Arquitectura
Vanguardia
en el Bajío
Fortaleciendo la imagen contemporáea y la tradición de la industria local, la obra que presentamos pone en alto el nivel de la arquitectura de la zona del Bajío renovando su discurso en el diseño arquitectónico y elevando los estándares de calidad constructiva de una empresa de larga trayectoria en el país.
Global Marketing C o r p o r a t i o n (GMC), nace en el año 2004 como una fusión de las empresas representativas de la industria del asfalto para Grupo Martin del Campo, el cual cuenta con más de 30 años de experiencia en el manejo de productos industriales. Se trata de un consorcio dedicado en su totalidad a atender la industria de la construcción de infraestructura vial en México. GMC es en México una de las principales empresas en el rubro, comercializando más de 150,000 toneladas anuales de productos a lo largo y ancho del territorio nacional.
Cinco años después de su fundación, GMC inició la construcción de un complejo en la ciudad de Salamanca, Guanajuato, que sirviera no sólo como su sede corporativa, sino también como un centro de almacenamiento y distribución de productos, a fin de mejorar su respuesta a la demanda en el Bajío. El proyecto quedó a cargo del despacho D4 Arquitectos, encabezado por Ricardo Gómez García. Quince meses después de iniciar su construcción (septiembre de 2009), la idea ya era toda una realidad, sorprendiendo favorablemente a propios y extraños. Cabe decir que en la pasada edición de los Premios Obras CEMEX, este conjunto obtuvo el primer lugar, dentro de la categoría de Desarrollo de Obra Industrial.
Este proyecto se emplaza en un terreno de 15,516m2 sobre la carretera Salamanca a Juventino Rosas en el Km 0.05, dentro de un marco industrial regido por la refinería de la ciudad alrededor de la cual gira toda actividad comercial y económica. La propuesta apuesta por la franqueza y naturalidad al vincular la parte netamente industrial cuyo foco son cuatro enormes tanques de almacenamiento, con el cuerpo de oficinas corporativas resuelto con un diseño de líneas contemporáneas que juega con dicotomías como la relación entre claridad y oscuridad; ligereza y pesadez u opaco y transparente.
El arquitecto Ricardo Gómez García nos dice que se buscó una respuesta funcional, pero con carácter, que sirviera no sólo como un espacio eficiente y confortable para el equipo de trabajo de GMC, sino también como una atractiva carta de presentación hacia sus clientes y visitantes. Es así como el edificio corporativo de 1,184 m2 de superficie total, está resuelto a través de un par de volúmenes cúbicos de dos plantas que no se alinean paralelamente; sin embargo, se interconectan con un cuerpo central, caracterizado por un muro cortina en sus niveles inferiores y una enorme losa de concreto oscuro que corona literalmente el edificio funcionando como “paraguas” y marco visual de la terraza.
El diseño logra que, sin abandonar la privacidad y carácter cerrado de un edificio empresarial, se cuente con espacios transparentes que permiten la observación de las actividades de la zona de almacenaje. Esto fue logrado con un ordenamiento cartesiano que estableció primero, un eje norte-sur abierto que cruza por el cuerpo central del corporativo y remata en los tanques de almacenamiento y otro, en sentido oriente-poniente que conecta la recepción del área administrativa y el cubo operativo.
Por su parte, las fachadas acristaladas sirven para potencializar la iluminación natural, generando una atmósfera abierta y confortable al tiempo que se matiza el paso de la luz solar ya sea con vidrios de superficie esmerilada o con amplios sectores resguardados por 350 m2 de persiana metálica que además de sus virtudes funcionales, proporciona una personalidad contemporánea al inmueble.
Interior con personalidad
El corporativo se caracteriza por emplear una planta libre de columnas y muros –con lo que se facilita el recorrido de la luz que ingresa a través de las fachadas y un domo central–, que favorece la generación de un ambiente de trabajo dinámico y con gran vinculación visual y operativa, entre las distintas áreas de la empresa.
