Estructuras en el Bicentenario
Entre el 20 y el 24 de octubre pasado tuvo lugar el segundo ciclo de conferencias titulado “Las estructuras en el Bicentenario de la Independencia de México”.
En
el ciclo de conferencias “Las estructuras en el Bicentenario de la
Independencia de México”, celebrado el pasado mes de octubre,
tuvo lugar un merecido homenaje al maestro en ciencias Enrique del Valle
Calderón, profesor de varias generaciones de ingenieros y ex director
de la Facultad de Ingeniería (FI) de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM). Del Valle Calderón –un experto en
ingeniería sísmica de talla internacional– “es
un personaje sumamente ecuánime y equilibrado al que nunca he percibido
disgustado, a pesar de que hemos estado en reuniones con arquitectos en
las que dan ganas de decir algunas palabrotas. Siempre lo percibí
calmado, participativo y comprensivo, incluso después de alguna conferencia
en la que se encontraba con opiniones contradictorias y adversas, pero poco
objetivas”. La referencia anterior es del ingeniero Francisco García
Jarque (director general de García Jarque Ingenieros), quien relató
que Del Valle Calderón siempre tuvo la virtud de redactar y revisar
los informes y estudios técnicos como nadie lo que le permitió
ser uno de los mejores peritos profesionales en seguridad estructural del
Colegio de Ingenieros Civiles de México.
Un orador
más fue el ingeniero José Manuel Covarrubias, quien destacó
que el homenajeado ha sido uno de los profesores más eminentes que
ha tenido la FI, y uno de sus directores más recordados. “Si
hablamos de su papel como estructurista, tenemos que decir que su trayectoria
es indiscutible y eminente, ya que siempre demostró ser un profesional
integro, capaz y honesto”, sentenció. Por su parte, el director
de la FI, el ingeniero Gonzalo Guerrero Zepeda, estableció que es
justo y necesario que los grandes personajes de la Facultad y de la UNAM
reciban este tipo de homenajes. “El maestro Del Valle Calderón
es una estructura sólida de nuestra escuela y desde siempre, desde
que yo era estudiante y él director de la FI, reconocí la
grandeza de su sencillez”, apuntó.
La voz de la experiencia
Frente a los estudiantes que abarrotaron el auditorio Raúl J. Marsal,
el ingeniero Del Valle Calderón agradeció la distinción
y estableció que un maestro tiene el deber de motivar a sus alumnos
para que sigan su carrera. Los mentores deben convertirse apuntó,
en un modelo a seguir, tal y como me sucedió a mí con el ingeniero
De Buen, con quien cursé la materia más difícil: Estabilidad
de las Construcciones.
A la postre, Del Valle Calderón se convertiría en el ayudante
del legendario especialista. Cabe decir que el maestro Del Valle Calderón
dictó la conferencia magistral El efecto de los sismos en las construcciones,
en la cual destacó que uno de los problemas que tienen las estructuras
es la vibración propia y el suelo en que están desplantadas.
“Cerca
del aeropuerto y en la colonia Roma, por ejemplo, los periodos de oscilación
son bastante largos, del orden de los dos segundos. En muchos otros lados
va variando, de acuerdo al espesor de la capa compresible que tengamos sobre
la zona más o menos firme de la ciudad. Recordemos que la Ciudad
de México era un lago que se fue rellenando poco a poco y eso dejó
muchas arcillas de alta compresibilidad y periodos de oscilación
relativamente largos. Las estructuras que no vibran es porque están
muy amortiguadas”, afirmó. Del Valle Calderón señaló
que cada temblor ha provocado cambios en la reglamentación relacionada
con la construcción y reparación de estructuras. Yo lo he
experimentado luego de los sismos de 1973, 1979 y 1985, y como ejemplo representativo
puedo señalar el antiguo edificio de la Tesorería del Distrito
Federal, que estaba localizado en la colonia Doctores. Esta estructura fue
dañada por varios temblores y cuando fue reparado se usaron diversos
métodos. Primeros se usó la técnica del encamisado,
lo que significa que aumentaron las secciones de los elementos estructurales
con más refuerzo en las columnas. El edificio quedó dañado
nuevamente en 1979 y volvieron a encamisarlo; es decir, estaban tirando
el dinero porque ese tipo de solución no atiende la causa del problema.
La estructura se dañó básicamente por una coincidencia
de los periodos de oscilación con los periodos del suelo, de tal
manera que con el método del encamisado no podían cambiar
la rigidez del edificio de manera significativa.
Sí se hacen más rígidas las columnas y las trabes,
pero también aumenta la masa, y como el periodo de oscilación
de una estructura depende de la raíz cuadrada de la masa entre la
rigidez; entonces, si aumentan los dos parámetros, masa y rigidez,
prácticamente el periodo sigue siendo muy parecido. Finalmente, el
edificio se demolió”, aseveró.
Contraventeo, método eficaz
Algunos edificios se refuerzan con la técnica de las diagonales de
contraventeo con el objeto de darle mayor rigidez y mayor resistencia a
la estructura, tanto en la dirección longitudinal como en la dirección
transversal. Esta estructuración es sumamente rígida y entonces
el periodo de oscilación del edificio cambia radicalmente. Ciertas
construcciones tienen un periodo cercano al del suelo; es decir, responden
de una manera muy fuerte, “y con esta solución se les sacó
del periodo de oscilación del suelo, al grado que cuando vino el
temblor del 85 no les pasó nada. Como era de esperarse, los edificios
que estaban al lado se derrumbaron”, comentó.
