Una herencia estructural
CTC es una empresa comandada por los ingenieros Tapia (padre e hijo); la mancuerna está trabajando en importantes proyectos, quizás próximos íconos urbanos.
Nacido en Perú pero ya con vínculos profundos con nuestro país, su legado sigue vigente a través de la mancuerna establecida con su hijo (M.I. Carlos Tapia García), y desarrollada en CTC Ingenieros Civiles, empresa que está a punto de celebrar dos décadas de labor profesional.
Más mexicano que el mole
Los ingenieros Tapia nos reciben en las oficinas de la empresa, el edificio
más grande del centro histórico de la Ciudad de México.
Ubicado sobre José María Izazaga, poco se percibe que la superficie
de construcción realizada sea sólo equiparable a la que se
ejecutó en la Torre PEMEX. CTC Ingenieros Civiles tiene aquí
su sede y desde ésta es posible ver gran parte de la Ciudad de México,
laboratorio de cálculo de la firma que en 2011 cumplirá veinte
años de trabajo constante.
Carlos Tapia Castro, egresado de la generación 66-70, de la Facultad
de Ingeniería de la UNAM, nos narra algunas de las cosas que le pasaron
por la mente al llegar al país. “Lo primero con que me encontré
eran las oportunidades académicas; todas las que pude las aproveché.
Sin embargo, mi vida pudo haber dado un giro inesperado con los sucesos
del 68. Por fortuna no me sucedió nada y comencé a involucrarme
sólo en el campo profesional con el compromiso de aportar mi mejor
esfuerzo a lo que me fuera encomendado”. Así iniciaría,
recién egresado, adecuaciones para análisis y diseño
de software estructural. En ese tiempo –comenta– "se usaban
las tarjetas perforadas y la gente se sorprendía con tanta información
que daba la computadora. Soy de esa generación que recibí
esa información cuando terminé la carrera”.
Posteriormente,
se integró al Instituto Mexicano del Petróleo, en el año
de 1974, cuando comenzaba a realizarse el desarrollo de plataformas marinas
y de las refinerías. Dicho organismo era entonces, una parte fundamental
de PEMEX ya que tenía a su cargo esos diseños. “Sin
embargo, con el boom petrolero, el gobierno cambió su estrategia
e inició la compra de diseños completamente hechos por países
extranjeros, lo que dio lugar a que la ingeniería y ese grupo de
gente no pudiera terminar de explorar el campo. Con ese cambio todo se modificó
y el retraso fue enorme para el país ya que había una generación
de grandes ingenieros que hubiéramos podido diseñar una refinería
por sexenio, por ejemplo”.
Entonces, le señalamos, es curioso que hasta hoy en día, se
acuse de la carencia de talento en el campo de la ingeniería en nuestro
país, ¿Qué opina al respecto? "Exactamente. Pues
mira, esto que te digo es de la década de los setenta, lo cual nos
dice que tenemos un retraso de cuarenta años. Esas decisiones que
eran convenientes financieramente generaron un vacío en la cual los
jóvenes dejaron de interesarse por la ingeniería. Hoy se habla
de un déficit para los desarrollos de infraestructura del país,
es una pena. Sin embargo esas mismas decisiones ajenas a él, le brindarían
la oportunidad de abrirse otras puertas gracias a las habilidades que había
desarrollado y de su experiencia en el manejo de programas de cómputo
para el diseño de edificios, así como de la revisión
de los mismos. Decidió iniciar colaboración con el ingeniero
José María Riobóo y de ahí su interés
profesional tendría un giro de suma importancia. Años después
de mi colaboración tuve la oportunidad –con los sismos de 1985–
de involucrarme con un grupo de amigos al sector estructural. Hicimos una
serie de adecuaciones y aprendí mucho de compañeros comprometidos
como Carlos Correa, Enrique Martínez Romero (qepd), y empresas como
DIRAC y Colinas de Buen. Yo contaba con mi conocimiento en programas de
cómputo y esto hacia que me consultaran algunas cosas como asesor
externo a sus despachos o como un procesador de información técnica
hasta que se formó CTC Ingenieros Civiles en 1991 con un excelente
grupo de ingenieros que me han acompañado a lo largo de estos casi
veinte años. Los primeros edificios nuestros fueron los edificios
Zafiro –a principios de los noventa–, ubicado cerca de TV Azteca,
al sur de la ciudad”.
La
importancia del software
Para el ing. Tapia Castro “ha habido una carente difusión del
tema software. Existieron dos etapas con el software: la primera, de 1960,
sirvió para análisis directo. A partir de 1980 se hicieron
más amigables los programas con la introducción de la microcomputadora.
Esas diferentes fases dieron lugar a que la primera fuera, digamos muy oscura
y en la cual había que hacer un trabajo posterior muy pesado. En
la segunda etapa, ya aparecen los preprocesadores, los cuales daban mucha
facilidad para meter datos, características que dieron lugar a la
implementación al por mayor de estas herramientas”.
