Quién y dónde

La experiencia habla

Ingeniero civil, con maestría y doctorado en ingeniería con especialidad en hidráulica por la
Facultad de Ingeniería de la UNAM: es el ingeniero Humberto Marengo Mogollón.

Uno de los personajes más reconocidos en el mundo, y dentro de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) es, sin duda alguna, el ing. Humberto Marengo Mogollón pues desde 1981 forma parte de esta empresa. Actualmente es Coordinador de Proyectos Hidroeléctricos, pero
también es profesor de asignatura de la Facultad de Ingeniería de la UNAM desde 1985. Construcción y Tecnología se enorgullece de presentar al lector la valiosa conversación que tuvo con este representante del talento mexicano.

Pasión verdadera
“Desde que me encontré con el cuestionamiento en mi juventud de qué estudiar, tenía claro que me interesaban las grandes obras; había una enorme dosis de sorpresa al ver lo que el hombre era capaz de hacer; por eso decidí estudiar Ingeniería civil”, nos dice el ing. Marengo Mogollón. Las presas y las obras hidráulicas le parecieron en su momento un reto majestuoso; lo más grande a realizar a lo que puede aspirar un ingeniero en su vida profesional. En una presa, nos dice, “se conjuntan todas las ramas de la ingeniería civil: la hidráulica, la geotecnia, la construcción, las estructuras, la planeación, el diseño, etcétera. Por otra parte, el nivel de relación con la ingeniería mecánica y eléctrica era simplemente algo que me llamaba a seguir ese camino para poder brindar al país la energía que necesita”.

Y así lo hizo. Refrendando su compromiso social y vislumbrando que este tipo de obras trascienden tiempo y personajes mantuvo un compromiso en su formación académica entendiendo el conocimiento como satisfactor de la sociedad en general. Sin embargo, como a todos los grandes protagonistas, le surgieron momentos de duda en los que cuestionaba si existía la capacidad para resolver estas grandes obras y vio con orgullo que presas como la de Zimapán en Hidalgo, era realizada con creces al tener una de las caídas más grandes del país (casi 600 m) y haberse construido con un arco de 203 m de altura y un túnel de 21 km. “Realmente cambió mi percepción de ver que sí somos capaces de hacerlo a base de una disciplina férrea, de estudiar, avanzar y de estar convencidos de que la sociedad es quien debe de recibir este beneficio. Por ello considero que las presas, las obras hidráulicas, son unos enormes retos para la ingeniería del ser humano y una obra sobre todo de carácter social”.

Talento reconocido
Años de constancia y entrega en esa búsqueda llevaron al ing. Marengo a ser nombrado Investigador Nacional del CONACYT desde 1998; a ser recipiendario de los Premios Nacionales de Ingeniería Civil a los mejores artículos técnicos en 1999, 2001 y 2007, otorgados por el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), entre otros tantos reconocimientos que nunca imaginó obtener. La fórmula para lograr estos resultados: la constancia.
Egresado y hecho ciento por ciento en la UNAM, nos dice: “Ahí estudié mi carrera, mi maestría y mi doctorado. Algo curioso o diferente de algunas personas es que trabajé desde el tercer semestre de la carrera, hasta que terminé mi doctorado. Nunca dejé de trabajar y estudiar al mismo tiempo. Ese elemento me permitió tener el conocimiento teórico en unión con el sentido práctico. Muchas veces calificamos a las personas que hacen posgrados como ‘ratas de biblioteca’, por no tener la vinculación con la parte práctica. Afortunadamente en la CFE tuve la oportunidad de fusionar ambas experiencias, algo que ha sido sinceramente fantástico”.

A la fecha, ocasionalmente hace un recuento del tiempo transcurrido: son casi tres décadas en la CFE y 20 años en la UNAM impartiendo cátedra en su facultad, además de ser titular de la Academia de Ingeniería. Sigue buscando más vínculos y por ello su actividad gremial es constante; es miembro regular de la Academia Mexicana de Ciencias; miembro de la ASCE (Asociación de Ingenieros Civiles de los EEUU); también, actualmente, es Presidente del XXIX Consejo Directivo de la Asociación Mexicana de Hidráulica y Vicepresidente de la Academia de Ingeniería de México con lo cual asumirá su presidencia en 2012. “Son compromisos pactados con la profesión”, afirma con orgullo.
Acepta que su perfil es poco común en nuestro país pues es complicado romper inercias y mantener una injerencia exitosa en diferentes rubros profesionales. Pone el ejemplo al recordar ser el fundador de la maestría de hidráulica en el estado de Tabasco, así como una maestría a distancia de la misma especialidad por parte de la UNAM. “Ha sido un éxito. Hoy en día tenemos 48 alumnos en plena formación práctica teórica porque están trabajando en las obras y en los centros de anteproyecto. Al mismo tiempo de formar a los alumnos, intento estar con ellos en sus aspiraciones y asesorar sus tesis ha sido también muy interesante”.

