C O N C R E T O_ L A N Z A D O
Apuntes acerca del tópico
El uso del Concreto Lanzado (CL) está en continuo
crecimiento en el mundo, gracias a los avances que se han venido experimentando
en materia de equipamiento y en el conocimiento de los materiales. Para
una exitosa aplicación, es necesario dominar las características
distintivas de este material, así como su técnica de colocación.
En la actualidad el CL constituye un elemento relevante en la construcción
de obras subterráneas, siendo sus principales ventajas la flexibilidad,
la velocidad de colocación y la economía.
Por otra parte, la adición de fibras al CL le otorga gran ductilidad
y tenacidad permitiendo redistribuir esfuerzos y obtener condiciones más
seguras durante el avance de la excavación. El reemplazo de mallas
por fibras es cada vez más frecuente debido, entre otros elementos,
a que la correcta instalación de las mallas suele ser complicada,
lo que redunda en un mayor consumo de tiempo.
Haciendo un poco de historia, fue en los años 30 del siglo pasado
que se introdujo el término genérico de shotcrete, para denominar
el proceso de lanzado del concreto sobre una determinada superficie, cuyo
primer antecedente data de 1910 en los Estados Unidos. En 1951 el American
Concrete Institute (ACI) adoptó este término para describir
el método de proyectado por vía seca. Actualmente, éste
se hace extensivo también para el proceso de proyección por
vía húmeda. Durante la década de los cincuentas se
introdujeron pistolas para la aplicación por vía seca que
permitió aplicar concretos con agregados gruesos. También
se diseñaron equipos para la colocación por vía húmeda
con pistola rotativa, lo que permitió tener un sistema de alimentación
continuo. Estas innovaciones aseguraron la utilidad, flexibilidad y efectividad
general del proceso. Cabe acotar que la European Federation of National
Associations Representing Producers and Applicators of Specialist Building
Products for Concrete (EFNARC) define al Concreto Lanzado como una “mezcla
de cemento, agregados y agua lanzados neumáticamente desde una boquilla
hacia una superficie para producir una masa densa y homogénea”.
Este tipo de concreto es diferente de uno convencional, por: 1. Tener mayor
contenido de material cementiceo para lograr mayor cohesión y reducir
así el efecto del desprendimiento del material una vez que este impacta
sobre la superficie. 2. Por su pequeño tamaño máximo
del agregado a fin de garantizar lo definido en la diferencia anterior,
y adicionalmente a que la conducción del material se realiza por
mangueras flexibles. 3. Por el uso de aditivos estabilizadores del fraguado
para garantizar la fluidez sin que se afecten las propiedades finales, cuando
por alguna razón no sea posible aplicarlo inmediatamente. 4. Por
el uso de un aditivo acelerante instantáneo para que una vez que
se proyecte sobre una superficie con cualquier inclinación, permanezca
adherido; para ello el material debe comenzar a tener rigidez inmediatamente,
lo que se logra con la adición de este tipo de aditivo. Existen dos
técnicas para la aplicación del CL: vía seca y vía
húmeda. En el método por vía seca, los materiales cementiceos
y los agregados son dosificados y mezclados en una máquina fabricada
para tal efecto. La mezcla es presurizada mediante aire comprimido y conducida
a través de mangueras hasta una boquilla de proyección, donde
se agrega el agua de hidratación y se lanza en forma continua sobre
la superficie. Este sistema permite regular la consistencia del material
fácilmente, pero genera una mayor dispersión en sus propiedades.
Por su parte, el método por vía húmeda consiste en
dosificar y mezclar conjuntamente los materiales cementiceos, los agregados
y el agua. Luego la mezcla es introducida en un equipo que la conduce a
una boquilla y es proyectada neumáticamente. Ambas técnicas
tienen sus ventajas y desventajas; la selección de una u otra metodología
dependerá de los requisitos del proyecto, de la disponibilidad del
equipamiento y del personal encargado de ejecutar los trabajos.
