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Las tomografías para el concreto armado
Los avances en materia de tecnología permiten inspeccionar el estado de una construcción, de manera similar a la que se examina un cuerpo humano.
Las llamadas Tomografías del Concreto Armado (TAA por sus siglas), de un tiempo a la fecha están permitiendo inspeccionar el estado de todo tipo de construcciones. Para su generación se utilizan rayos gamma, así como un complejo pero efectivo software de procesamiento de imágenes. En este sentido, la tomografía –como técnica de diagnóstico por imágenes– no es un estudio exclusivo del campo de la medicina. Aunque cueste creerlo, a las construcciones y edificios que podríamos considerar “enfermos” también se les pueden aplicar estas herramientas.
Creada por el doctor en física Mario Mariscotti, la Tomografía del Concreto Armado (o Tomografía del Hormigón Armado) resulta una técnica única en el mundo que permite analizar el interior de las estructuras sin necesidad de romper, picar o remover revestimientos. Esta técnica no destructiva puede ser utilizada para cubrir diversos fines como pueden ser: el determinar la posición y tamaño de armaduras y estribos; inspeccionar vainas y cables en el concreto pre y postensado detectar corrosiones en armaduras; localizar cañerías; observar fisuras, así como otro tipo de defectos en la homogeneidad del concreto. Sin duda alguna, la tomografía del concreto armado no difiere demasiado de las radiografías comunes usadas en medicina. La principal diferencia es que la TAA utiliza rayos gamma, un tipo de radiación poderosa, capaz de atravesar sustancias extremadamente, como lo es el propio concreto armado.
En entrevista vía telefónica que le hiciera la Agencia Nacional de Noticias de la República Argentina (TELAM) al físico Mariscotti, éste explicó que la tarea: “requiere un trabajo de campo, donde irradiamos los edificios y, posteriormente, un trabajo de análisis en el laboratorio”. El estudioso también señaló que el método de trabajo consiste en colocar una fuente blindada emisora de rayos gamma de un lado de la estructura y del lado opuesto, una placa radiográfica sensible, la cual es recubierta en su reverso por un blindaje de plomo con el fin de evitar que se escape la radiación. Al irradiar la estructura, el haz de rayos gamma atraviesa el concreto y, como los hierros que contiene absorben más radiación que el concreto, obstruyen su trayectoria imprimiendo sombras de distintas intensidades en la placa. En otras palabras, a decir del experto, ocurre de una manera muy similar al comportamiento de los huesos en una radiografía clínica.
Los tiempos de irradiación dependen del espesor de las estructuras que serán inspeccionadas; sin embargo, conviene destacar que los estudios propuestos por el experto no dejan ningún tipo de residuo radiactivo sobre las piezas analizadas y que las precauciones al realizar los trabajos no exceden a las tomadas habitualmente durante una radiografía médica. Al respecto, el doctor en física, expresó: “En general, se cuida que las personas mantengan cierta distancia en el momento de irradiar y, además, se pueden proteger con pantallas de plomo las zonas adyacentes a las de toma de placas”.
Una vez realizada la placa, se procede a la digitalización y al procesamiento de los datos a través de un complejo software, el cual también fue diseñado por el equipo comandado por Mario Mariscotti. Por cierto, este programa reconoce las distintas variaciones lumínicas y les asigna números, que luego son reinterpretados y convertidos en una imagen tridimensional. El resultado de este proceso de análisis es la obtención de una tomografía; es decir, una imagen con calidad fotográfica que permite la reconstrucción exacta del interior de la estructura inspeccionada con un mínimo margen de error. Con este sistema de ensayos no destructivos ya se han estudiado —en Argentina y en otros lugares del planeta— más de mil piezas estructurales en edificios de departamentos, oficinas públicas, fábricas, escuelas, puentes, tesoros bancarios, centros comerciales y usinas. También se han analizado monumentos históricos de gran valor, como los realizados a los “ornamentos y otros elementos arquitectónicos de la Basílica de Luján o el estudio llevado a cabo en la ‘Capilla Doméstica’, en la Manzana Jesuítica de la Ciudad de Córdoba”, expresó en la citada entrevista Mario Mariscotti.
