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Una gran Plaza
rehabilitada
El espacio público es fundamental en cualquier metrópoli toda vez que cumple con la función de promover la convivencia entre la sociedad civil al ofrecer zonas adecuadas para el desarrollo deactividades recreativas, culturales y de salud al aire libre.
Como es evidente, el cemento y el concreto ocupan un lugar preponderante en todas las obras que están a cargo de la Autoridad del Espacio Público, entidad gubernamental dependiente de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del Gobierno del Distrito Federal. Algunos de los proyectos más representativos en los que ha intervenido esta dependencia capitalina son: el Museo del Tequila y del Mezcal y la Plaza Garibaldi; el mercado San Camilito y la Academia del Mariachi; el corredor peatonal Madero, así como la azotea verde que se encuentra localizada en la sede del gobierno presidido por el jefe de Gobierno –Marcelo Ebrard– y, por supuesto, la famosa Plaza de la República.
De viva voz
El arquitecto Daniel Escotto Sánchez, Coordinador General de la Autoridad del Espacio Público del Gobierno de la Ciudad de México, explica en exclusiva a Construcción y Tecnología en Concreto que el trabajo que realiza su departamento (el cual tiene, prácticamente, el rango de una subsecretaría) está directamente ligado con las motivaciones que emanan de la Ley de Desarrollo Urbano y Vivienda, la cual ha resultado un instrumento muy útil para crear un modelo de ciudad con lineamientos claros y precisos. Puede parecer increíble, pero es la primera vez desde hace muchas décadas que tenemos este tipo de información.
“Ahora –comenta el arquitecto egresado de la UNAM– queremos una ciudad compacta, céntrica, mucho más densa; que pueda producir una mejor calidad de vida a través de recorridos más cortos. Así, podrán vivir más personas en el mismo lugar; se usará menos el automóvil y se privilegiará el transporte público. En este contexto, el espacio público es uno de los ejes rectores más importantes porque es el responsable de vertebrar, de unir y conectar a la población”.
El énfasis del organismo capitalino está colocado en la recuperación de espacios situados en el centro de la Ciudad de México, de tal manera que pronto podrá redensificarse. Durante los últimos 40 años, la ciudad se ha expandido y con ello se generaron muchos problemas. Una ciudad de baja densidad requiere de muchos servicios y también de muchas horas de traslado; por tanto se vuelve ineficiente, dice el funcionario, quien asegura que este tipo de proyectos son una magnífica herramienta para propiciar la inversión pública y privada.
La labor hecha en la Plaza
Desde hace cuatro años se había pensado en iniciar el proyecto de rehabilitación de la Plaza de la República, la cual históricamente estaba destinada a ser la segunda plaza más importante de la capital del país, ya que, desde tiempo de Porfirio Díaz, se había planeado que en dicho predio se construyera el Palacio Legislativo. “La plaza era el resultado de 70 años de abandono ya que no se le había hecho nada. No se había limpiado el monumento; no había manera de explorarlo y los casi 50 mil metros cuadrados de la plaza como tal estaban verdaderamente abandonados, tanto los pavimentos, como los espacios como para el peatón y la vegetación”, expone el entrevistado.
A ello hay que agregar, expresa Daniel Escotto, que el lugar no representaba ningún atractivo nocturno porque era territorio de indigentes y de la inseguridad. Hoy, se mejoró el Monumento a la Revolución; se restauró el mirador y fue mejorado y ampliado el Museo Nacional de la Revolución. “Seguimos lineamientos semejantes a los empleados hace ocho años en la remodelación y rescate de Avenida Reforma, lo cual ha dado buenos resultados; tanto, que muchos corporativos se han instalado nuevamente en el centro de la ciudad.
Sin duda, dice, “el concreto es uno de los protagonistas en la remodelación de la Plaza de la República. El rescate supuso 50 mil metros cuadrados de zona abierta, aunque en realidad se mejoraron 80 mil porque el proyecto incluyó las calles aledañas, las que conectan con la plaza: Lafragua, Ignacio Ramírez y Valentín Gómez Farías que conectan con el oriente, poniente, norte y sur de la ciudad”. Asimismo, se recuperaron y regeneraron 80 mil metros cuadrados de pavimentos, 90 por ciento de concreto, que en algunas partes fue prefabricado y en otras colado en sitio, con los agregados y condiciones necesarios para poder dar una continuidad y congruencia con lo que ya se hizo en Paseo de la Reforma. Así lo relata Daniel Escotto Sánchez, doctor en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Cataluña, en Barcelona, quien recuerda que en el caso de Avenida Paseo de la Reforma se utilizó un concreto claro (en contra de los que piensan que este material debe ser gris).
“En el caso de la Plaza de la República se hizo una combinación con elementos de mármol, colorantes integrados, escoria metálica, viruta de acero y una serie de factores que nos dio como resultado un concreto muy claro, de un tono amarillento, rosado, parecido al de Reforma pero que paulatinamente tomará una patina. Estamos seguros que en algún momento se va a convertir en un pavimento representativo de la ciudad de México porque no se trata de un pavimento cualquiera”, refiere.
El directivo señala que la calle de Madero, también remodelada, cuenta con una superficie aproximada de 11 mil metros cuadrados de pavimento; siete mil de ellos tienen las mismas especificaciones del concreto ya descrito. Así, “dentro de poco tiempo terminaremos de conectar el eje Zócalo-Plaza de la República-Insurgentes con el corredor Reforma con el mismo concreto”.
Bueno, bonito y barato
La calidad no tiene por qué costar más, reza una vieja conseja, y en el caso de esta obra la cita aplica perfectamente. El proyecto, dice el entrevistado, se pensó para que tuviera la mayor calidad posible, como lo hace siempre la autoridad del espacio público. Al respecto, señala: “Queremos que lo que hacemos dure para siempre y por ello utilizamos el concreto. En este caso, los espesores fueron de entre cinco y siete centímetros dependiendo las zonas y el refuerzo, en placas de 80 por 80. En Reforma fueron de 90 por 90 cm. Pensamos en muchos materiales, pensamos en piedras. En Madero pusimos una parte de piedra recinto. Sin embargo, el concreto es el mejor material; es la piedra contemporánea y la que mejor representa a las ciudades modernas en todo el mundo.
“Los pavimentos de la Plaza de la República son espectaculares y, salvo algunos chicles pegados por allí, están en condiciones fantásticas; no están quebrados, ni nada por el estilo; guardan un aspecto de nuevo con todo y que reciben el impacto de 200 mil usuarios cada fin de semana, lo que es la mejor prueba de que estuvieron bien calculados y pensados”, concluye Escotto Sánchez.
Cabe señalar que las obras de Rehabilitación de la Plaza de la República es finalista del Premio Obras CEMEX 2011 en la categoría de Premios especiales. Le deseamos mucha suerte en los resultados.
Texto: Juan Fernando González G.
Fotos: a&s photo/graphics.
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