En 1981 el arquitecto yucateco Augusto Quijano Axle tuvo la responsabilidad de diseñar el Plan Maestro para el campus de la Universidad Anáhuac Mayab, más de tres décadas después, es él quien retoma el proyecto para incorporar en el planteamiento original el nuevo edificio para el Instituto de Biotecnología, el cual está destinado a la investigación y el desarrollo de empresas enfocadas a la producción alternativa de energías renovables. Con un lenguaje renovado que conserva la esencia original, este magno proyecto se suma a la larga tradición de la arquitectura de calidad del sureste mexicano.
VIENTO A FAVOR
Debido a las condiciones de viento y radiación solar que son particularmente favorables en la Península de Yucatán se presentan necesidades muy específicas de investigación; oportunidades de todo tipo dentro de un marco internacional muy dinámico de innovación y desarrollo que se fundamentan inicialmente en la formación académica de más jóvenes emprendedores, profesionistas futuros.
Por tal motivo, la Universidad Anáhuac Mayab determinó necesario e impostergable la construcción de una extensión arquitectónica, misma que en una primera etapa será destinada a albergar laboratorios y espacios para las empresas que apoyan las investigaciones que realiza este centro académico. A través del patronato universitario se determinó llamar al autor del Plan Maestro original (el arquitecto Augusto Quijano) para que lo interviniera diseñando un edificio que diera solución a sus nuevas necesidades, sabiendo que sería la persona idónea para mantener el espíritu del lugar sin perder el compromiso de reflejar la contemporaneidad institucional, el resultado es un conjunto en dónde cada edificio muestra orgulloso su momento histórico.
Ubicado en el extremo poniente del campus, en un terreno asignado como espacio de crecimiento futuro, el edificio integra elementos arquitectónicos o características constantes como las cartelas, la linealidad, y los materiales (principalmente concreto) para dar continuidad al lenguaje existente y también impactar lo menos posible en el espacio. Se trata de una construcción de forma oblonga con orientación norte-sur que le permite aprovechar mejor la iluminación y ventilación del sitio para convertirse en un espacio muy confortable para sus usuarios.
Cabe mencionar que con su posición y geometría se recupera al mismo tiempo la traza marcada por el Plan Maestro vinculando el espacio abierto y los andadores que conectan desde Rectoría -pasando por la escuela de Medicina- hasta llegar al nuevo edificio, el cual a distancia se lee como uno de escala pequeña, permeable a las visuales y ligero en su emplazamiento.
El diseño del espacio
La nueva sede del Instituto de Biotecnología continúa el mismo principio de los edificios que le anteceden: espacios lineales orientados correctamente en donde se busca atrapar la luz uniforme del norte, cortando y protegiéndose del asoleamiento del sur. De este modo, el nuevo edificio se desarrolla en tres niveles perfectamente diferenciados de las actividades que se desarrollan en el programa arquitectónico propuesto.
La organización interior del edificio surge del análisis de las actividades y va desde lo más público a lo privado, del exterior hacia el interior, desde lo abierto hacia lo cerrado. En la planta baja se localizan los laboratorios, las oficinas de dirección y los servicios de apoyo como cafetería y espacios de reunión como un auditorio. En el primer nivel se encuentran los espacios de trabajo para las empresas pequeñas y en el último nivel se ubican los espacios para empresas mayores.
Los niveles se van arremetiendo en los extremos del
edificio, generando entonces terrazas-jardín que se abren al
campus y están contenidas por una serie de peculiares celosías
prefabricadas de concreto que acentúan la geometría empleada
y se integran a la inclinación de las fachadas, produciendo
una zona de jardín que sirve para proteger del sol y genera
un ambiente fresco y ventilado al interior al tomar los vientos
dominantes del oriente y dirigirlos hacia las circulaciones.
Las fachadas representan la organización funcional que
sin perder la unidad arquitectónica, busca destacar sus diferentes
funciones en un solo lenguaje a través de cartelas
de concreto prefabricado. Elementos verticales que en la
fachada norte se encuentran a 7.20 metros de distancia en
sentido vertical y al sur cada 3.60 metros. Una variación en el
ritmo que corresponde a la incidencia solar de cada sector
donde se han instalado.