Referencia: Xargay, H. (Facultad de Ingeniería
UBA); Balzamo, H. M. (BASF Argentina), “Hormigón proyectado
con macrofibras. Su aplicación en la industria”. (Primera parte),
en Hormigonar, Revista de la Asociación Argentina del Hormigón
Elaborado, núm. 20, abril de 2007
C O N C R E T O S _A _A L T A S _T E M P E R A T U R A S
Variación de las propiedades
Durante su vida de servicio y debido a factores que pueden
ser accidentales, como de diseño, los elementos estructurales de
concreto pueden verse sometidos a altas temperaturas. Así, suelen
generarse alteraciones en la estructura interna del material produciéndose
micro o macrofisuraciones que se traducen en reducciones de resistencia
y, en mayor medida, en un aumento de la deformabilidad. Estos cambios dependen
principalmente del nivel de temperatura alcanzado, del tiempo de exposición
y de las propiedades de los materiales componentes. Dado que los agregados
ocupan el mayor volumen dentro de la masa del concreto, y que gran parte
de los daños por exposición a altas temperaturas se deben
a diferencias entre los coeficientes de expansión térmica
de la matriz y los agregados, es razonable suponer que sus características
resultan de una considerable importancia.
Para
evaluarla, en La Plata (Argentina), como parte de un proyecto de investigación,
se estudió hace tiempo la resistencia y deformabilidad de los concretos
elaborados con distintos tipos de agregados gruesos. Al ser expuestos a
temperaturas de hasta 500ºC, se observó el efecto de las altas
temperaturas sobre el esfuerzo a compresión de rotura, el módulo
de elasticidad estático y la relación de Poisson de estos
concretos.
En el estudio de referencia se elaboraron 5 mezclas de concretos con relación
agua-cemento a/c de 0.50 utilizando cemento Pórtland normal, arena
silícea de río y distintos tipos de agregado grueso de 19mm
de tamaño máximo: 4 agregados triturados de diferente origen
(granítico, basáltico, calcáreo y cuarcítico)
y una arcilla expandida. También se estudió el comportamiento
de un mortero de igual relación a/c. Con las mezclas referidas, se
moldearon probetas cilíndricas de 150 x 300 mm, curadas durante los
primeros 28 días en cámara húmeda y luego mantenidas
en ambiente de laboratorio durante 60 días. Las probetas de referencia,
identificadas por el tipo de agregado grueso, se expusieron por grupos a
temperaturas de 150, 300, y 500ºC; posteriormente se enfriaron en forma
lenta. En el primer caso, la temperatura máxima se mantuvo durante
24 h, mientras que en los restantes el tiempo de exposición fue de
1 h, siendo la velocidad de calentamiento del orden de 100 °C/h. Adicionalmente,
un grupo de probetas fue precalentado durante 6 h a 150ºC; luego fue
sometido al ciclo de calentamiento a 500°C (500°C c/prec). Finalmente,
se evaluó otro grupo de probetas, que no fueron expuestas a ningún
régimen de altas temperaturas.
Experimentalmente se obtiene la resistencia a compresión (f´c),
el módulo de elasticidad (E) y el coeficiente de Poisson (µ),
como resultado del ensayo de tres probetas para cada serie y condición.
El módulo de elasticidad fue calculado tomando en cuenta la curva
que relaciona esfuerzos y deformaciones en el rango comprendido entre el
5 y el 40 % del esfuerzo de rotura y µ se obtuvo para un esfuerzo
igual al 40% del esfuerzo último. Del análisis de los resultados
obtenidos se concluye que bajo ninguna condición empleando agregados
normales, se obtuvieron resistencias residuales inferiores al 75%, así
como en todas las series, hasta los 300ºC la caída de resistencia
fue inferior al 10% En el caso de las probetas elaboradas con arcilla expandida
se manifestó una situación particular caracterizada por el
estallamiento durante el proceso de calentamiento a 500°C.
A diferencia de lo que ocurre con la resistencia, a partir de los 150ºC
se observa una caída del E y de µ, independientemente del tipo
de agregado. Es importante referir que en las probetas expuestas a 500ºC,
que fueron precalentadas eliminando parte de la humedad, se obtuvieron mejoras
de la f´c y de E respecto de los mismos grupos sin precalentar.
