Un museo modelo
Presentamos un museo inaugurado hace menos de un año en la capital mexiquense, que brinda atractiva información sobre temas poco vistos en este tipo de recintos y que, no obstante ser una obra de materiales mixtos, tiene en el concreto un gran aliado.
El Museo Modelo de Ciencia e Industria (MUMCI) –localizado
en Toluca, Estado de México– se ha convertido en un nuevo referente
para los habitantes y turistas que visitan la capital de una de las entidades
más importantes de México. Con anterioridad el lugar fue utilizado
por Grupo Modelo como bodega y área distribuidora de sus famosos
productos. Hoy, con un respetuoso trabajo y un proyecto preciso, se puede
disfrutar de una construcción de estilo colonial que no deja de lado
su carácter industrial en pleno centro de ciudad.
Proceso constructivo
Para la construcción del MUMCI, Grupo Modelo seleccionó un
predio constituido por un edificio cuya construcción data de fines
del siglo XIX. El diseño del museo fue concebido por el área
de obras del mismo Grupo Modelo, que generó la idea que el arquitecto
José Moyao (de Moyao Arquitectos) buscó desarrollar en el
proyecto ejecutivo. Por su parte, el estacionamiento fue realizado por la
Peracasa Construcciones mientras que la construcción del MUMCI la
realizó la empresa promotora Aavanpro –parte del Grupo Fagas–
quién a su vez dispuso lo hiciera su constructora Edifiurbe, SA de
CV, encabezada por el ingeniero Luis Armando Díaz-Infante y su hijo
Armando Díaz-Infante Chapa.
El programa
arquitectónico a resolver en este proyecto contempló básicamente
tres funciones principales: zonas para exposición; área de
esparcimiento y zona de servicios con oficinas, con un área de 15,967.70
m2; comercio con 393.05 m2; cine (IMAX) con 1,031.15
m2; restaurante con 1,302.45 m2. En conjunto conforman
una superficie total de 18,694.35 m2, más dos niveles de estacionamiento
subterráneo con una superficie de 9,947.61 m2.
El museo cuenta con tres áreas principales: la sala de exposición
permanente compuesta de varias salas dedicadas a la elaboración,
producción y distribución de la cerveza. Dicha área
cuenta con espacios interactivos de luz y sonido, así como maquinaria
a escala para demostrar el proceso de elaboración de la bebida. Comenzando
desde su génesis en los inicios de la historia, hasta la revolución
industrial y la tecnología actual para elaborarla.
A continuación se llega a la sala de exposiciones temporales: recibe
muestras artísticas y culturales, tanto nacionales como internacionales,
complementando de esta forma la misión del MUMCI de ser un lugar
dedicado al aprendizaje y a la cultura. Y por último el Modelo IMAX
Theatre, una pantalla que reproduce en 3D y calidad de sonido digital Wrap
around. Sin duda alguna, ésta es una de las mayores atracciones del
MUMCI, así como de las áreas más representativas del
recinto.
Moyao Arquitectos
manifestó desde un principio la intención de respetar el acomodo
original en forma de cruz de la fábrica existente en el sitio de
los trabajos lo que significó utilizar todas las zonas perimetrales,
dejando totalmente libre la zona central para el tránsito general
y obtener un espacio amplio y ameno. “El principal reto fue el conservar
la mayor parte de la estructura original del edificio y por supuesto, lograr
el equilibrio y estabilidad de los muros y vigas, así como la colocación
de los paneles de cristal”, afirmó Díaz-Infante.
Estructurar lo nuevo
En el diseño del inmueble se consideró una estructura mixta
(concreto y acero). Así, la parte inferior –donde se ubica
el estacionamiento– cuenta con elementos preforzados de concreto,
mientras que la zona superior, la que alberga al museo, es de metal. La
excavación realizada implicó bajar a más de 11 m de
profundidad, para lo cual se estabilizaron sus paredes con anclas horizontales.
Logrado lo anterior se realizaron las cepas para las zapatas corridas de
concreto, en el cruce de ellas se ubicaron candelabros para permitir incrustar
la base de las columnas metálicas. Conforme se fue armando la retícula
de columnas y trabes, sobre ésta se apoyaron las tabletas verticales
que una vez rellenado el hueco entre éstas y el terreno, quedó
estabilizado el conjunto. Horizontalmente se colocaron trabes presforzadas
de concreto tipo TT; sobre las trabes portantes y sobre de ellas se colocó
un firme de concreto. “La importancia del concreto en esta obra –aunque
parece verse poco– es que en muchos casos logró que se estabilizarán
elementos de la arquitectura original como una de las fachadas del conjunto
en la cual, fue necesario realizar en su cimentación un apoyo perimetral
con este material que en el interior poco se percibe por la museografía”,
dijo Díaz-Infante Chapa.