Convencido de que se puede todo en esta vida. Nos confiesa que creció educándose bajo un dicho paternal que decía: “toma lo que quieras, pero págalo”. “A fin de cuentas se puede lograr una conjunción de varios aspectos; hay que tener la disciplina y orden para hacerlo; no basta sólo la disciplina; no basta sólo la voluntad; tampoco la inteligencia, es una unión de todo lo anterior para hacer las cosas; pero no es fácil; son días de intenso trabajo de 14 horas. Siempre les digo a mis alumnos que en la práctica no hay el 7 u 8 de calificación; en la práctica es un 10 absoluto, o las cosas fallan. Y ahí es donde debemos ser perfeccionistas. Tenemos que aprender a ser lideres a transmitir a la gente este mensaje”.

Voz mexicana
Al final de cuentas la situación más complicada que enfrenta el entrevistado es mantener en firme siempre su responsabilidad. Ha sido innumerablemente considerado como embajador de la ingeniería nacional en todo el mundo al dictar conferencias sobre los trabajos realizados por la CFE, lo que para él resulta una enorme satisfacción. Sin embargo, en ese sentido refiere que uno de los retos principales que enfrentan estas grandes obras de ingeniería que es el sacudirse la mala imagen que tienen como proyectos de alto impacto negativo. “Se ha demostrado en todo el mundo que estas obras son viables a nivel económico, técnico, y ecológico al ser menos contaminantes que una termoeléctrica”. En este sentido, remarca qué importante es reconocer que México tiene un enorme prestigio por sus trabajos realizados en los últimos años. “El Cajón ha sido un punto de referencia en el mundo, ya que cuando se inició su construcción se estaban realizando seis o siete presas al mismo tiempo en diferentes latitudes del orbe y tuvieron fallas; se fracturaron las caras del concreto y el mundo financiero empezó a dudar si debían de seguir financiando este tipo de proyectos; entonces la referencia fue la CFE. Tuve la oportunidad de explicar qué se había hecho a nivel de diseño, planeación, supervisión, construcción. El resultado fue que, incluso comités internacionales, premiaron esta mega obra dentro de las cinco más importantes del mundo con enrocamiento con cara de concreto y las cinco mejores con enrocamiento con cara de arcilla. Por ello es necesario resaltar que es un trabajo en equipo del cual debemos de estar muy orgullosos porque se trata de gente muy capaz haciéndolos realidad”.
Convencido de que un líder se hace no nace, ha tomado una serie de diplomados en el IPADE para administrar e identificar las capacidades y necesidades de su personal. Hacerlo lo ha llevado a lidiar de manera inteligente con vanidades e intereses personales que mucha gente tiene. “Es necesario saber cómo encausar toda esta energía en beneficio del proyecto y establecer estrategias para solucionar los requerimientos de la obra basado en esta visión global y no en caprichos. Asesores nacionales e internacionales han tenido que aprender a trabajar con este sistema y afortunadamente –acota–, los resultados hablan por sí mismos: no hemos tenido problemas graves. Nuestras presas en México no han fallado en comparación con las de Estados Unidos, Europa, China, etc., donde han tenido fallas catastróficas. Nuestro mérito es el mérito de la ingeniería mexicana, así de simple”.

Fusión gremial
Orgulloso de su trabajo y de su equipo que colabora de forma cercana con él, el ingeniero Marengo indica que uno de sus mayores objetivos es remarcar el compromiso gremial que debe de existir para reconocer la labor específica de cada una de las personas que confirman estas grandes obras. Para él todos son parte importante de un reconocimiento otorgado a la CFE. Nos comparte una reflexión que deja ver lo complicado que puede tener su posición de trabajo: “A veces, sin duda, nos toca ser los ‘malos de la película’. Desafortunadamente no podemos satisfacer a todos pero estamos claros que nunca buscamos quedarle mal a México; ése es el porqué de nuestras decisiones; así lo entendemos con todo lo que implique”, concluye. c

 

Gregorio B. Mendoza
Retrato: A&S Photo/Graphics

 

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