Referencia: Della Croce G.; Giaccio G.; Villa I.; Zerbino
R., ”Resistencia y deformabilidad en compresión de hormigones
afectados por altas temperaturas”, LEMIT-CIC. Argentina, en Jornadas
SAM 2000, IV Coloquio Latinoamericano de Fractura y Fatiga, 2000.
M A M P O S T E R I A
Sistema Integral AllWall/BLOC+
Este documento se refiere a una técnica constructiva
novedosa para armar vertical y horizontalmente cualquier tipo de muros de
mampostería, independientemente del tipo de pieza empleada (macizo,
hueco, perforado, ladrillo o bloque, cerámica o concreto). Con esta
técnica se logran construir placas armadas en las 3 direcciones espaciales,
con cualquiera de dichos materiales, utilizando sólo mortero. El
Sistema de Albañilería Integral (SAI) AllWall, está
diseñado para facilitar la ejecución con economía,
además de controlar la fisuración de la mampostería
e incrementar sus aplicaciones técnicas.
La tecnología original, habitualmente empleada en España desde
1992, parte de emplear refuerzo horizontal en “escalerilla”
distribuido de manera homogénea en el muro, con una cuantía
de acero del 0,03% en la sección de la mampostería. Éste
se coloca con el objetivo de controlar la fisuración al emplear mortero.
El SAI utiliza componentes metálicos como: cerchas, anclajes y costillas;
igualmente cuenta con piezas de cerámica y de concreto. Añade
a la tecnología original la posibilidad de armar los muros verticalmente
con o sin mortero, ya que las costillas (armaduras verticales) que se emplean
son autorresistentes, y no requieren del mismo para transmitir sus esfuerzos
entre sí (pues se sujetan arriba y abajo del sistema de piso con
las correspondientes fijaciones). Recientemente se ha potenciado el sistema
constructivo AllWall, con su nuevo bloque de concreto BLOC+, que tiene la
particularidad de facilitar la puesta en obra de los muros por acceso lateral,
al armado previamente situado en vertical.
El SAI
AllWall/BLOC+, contempla junto con la pieza de bloque de concreto Hueco
BLOC+ las costillas verticales con sus fijaciones en los extremos, el refuerzo
horizontal en “escalerilla”, además de los anclajes AllWall
con uno o dos grados de libertad de movimiento para los muros, según
se considere su comportamiento.
Para lograr el entrecruzado de los armados vertical y horizontal, las costillas
verticales se enhebran con las armaduras horizontales. El sistema contempla
además, las fijaciones inferiores y/o superiores de las costillas
para asegurar la transmisión de esfuerzos a los sistemas de piso.
Construyendo con el SAI, se levantan muros estructurales que tienen armado
homogéneo con cerchas horizontales cada 40 ó 60 cm como máximo
(2 ó 3 hiladas de bloques), y un armado vertical concebido a base
de costillas distanciadas cada 7 bloques, equivalente a 2,80 m para muros
de cerramiento y cada 14 bloques, equivalente a 5,6 m para particiones interiores
industriales. Una vez decidida la ubicación de las costillas y replanteada
su distribución en función de la distribución de los
bloques, se procede a la fijación al sistema de piso; para luego
levantar la mampostería entre ellas. Se introducen las piezas dentro
de los bloques, o dejando las costillas entre dos piezas contiguas; aunque
perfectamente trabadas horizontalmente por medio de la mampostería
armada.
Este sistema no necesita concreto armado ya que las costillas tienen su
sistema de fijación propio y son autorresistentes, siendo éstas
sus ventajas principales. Debe resaltarse que las diagonales de las cerchas
de las costillas absorben el esfuerzo cortante en los apoyos. Al ser las
costillas galvanizadas no se corroen al recubrirlas sólo con mortero.
Es habitual aplicar el sistema en muros de gran altura, interiores o exteriores,
así como para edificios industriales o de grandes superficies. c
Referencia: Adell, J.M.; Lauret, B., “El Sistema de Albañilería Integral ALWALL con BHH/BLOC+”, en Informes de la Construcción, vol. 56, núm 495, UPM. España, 2005.