La subestructura se resolvió así por estos muros perimetrales
de concreto, columnas de acero, trabes portantes y vigas TT, así
como con una capa de compresión reforzada con malla electrosoldada
6*6/6-6, misma que hace las funciones de cimentación (estacionamientos
subterráneos) y soporte para la superestructura metálica a
base de perfiles metálicos clase a-36 y a-50 que implicó el
suministro de 2,500 toneladas de acero y requirió se cuidara de manera
especial su fabricación ya que entre los elementos que se cruzaban
no había ortogonalidad por lo que fue necesario vigilar especialmente
su montaje pues la zona de proyección de la Megapantalla IMAX, es
un gran cubo soportado por cuatro columnas bifurcadas e inclinadas que forman
igual número triángulos invertidos. “Lo anterior representó
un verdadero problema de estabilidad además de que se debía
soportar la gran techumbre del museo a 26 m de altura que cubre prácticamente
el 60% del conjunto, así como solucionar la sujeción de la
fachada recuperada (fábrica original) para evitar que haya daños
en caso de sismo por ser estructuras diferentes”, señalaron
miembros del equipo constructivo.
Una vez que
la estructura metálica fue concluida se colocaron elementos prefabricados
de concreto con acabado expuesto con grano de mármol blanco que,
una vez situados en su posición definitiva, fueron martelinados para
configurar las fachadas perimetrales del museo, de la sala IMAX y del salón
de usos múltiples. Las dimensiones promedio de estos elementos es
de 2.44 m x 5.10 m de altura. Por último se colocó la cancelería
de vidrio que da la vista a la fachada del edificio.
Dentro del anecdotario los ingenieros responsables nos recuerdan que sólo
era viable realizar colados nocturnos por encontrarse en zona centro, de
carácter histórico de Toluca, utilizando una bomba telescópica
de 45 m y cerrando las vialidades con trafitambos, iluminación y
bandereros. “Fue complicada la logística porque las calles
son pequeñas y de día era difícil trabajar en la obra,
pero comenzamos a generar estas actividades nocturnas y nos dio resultado”.
Respetar
el pasado
Es evidente que el reto fundamental de esta obra –como toda intervención
a un edificio antiguo– era lograr que se entablara un diálogo
respetuoso entre el discurso estético de la obra original y las necesidades
programáticas del espacio nuevo o intervenido. Al respecto, el lic.
José Ángel Soto Guzmán, gerente de comunicación
del MUMCI comentó a CyT. que “para lograr esto hubo
que realizar diferentes tareas entre las que destaca el retiro de muros
de tabique ajenos al inmueble que de acuerdo a las calas e información
histórica, no correspondían a la traza original del edificio
para recuperar de la estructura original del edificio identificando los
muros originales; brindar mayor estabilidad estructural al inmueble. Por
su parte, la edificación del sistema constructivo de losas con base
en el sistema original de terrados y vigas de madera y/o losa de lámina
de zinc y viguetas de acero para dar curso a las instalaciones; realizar
un lavado preliminar de la fachada con base en una solución de jabón
neutro no iónico canasol NF 1000 al 3%, aplicado por aspersión
y enjuague con máquina hidrolimpiadora tipo Karcher, con agua a presión
regulada; restituir la balaustrada en azotea entre merlones de acuerdo a
fotos históricas conservando medidas, forma, textura y materiales
según la referencia original; restituir los niveles originales con
el fin de respetar los que rigieron en la etapa inicial realizando ajustes
en los mismos para conciliar la situación histórica con las
necesidades actuales del inmueble y los criterios de restauración
del INAH, dependencia que en todo momento vigiló la intervención
realizada.
Satisfacción
total
Los ingenieros involucrados coinciden y afirman que “el trabajo realizado
en este proyecto, puso a prueba nuestra experiencia y conocimientos ya que
el objetivo era mantener una estructura que debía de acoplarse a
la perfección con la visión del arquitecto José Moyao.
La finalidad era lograr una unión entre la construcción histórica
y la parte futurista e industrial del acero, cristal y concreto. Ha sido
una gran satisfacción y orgullo trabajar en este museo que ha sido
tan bien logrado. Buscamos siempre ser una empresa líder en el desarrollo
y construcción de proyectos. Cumplir sus compromisos otorgando un
servicio profesional que satisfaga a clientes, proveedores, inversionistas
y colaboradores es parte de nuestra política de trabajo”. c
Texto y fotos: Gregorio B. Mendoza
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