Algunas
de las experiencias del maestro Del Valle Calderón fueron llevadas
al interior de la Universidad de Illinois, institución donde el homenajeado
obtuvo su maestría, de tal suerte que algunos expertos quisieron
saber más sobre la resistencia que habían obtenido las estructuras
que habían sido sometidas al contraventeo. “Uno de los edificios
analizados fue uno al que se le tuvieron que reparar todas las grietas que
tenían las trabes, las cuales se sellaron con resinas epóxicas.
Las columnas de los primeros niveles, elementos que se habían agrietado
fuertemente, tuvieron que inyectarse y encamisar con placas metálicas,
mientras que la cimentación de la nueva estructura tuvo que hacerse
completa.
El edificio tenía unos pilotes y fueron colocados algunos más,
porque al ser mucho más rígida esta fachada se atrae fuerza
sísmica, y esa fuerza va a provocar momentos de volteo importantes
en la cimentación que había que tomar con pilotes adicionales.
Esa parte quedó conectada a la estructura original mediante unos
pernos y placas formando un sándwich con la trabe original; la losa
se reforzó localmente. En una placa interior se colocaron varillas
soldadas para aumentar la rugosidad, al tiempo que inyectamos mortero estabilizador
de volumen”, explicó el experto “Se debe tener cuidado
de reforzar localmente la losa para evitar una falla, enfatizó el
especialista, ya que donde está conectada la estructura va a llegar
a transmitirse una fuerza grande. Esto sucedió
en un edificio localizado en la calle Monterrey, en el Distrito Federal,
reforzado con muros de concreto adicionales después del temblor de
1979, mismos que se desconectaron cuando vino el sismo de 1985 por no haber
reforzado una de las losas”, enfatizó. Una estructura más,
que se reforzó después de 1979, es la que estaba encajonada
entre dos edificios. En este caso, la solución que se propuso fue
rigidizar la estructura y contraventear
con diagonales en diferentes partes, al tiempo de aplanar otras áreas
con concreto. “Se colocó una especie de zapata arriba y abajo
a los contraventeos, mientras que las columnas se forraron con ángulos
y celosía. Ello, porque al ser más rígida esa crujía
va a atraer más fuerza de sismo y aumentará la fuerza axial
en las columnas. Por eso había que reforzarla”, explicó.
Finalmente, el ingeniero Enrique del Valle Calderón recordó
que el temblor de 1985 fue de larga duración y presentó muchos
picos del mismos tamaño, lo que fue veneno puro para muchas edificaciones.
“Muchas estructuras colapsaron porque ya no había energía
que disipar; habían disipado toda lo que podían y el temblor
seguía y seguía. Recordemos que en los suelos blandos los
temblores son largos, y pueden durar minutos”, concluyó.
La sustentabilidad y los ingenieros estructurales
El doctor Amador Terán Gilmore –investigador de la Universidad
Autónoma Metropolitana, asesor estructural y miembro titular de la
Academia Nacional de Ingeniería– habló del papel que
debe tener el ingeniero estructural en el desarrollo sustentable de México.
“El calentamiento global llama mucho la atención de los medios;
pero, en realidad, debemos estar alertas a muchos otros problemas que son
gravísimos ya que tomamos muchos recursos naturales no renovables
y los regresamos en forma desechos y contaminación”, dijo el
especialista. Hay que señalar que cada año se fabrica un metro
cúbico de concreto por cada uno de los siete mil millones de habitantes
que tiene el planeta, explicó el doctor Terán Gilmore, quien
dijo que la industria de la construcción está en deuda con
la sociedad porque utilizan una gran cantidad de recursos no renovables.
“Si hablamos de la ingeniería civil, y específicamente
la estructural, se puede afirmar que ha permanecido con un perfil bajo y
no ha ofrecido soluciones para aminorar nuestra contribución a este
deterioro. En términos de sustentabilidad todo se puede resumir a
que debemos hacer más con menos”.
Es
cierto que hoy se busca aislar térmicamente un edificio para que
se consuma menos energía eléctrica, así como captar
el agua de lluvia y almacenarla en una cisterna y reutilizar esa agua; “pero
se puede hacer mucho más que eso si atendemos, por ejemplo, el diseño
en forma de triangulo, que es una figura estable y que permite tener menos
peso que si hubiéramos usado otro sistema estructural más
tradicional, como las vigas y columnas. Varias torres en el mundo se construyeron
con este concepto en Londres, Tokio, China, Nueva Zelanda y Holanda, por
citar algunos casos y se puede decir que ello generó el inicio de
la ingeniería estructural sustentable. No obstante, y a pesar de
que tenemos herramientas, lo sólido del concepto aún no se
aterriza lo suficiente en la realidad. “Yo he comentado que en México
se podrían hacer cosas así, pero me han dicho que no habrá
un arquitecto mexicano que acepte una fachada de puros triángulos.
Yo no lo creo, simplemente porque detrás de esta idea hay un gran
potencial estético”, aseveró.
Un principio que deberíamos tener en términos de sustentabilidad
es el ahorro de recursos en las estructuras más pesadas. El problema
es que el paradigma actual de diseño sismo resistente no tiende a
promover que fabriquemos las estructuras de manera eficiente –apuntó
el especialista– quien concluyó diciendo que “en la realidad,
tendríamos que hacer cambios profundos para hacer estructuras más
ligeras, y de esa forma hacer posible un desarrollo sustentable”,
concluyó. c
Juan Fernando González
Fotos: Cortesía Coordinación de Comunicación,
Facultad de Ingeniería, UNAM.
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