A la pregunta de si ha cambiado la forma de calcular y de lo que ha implicado esta tecnología, el ingeniero comenta: “Básicamente no ha cambiado. Cada ingeniero interpreta las normas de la forma en que su criterio se lo indica. Pero creo que en ese tema hay que tener mucho cuidado porque hay que sentir la estructura. Con el software se ha hecho más impersonal aunque por fortuna tratamos de tener gente que pueda sentir el diseño; que lo viva. Yo entiendo que los jóvenes son muy capaces, muy rápidos pero hay que combinarlo con la experiencia y los puntos críticos desarrollados en años de trabajo”.
Hoy, existen nuevas exigencias en el diseño. Y
es este punto el que logró la fusión obtenida con la nueva
generación, representada en CTC por el hijo del ingeniero Tapia.
Al respecto Carlos Tapia García, comentó: “Yo estudié
en la Universidad la Salle en 1998 y realicé una maestría
en la Universidad del Sur de California con apoyo del CONACYT. Desde mi
perspectiva, ahora hay proyectos más complejos y más audaces
debido a la competencia entre despachos. Se les exige mucho más a
todos. A nosotros nos ha ayudado tener la visión y la experiencia
y no perder el piso con los diseños ya que nos acercarmos al cliente
o a los inversionistas siempre para obtener algo congruente que no arriesgue
la inversión, porque esto es un negocio para todos.
Hemos tenido esa fortuna y en los últimos dos años hemos estado
involucrados en más de 1 millón de metros cuadrados de diseño.
Suena demasiado y lo es, pero si tomamos en cuenta que ahora los proyectos
oscilan arriba de los 200,000 m2 es significativo, pero no lo
es todo. Creo que esta razón ha hecho que seamos la empresa que más
ha crecido en los últimos años”.
El
papel de CTC en Paseo de la Reforma
De unos años a la fecha, la oferta constructiva en el capitalino
Paseo de la Reforma ha crecido. CTC ha tenido un papel fundamental en muchos
de los desarrollos que han sido, y siguen levantándose, en esta icónica
avenida. Del tema, Carlos Tapia García señala: “Realizamos
el cálculo de Reforma 77 Plaza Residences (diseño de Migdal
Arquitectos). También estamos colaborando con Arditti+RDT Arquitectos
en Reforma 412, así como en Reforma 432, proyecto de Michel Rojkind
y grupo Elipse. Por otro lado estamos trabajando otra obra que se ubica
en las cercanías del Ángel de la Independencia, así
como en una torre que está proyectando el arquitecto Enrique Norten
en lo que era el cine Latino; este rascacielos tendrá 52 pisos y
muestra, como dato relevante, un ‘quiebre’ muy singular en la
estructura”.
Además de lo anteriormente mencionado por el ing. Tapia, en el campo
estructural están asociándose con firmas de prestigio internacional:
“Así es. Nos está tocando colaborar con Arup y SOM,
por ejemplo. En el caso de la primera firma –una de las más
importantes del mundo en materia ingenieril– estamos trabajando el
Centro de Gobierno de Guerrero, obra de Norten. Con SOM (Skidmore, Owen
and Merril; ver CyT de marzo de 2010) estamos desarrollando el Centro operativo
de Bancomer en la Ciudad de México. También trabajamos con
especialistas sísmicos y con el Instituto de Ingeniería de
la UNAM. Aunque desafortunadamente creemos que a veces la información
entre investigación y práctica corre lentamente".
El papel del concreto en el trabajo de CTC
Sobre el tema del concreto, el ing. Tapia Castro comenta que "en el
despacho el 90% de las obras las resolvemos con este material; resulta más
económico que el acero y tiene muchas ventajas en cuanto al desempeño,
por ejemplo en materia de acústica o de vibraciones. En algunos edificios
altos de Paseo de la Reforma hemos llegado a soluciones en donde se hacen
construcciones híbridas".
Para el experto, “el concreto usado en los postensados da una ventaja
en ciertos casos. Aunque a mucha gente a veces no le gusta usar ese tipo
de técnicas, nosotros somos un despacho que estamos abiertos a todas
las posibilidades y eso nos ha permitido que los clientes nos vean como
un despacho que se preocupa por estudiar todas las posibilidades hasta lograr
la mejor solución en beneficio de la seguridad”.
Para completar la idea, el ing. Tapia García expresa: “nosotros
surgimos como un despacho de diseñadores de concreto; en ese tiempo
era poco usado y es el material que más conocemos en el sentido de
haberlo diseñado; de ver cómo se ha comportado y de darle
más seguimiento a las investigaciones. Entendemos por qué
cada vez se hace un material más usado por su resistencia ya que
ha progresado muchísimo”.
Para finalizar la idea, la mancuerna afirma que se puede considerar al talento
mexicano al nivel de cualquier otro del mundo; creen en ello y hacen una
reflexión crítica en cuanto a la reglamentación vigente
ya que afirman que es buena pero carece de la visión tecnológica
que se está realizando desde años atrás en otras partes
del mundo como Japón o Estados Unidos. “Tarde o temprano esto
deberá cambiar. Por el momento tenemos que recurrir a reglamentos
de otros países”. c
Gregorio B. Mendoza
Fotos: A&S Photo/Graphics
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