Finalmente, el arquitecto Quijano Axle, explica que “las
circulaciones perimetrales enlazan las diferentes partes
del programa arquitectónico y permitirán a futuro, ajustes y
cambios en su organización sin perder el orden planteado
en el diseño. Mientras tanto, la escalera principal conecta
todos los niveles y se localiza en la parte central del edificio,
mismo que inevitablemente nos evoca las proporciones y
formas de los basamentos prehispánicos al observarse en
perspectiva”.
Prefabricados protagónicos
Para la selección de los materiales y acabados de la obra, se
tomó en cuenta los elementos ya característicos del entorno
existente, de tal modo que este aspecto fuera una cualidad más
que permitiera la integración del nuevo edificio con el resto
del Campus sin sobresalir inadecuadamente. A decir de sus
creadores, “el criterio para el empleo de materiales siempre
fue utilizarlos de forma contemporánea, a partir del concreto
aparente como elemento expresivo principal”.
Por lo anterior, se buscó que todos los
acabados se vincularan al tratamiento formal
del edificio y se rigieran por un módulo
compositivo que se expresa en las fachadas
por medio de las cartelas que ordenan la
composición como ya se mencionó anteriormente.
El módulo gobierna todos los
elementos tanto en alzado como en planta y
así, la solución estructural está vinculada
directamente al diseño del edificio, una
integración mediante la modulación rigurosa
del proyecto a cada 90 cm y piezas
estructurales de 7.20 x 10.80 metros.
Siendo la estructura el lenguaje que
da unidad arquitectónica y constructiva a
todo el conjunto, se buscó cumplir con la
intención básica de que el aspecto constructivo
permitiera una racionalización
del proceso constructivo, que se reflejara
directamente en una economía de los recursos
empleados (tiempo y costo) para
la edificación del inmueble. Tomando en
cuenta lo anterior, se propuso el uso de
concreto aparente por medio de elementos
prefabricados que aportan rapidez en
la ejecución y requieren poco espacio de
maniobra y almacenaje para evitar afectaciones
a la vida diaria de la Universidad.
“Además de eso, sabíamos que trabajando
con PREDECON tendríamos muchas
bondades a favor: desde la limpieza de obra
y la rapidez del trabajo, hasta la claridad
de las soluciones y los acabados de alta
calidad controlada desde la planta de producción.
La colaboración con la empresa y
el ingeniero Enrique Escalante ha sido una
constante debido a que tiene muy claro
que es más importante la arquitectura, que
simplemente construir una cantidad de piezas
prefabricadas. Su trabajo va mucho más
allá de ser un proveedor, es un diseñador
de piezas estructurales y asume siempre
una responsabilidad enorme para mejorar
el proyecto desde la perspectiva constructiva”,
enfatiza Quijano Axle.
Por su parte, el Ing. Escalante comparte
para Construcción y Tecnología en Concreto
que el proceso más complejo de todo el
proyecto fue por un lado la realización de los volados de losa (realizada con el sistema prefabricado tipo Doble I, acabado aparente)
que van de lado a lado del edificio y por otro, la fabricación de la celosía (un elemento estructural
de 40 cm de espesor que tiene módulos promedio de forma rectangular de 7.3 metros
x 5.7 metros y uno triangular, el más demandante que logra cerrar el detalle como punto
diferencial de esta solución estructural que en conjunto con las cartelas producen juegos
de luz y sombra bastante atractivos”.
Colofón
Augusto Quijano concluye: “sin duda, el principal reto fue proyectar un edificio 20 años después
dentro de un conjunto que ha permanecido 30 años en perfectas condiciones y poder
representar la vigencia de su arquitectura”. Lo ha concluido satisfactoriamente empleando
la evolución de los materiales y las técnicas constructivas, en este caso los avances de la
industria de la prefabricación, el resultado es para la institución motivo de orgullo.