Un juego limpio
La casa Hemeroscopium realizada por Antón García- Abril explora y recupera el equilibrio entre la ingeniería y la arquitectura, entre lo industrial y lo doméstico al tiempo que hace una crítica ante la función del arquitecto como constructor o exclusivo productor de ideas.
En la casa Hemeroscopium, localizada en Madrid, España, la prefabricación de concreto es la principal protagonista. Ingeniosa, audaz y original esta obra explora límites poco imaginados en la tipología de casa habitación. Cabe decir que hemeroscopium era el nombre que los griegos designaban al lugar dónde se pone el sol; una alusión a un sitio que no existe más que en los sentidos, que se mueve y sin embargo es un espacio real; un lugar que se acota por las referencias del horizonte, por los límites físicos, se define por la luz y ocurre en el tiempo. Este lugar fue evocado en la urbanización del Nuevo Club de Golf, Las rozas en Madrid, España, a través de una vivienda singular que ha impartido diversos discursos sobre la materialidad de la arquitectura a través de vigas prefabricadas de concreto.
Para el arquitecto madrileño a cargo, su obra “atrapa
el espacio y un horizonte lejano con un ejercicio de equilibrio de estructuras
que envuelven al recinto permitiendo que la visión escape”.
Para ello ha hecho uso de elementos pesados, dibujados –desde el inicio–
con grandes trazos para que su disposición provoque la acción
gravitatoria, y así defina el lugar con un juego de escalas donde
las megaestructuras parecen disminuir su soberbia presencia en un espacio
que alcanza sólo los 400 m2 con forma cuadrangular.
Los prefabricados de concreto que han sido usados en esta obra logran con
originalidad abrir el campo de aplicación de estos elementos que
cotidianamente se han vinculado a las obras de ingeniería. Para el
líder del despacho Ensamble Studio el motivo de la creación
de este proyecto está claro: “No recuerdo ninguna arquitectura
que me interese que esconda su verdad constructiva y en el que el espacio
creado no sea otra cosa que el resultado de un sistema estructural bello,
ingenioso y audaz, de esto habla esta obra”. Honestidad, creatividad
pero sobretodo audacia e investigación han dado como resultado una
obra provocativa que se ha vuelto carta de presentación mundial de
esta oficina que es reconocida por sus aportaciones directas en la exploración
ingeniosa de la roca del siglo XX: el concreto.
Esta
vivienda que gira alrededor de un patio central se integra por siete elementos
estructurales distintos, que ponen de manifiesto la voluntad de expresar
de la mejor manera posible su individualidad al servicio del conjunto. “No
basta con los cuerpos que lucen invencibles en la superestructura, hay que
analizar los cuerpos de concreto debajo de ellos ya que poseen la misma
jerarquía aunque no se ven: los firmes, las zapatas o columnas del
mismo material gris”. Las uniones entre estas piezas prefabricadas
responden a su naturaleza constructiva, a sus exigencias; sus esfuerzos
expresan claramente el criterio estructural estudiado minuciosamente. Con
ello el espacio que ha configurado en el interior y la casa vista desde
el exterior, se torna aérea, ligera y transparente.
Pieza
sobre pieza
El orden del acomodo estructural genera un helicoide que parte de un apoyo
estable: la viga madre, un elemento de concreto prefabricado de 2.65 m de
altura y 20 m de longitud, con un espesor en el alma de 20 cm, para ir desarrollándose
en sentido ascendente con elementos cada vez más ligeros hasta cerrar
la secuencia con un punto prismático elevado en uno de los extremos.
En este sistema de equilibrio de concreto, se involucran además tres
vigas doble T de 59.3 ton, 21.6 m de longitud; 50.3 ton y 21.10 m y una
tercera de 56.76 ton y 22.70 m. Adicionalmente dos trabes cajón,
una de 40.3 ton con 21.70 m, y otra de 38.60 ton y 20.80 m (una de ellas
usada como alberca); y dos vigas vierendel de 13.90 m y 21.40 m de longitud.
La aparente simplicidad para reunirlas exigió una compleja ingeniería
que involucra los procesos de armado, pretensado y postensado de los aceros
que conforman el alma de las vigas. “Hubo que invertir año
y medio de ingeniería para construir la estructura en el sitio en
sólo siete días, lo cual ocurrió gracias a una total
prefabricación de las partes y una secuencia de montaje perfectamente
coordinada. Todo el esfuerzo para desarrollar la técnica en busca
de un espacio definido y claramente imaginado. ”, afirmó en
entrevista para CyT Antón García-Abril. Así surge un
lenguaje sorprendente donde la forma desaparece dejando paso al espacio
desnudo. La casa Hemeroscopium corona este ejercicio de equilibrio con una
piedra de granito prismática con un peso de 20 ton, expresión
del refuerzo de la gravedad y contrapeso físico de toda la estructura,
que introduce inevitablemente una dimensión escultórica.