Hace unos años, incluso se realizó una inspección submarina en Tierra del Fuego, cuando un barco chocó en el Puerto de Ushuaia. De esa experiencia Mario Mariscotti comentó a la agencia noticiosa: “En esa oportunidad, pudimos corroborar en qué condiciones y qué daño tenían las estructuras de los pilares. Sin embargo, para poder realizar una inspección como ésta, fue necesario construir herramientas especiales y dispositivos, incluyendo contenedores estancos para alojar el equipo”, explicó.
La agencia noticiosa argentina le preguntó al doctor Mariscotti sobre los estudios recientes realizado con esta tecnología, a lo que respondió: “Han sido muchos; sin embargo, entre los más destacados estuvieron los realizados en los Tribunales de Lomas de Zamora, en el Banco Nación de Mar del Plata y en un edificio de departamento de Gran Buenos Aires”. Sobre estos trabajos, Mario Mariscotti puntualizó: “en el caso de los Tribunales de Lomas de Zamora, se trataba de un complejo de edificios iguales que están uno al lado del otro unidos por puentes. Se deseaba construir un nuevo módulo y las ménsulas en las que se iban a apoyar los puentes para unir la edificación nueva con la anterior ya estaban hechas hacía tiempo. Entonces, con la THA verificamos las armaduras y los anclajes; es decir, cómo estaba anclada al edificio principal la armadura de la ménsula”.
Asimismo, el especialista hizo referencia al edificio del Banco Nación en Mar del Plata. Se trata de una construcción típica clásico de la década del cuarenta del siglo XX, que cuenta con una escalera de mármol bastante particular. Esta importante obra posee varios tramos y tiene un descanso suspendido en el aire. En una oportunidad, la escalera se sobrecargó de gente y empezó a vibrar. La Tomografía para el Concreto Armado en este caso, sirvió para analizar las armaduras en el interior de esta escalera y determinar con exactitud qué se podía hacer al respecto.
El experto Mario Mariscotti también recordó un trabajo de tomografía realizado durante 2011 en un edificio de departamento de la Provincia de Buenos Aires en el que se derrumbaron tres balcones de forma espontánea. Según el experto: “esto produjo una gran preocupación en los propietarios y creo muchas dudas sobre toda la estructura del edificio. La TAA permitió verificar todos los puntos clave de la estructura y, en realidad, resultó que no estaba bien hecha. En este caso –explicó– quedó demostrada la importancia de una técnica como la TAA, porque no existe otra para conocer cómo están colocadas las armaduras. En un balcón no solo es suficiente que haya hierros sino que es necesario que esos hierros estén puestos en el lugar adecuado. En el encuentro de un balcón con la estructura principal es muy importante que esos hierros vayan por arriba dentro de la losa de concreto. Si están un poco bajos la resistencia del voladizo varía muchísimo”, expresó.
A través de este tipo tomografías fue posible acceder a un diagnóstico confiable y preciso de estructuras y construcciones consideradas habitualmente como inaccesibles. Por ello, la Tomografía para el Concreto Armado se constituye en la actualidad como una herramienta fundamental para el diagnóstico temprano de edificios, puentes o cualquier otro tipo de construcción. Su aplicación podría servir, además, como método de control y prevención, evitando así accidentes fatales. Cabe subrayar que respecto al costo, Mario Mariscotti afirmó que la TAA no es una tecnología cara, “teniendo en cuenta que, en algunas circunstancias, no hay otra alternativa posible si se quiere saber cómo está la estructura”.
TEXTO: Artículo tomado de www.agenciasuburbana.com.ar/noticia.php?id=9534.
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