P I S O S _D E _C O N C R E T O
Pisos reforzados con fibras de acero
El riguroso seguimiento de cada una de las etapas en la
construcción de pisos de concreto reforzado con fibras de acero,
es la clave para producirlos con la calidad requerida. Conviene recordar
que el concreto reforzado con fibras de acero posee fibras discretas que
están uniformemente distribuidas y orientadas al azar dentro de la
mezcla de concreto, para mejorar sus propiedades estructurales. Las fibras
de acero son muy utilizadas en losas apoyadas sobre el terreno para incrementar
las resistencias al impacto, flexión, fatiga y agrietamiento, así
como para aumentar la capacidad de absorción de energía y
dureza. Las proporciones en las dosificaciones típicas para la construcción
de estos elementos, no difieren grandemente de las construidas con concreto
convencional; sin embargo, es importante atender determinados aspectos para
su adecuada construcción.
La experiencia indica que pueden ser usados concretos que cuenten con agregados
con tamaños máximos nominales (TMN) de hasta 38 mm; no es
recomendable el uso de agregados con TMN superiores, debido a que generalmente
esta situación trae como consecuencia que las fibras se concentren
en la superficie de la losa. Las proporciones de la mezcla deben garantizar
que haya la suficiente pasta para cubrir, tanto los agregados como las fibras
de acero. Las especificaciones normalmente establecen valores de revenimiento,
una vez que se agregan las fibras, de entre 10 y 17.5 cm, lo cual indica
que el revenimiento de la mezcla previo a la adición de éstas,
en función del tipo de fibra y la dosificación, deberá
oscilar entre 12.5 y 25 cm.
La relación entre la longitud y el diámetro de las fibras
de acero de alto desempeño es mayor a 60, razón por la que
éstas tienden a agruparse una vez colocadas. En lo anterior radica
la importancia de un buen proceso de mezclado que garantice una distribución
uniforme de fibras y de agregados en la mezcla, lo que está estrechamente
relacionado con la obtención de los niveles de calidad deseados en
el concreto endurecido. Respecto a la colocación y terminación,
el concreto reforzado con fibras de acero puede ponerse y terminarse con
el equipamiento tradicional.
Si el concreto
es bombeado deben evitarse las mezclas demasiado fluidas, con niveles de
revenimientos mayores a 17.5 cm, debido a que sería muy probable
la ocurrencia de obstrucciones causadas por la separación del mortero,
de los agregados y de las fibras a causa de la presión de bombeo.
Igualmente es necesario el vibrado luego de la colocación; para evitar
la tendencia de asentamiento de las fibras de acero, al tener éstas
mayor peso específico que el agregado grueso común. Los vibradores
con láser han sido utilizados con buenos resultados, pues garantizan
una buena consolidación del concreto sin ejercer elevados niveles
de presión sobre las fibras, de la superficie hacia el interior del
elemento. Adicionalmente, es conveniente evitar el empleo de herramientas
de madera en el proceso de acabado; ya que éstas tienden a desgarrar
el concreto reforzado con las fibras y no quedará la superficie lo
suficientemente lisa.
En losas de pisos industriales -donde se requieren altas concentraciones
de fibras de acero- deberá siempre reducirse el número de
fibras visibles en el concreto por medio de la aplicación de un endurecedor
de superficie; siendo recomendable el uso de herramientas metálicas
de mano para los trabajos de acabado. Durante esta última fase debe
dársele terminación a cualquier marca de fibra de acero que
haya quedado en la superficie y adicionalmente se debe proceder a aplicar
un adecuado proceso de curado. Respecto al corte de las juntas de contracción
o de control, la profundidad será de aproximadamente 2.5 cm como
mínimo, para las losas de concreto apoyadas sobre el terreno de hasta
22.5 cm de espesor. c
Referencia: Helmink, H.; Schibley, J., “Batching,
mixing, placing and finisching steel fiber-reinforced floors”, en
Concrete International, julio de 2009.
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