El programa arquitectónico (recámaras, cocina, alberca, comedor,
servicios, etc.) se distribuye íntimamente vinculándolo siempre
al contexto circundante y permitiendo que siempre sea visible el sistema
estructural que manifiesta su manufactura en todo momento, estando presente
la construcción hasta en los fuertes crujidos de los apoyos en sus
procesos diarios de dilatación o contracción.
Retrospectiva
de un arquitecto
García-Abril recuerda que cuando era estudiante de arquitectura,
“quería ser constructor de mis obras, y por ello recibí
siempre alguna mofa de compañeros y profesores. Pero no se me ocurría
mejor modo de poder desarrollar mis ideas, que construyéndolas con
mis manos, controlando todo el proceso intelectual y técnico. Su
puesta en obra, la coordinación de las ingenierías y personal
que actúan en el proceso. No encontré otro camino para la
investigación que el que había detectado en los grandes constructores
de la historia, aunque el momento actual relegara al arquitecto como un
ilustrado pensador de estrategias de lenguaje y un gran oportunista del
mercado de la ciudad. Con los prefabricados descubrí que este tipo
de obras era posible y que no haberse hecho antes no representa la posesión
de una capacidad distinta, simplemente exhibe mi búsqueda por entender
mejor cómo se pueden tener aliados en los procesos constructivos.
El concreto ha estado ahí y falta mucho por explorarse de él”.
Agrega que la construcción de la Casa Hemeroscopium fue una verdadera
investigación que desarrollaron sobre el modelo que soñaron
para un espacio. "Nos olvidamos de las revistas, si había que
ser minimalista u orgánico, o qué disfraz nos ofrecía
el momento. Todo el esfuerzo de la creación se centró en la
toma de decisiones sobre la cualidad espacial, la escala y el orden que
debía tener la casa: la estructura en concreto".
Inspirado por las obras y estudios del maestro Miguel Fisac (1913-2006),
arquitecto español que resolvió dificultades técnicas
con vigas prefabricadas de concreto que él mismo denominó
“huesos” porque constaban de
secciones huecas con formas muy parecidas a estructuras óseas, nuestro
invitado comenta que construir quizá sea la única verdad que
posee el arquitecto, y la más importante de sus labores, “ha
sido una necesidad del arquitecto cuando quiere ser la punta de lanza de
la investigación. Así lo hizo Le Corbusier con la industria
del concreto y Mies van der Rohe con el acero”, enfatizó.
¿Hubiera sido posible resolver esta casa
con un sistema estructural distinto?
En esta casa la estructura fue contemplada y diseñada como sistema
de transmisión de cargas mecánicas a un elemento estable que
tenía que dotar de un orden al espacio. "Tenemos un video divertido
y muy serio a la vez en Youtube en el que se muestra como en siete días
se construye la casa, con una tecnología que se desarrolló
para ello. Lo que mejor expresa el documento audiovisual es como el esqueleto
de la casa no es sólo su estructura, sino que es la construcción
del espacio arquitectónico, en crudo, pero completo. Yo te diría
que la importancia va desde que cada elemento estructural tienen un nombre
y por ello sabíamos que cada uno ocupa una posición única,
individual: la viga madre, el cajón invertido, la viga vierendel
posterior, la piscina voladora, la celosía, etc. Cada una de las
partes del soporte se muestra capaz de transmitir su papel portante a las
necesidades de la casa. Las estructuras y el espacio se necesitan mutuamente.
Las primeras vigas de la hélice ofrecen escala y acceso al patio
que abrazan, creando un espacio íntimo pero no encerrado, en el que
el recinto se muestra abierto, pero perfectamente delimitado. Todo gira
por lo tanto alrededor del patio que ofrece protección solar y abrigo
de vientos, es el marco espacial a través del cual la casa mira al
exterior".
Las adecuaciones
“No hubo adecuaciones a la idea original”, señalan. “Los
prefabricados son fascinantes. La estructura tenía que tener capacidad
de ser calculada y construida. Alguna vez he discutido con respetados compañeros
y amigos de profesión que es lamentable que los arquitectos sólo
quieran hacer proyectos básicos y que otros hagan la tarea ardua
y exigente de su ejecución material. Como si nuestro trabajo no fuera
continuo y completo, desde la intimidad del diseño en la oficina,
hasta la dura y caótica puesta en obra. Así fue aquí”.
El registro total del proceso
La documentación es más que importante para este despacho.
“Nuestras soluciones son procesos múltiples que exigen que
todo se documente de la mejor forma posible. Esta casa con sus elementos
prefabricados y el concreto por todos lados no podría entenderse
si no se analiza un poco el cómo se construyó. Esta obra ha
sido una verdadera historia digna de contar. Los protagonistas están
a la vista: los elementos prefabricados son los promotores del espacio.
c
Gregorio B. Mendoza
Fotos: Cortesía Ensamble Studio (Roland Halbe).
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