garantizada
Un año y tres meses fue el periodo de ejecución de esta obra,
que de acuerdo al director de Ambrosi Arquitectos, espera aporte a la sociedad
queretana un espacio de calidad que ofrezca servicios auténticos
de relajación a sus visitantes. Para él, esta obra ya galardonada
representa el trabajo y dedicación de un equipo de trabajo a lo largo
de dos años en los que se logró una excelente relación
con los clientes y constructores así como un excelente resultado.
Quizá la fórmula de su trabajo bastante preciso es, como él
mismo refiere, que “vemos cada proyecto como un reto personal y profesional
que nos demanda ser cada día mejores seres humanos así como
mejores profesionistas”. Ojala esto sea considerado y genere más
voces en ese camino de búsqueda y compromiso profesional. c
Víctor Hugo Martínez
Fotos: Cortesía Ambrosi Arquitectos (Luis Gordoa).
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