El corporativo de GMC tiene uno de sus rasgos emblemáticos en el que fue también su mayor reto constructivo: un amplio muro de concreto aparente rematado en una losa alveolar de 12 metros de claro sin columnas intermedias y 12 metros de altura máxima. Este elemento no es un mero adorno; fue concebido para proteger al edificio de una condición inevitable de cualquier instalación dedicada al almacenaje de asfalto: la fina ceniza que se produce por los quemadores que permanentemente están encendidos para mantener fluido y manejable el producto petrolífero. “Con un programa de mantenimiento reducido en la mira, se optó por elaborar ese elemento, de 30 cm de espesor en color negro, a fin de que la acumulación de tizne por las cenizas pase desapercibida”, expresó a CyT Gómez García.
Es necesario decir que el proyecto contempló varias estrategias en el campo de la sustentabilidad, iniciando con la orientación del edificio en función del asoleamiento y la dirección predominante de los vientos; la transparencia de fachadas y su matización con la celosía metálica y la losa, que además de las funciones ya expuestas contribuye al aislamiento acústico contra el ruido generado en la refinería vecina y a formar una barrera contra el recalentamiento de la azotea durante el día. Una jardinera central y un par de espejos de agua a ambos extremos del edificio contribuyen a generar un micro clima fresco y agradable, reduciendo el consumo energético por concepto de aire acondicionado; mientras que sistemas de captación de aguas de lluvia y de tratamiento de aguas residuales ayudan a un uso eficiente de este elemento, reutilizándolo en el riego y mantenimiento de áreas verdes y exteriores.
Concreto superior
Los usos y aplicaciones del concreto en elementos aparentes tales como el muro cortina, la trabe libremente apoyada y la enorme cubierta de 12 m de claro requirieron un proceso de capacitación del equipo de construcción en cuanto a las propiedades y características del concreto especificado. Uno de los temas analizados fue la elaboración de placas alveolares en cuyo proceso de extrusión se aplicó un concreto presforzado y pretensado que para este caso en particular tuvo dos características especiales: color negro integral por medio de dispersiones y revenimiento cero. Debe aclararse que las aberturas en la parte superior de la losa no sólo sirven para disminuir su peso en términos estructurales, sino que tienen una cualidad estética moderna y expresiva que le permite funcionar como radiador serpentín aprovechando los vientos dominantes del verano y protegiendo de los del invierno. Para realizarla, fueron diseñados marcos metálicos en placas de 5/8", con patín inferior de 10 cm, peralte perimetral de 25 cm y patín superior de 5 cm para repartir las cargas generadas por las placas suspendidas entre los huecos de la cubierta ya que estas se encontraban libremente apoyadas en solo uno de sus extremos y requerían transmitir sus esfuerzos a las placas laterales.
Los procesos constructivos empleados, además de las bondades de los materiales, abatieron factores como el costo y tiempo de ejecución; representaron limpieza y control durante la obra y adicionalmente, incrementaron el grado de seguridad laboral dentro de la construcción y más aun en el proceso realizado en el taller. Por otro lado, el uso de un concreto especial en el colado del muro cortina (Concreto Profesional MR Autocompactable) permitió reducir el uso de vibradores mecánicos, un ahorro significativo en la mano de obra ya que no requirió compactación alguna al ser autonivelante y se garantizó menor número de imperfecciones y resanes al contar con una fluidez que le permite alcanzar secciones reducidas y mayor adherencia al refuerzo. Todo lo anterior visible a toda prueba.
Beneficios para todos
Como ya dijimos, este corporativo fue ganador del primer lugar en la Categoría de Desarrollo de Obra Industrial de los Premios Obras CEMEX en 2011. De la obra, el equipo de D4 Arquitectos enfatiza que los beneficios son varios: “Para los consumidores de asfalto, el reducir tiempos de carga y costo de operación; contar con condiciones optimas para su equipo de transporte, humano y mecánico. Mayor control en los volúmenes de carga y facturación externa; brindar servicios de apoyo para el control de las unidades y del producto así como tener instalaciones apropiadas que brinden apoyo de servicios al operador. Para la empresa, contar con un edificio que les garantiza funcionalidad para el desarrollo de sus actividades incluso a largo plazo y una proyección de crecimiento en su capacidad de producción y equipo de trabajo”.
Texto: Gregorio B. Mendoza
Fotos: Cortesía GMC
|
|