Punto de fuga
PARA SENTIRSE DIMINUTO
En el Jardín de Turia, en Valencia, España –muy cerca de la Ciudad de las Artes y de la Ciencias–, se encuentra el complejo infantil conocido como Parque Gulliver que, como su nombre lo indica, tiene como principal elemento estructural la enorme figura realizada en concreto, de este personaje que, como se narra en la novela Los viajes de Gulliver, obra de Jonathan Swift, después de viajar por el mar, arriba a una playa desconocida. Al despertar del extraño periplo, descubre que ha sido atado por un numeroso grupo de personas diminutas, ciudadanas de Lilliput.
Y así se sienten, como liliputienses, todos los que visitan este parque y se divierten en este grandioso cuerpo humano de concreto –recubierto en algunas partes por elementos acolchados– que cuenta con diversos toboganes, rampas y escaleras. Cabe decir que esta curiosa obra fue encargada en 1990, por el Ayuntamiento de Valencia, al arquitecto Rafael Rivera, así como al artista valenciano Manolo Martín, bajo un diseño del historietista Vicent Josep Llobel Bisbal. Sin duda, un divertido paseo dominical para las familias valencianas –y los numerosos turistas que llegan a la ciudad fallera– y un ejemplo de cómo hacer parques en los cuales niños y adultos pueden divertirse sanamente. Cabe decir que en Japón, existe un parque similar, donde también fue representado Gulliver, sólo que en el caso nipón, al parecer, está abandonada la obra.
TEXTO: Gabriela celis navarro
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