Tubos de concreto
Creando una planta de tratamiento de aguas residuales
La infraestructura es una de las piedras angulares del progreso y bienestar de una nación. Aunque no siempre evidente, su importancia es de primer orden ya que consolida el futuro con el esfuerzo diario de aquellos que la hacen realidad paso a paso: ingenieros, constructores, obreros, todos orgullosamente mexicanos.
En el municipio de Atotonilco de Tula, en el estado de Hidalgo, se observa movimiento constante; un grupo de personas caracterizadas por portar casco y chaleco de obra llegan diariamente se integran al ejército laboral que construye la Planta de tratamiento de aguas residuales Atotonilco (PTAR), una de las obras de infraestructura hídrica más importantes de la actualidad coordinada por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
Aunque no visibles, llega de la Ciudad de México un promedio de 45 m3 por segundo de aguas residuales, de las cuales sólo se est<n tratando 10 m3. Históricamente se reconoce el problema: la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) descarga tal cantidad de agua hacia el Valle del Mezquital sin darle tratamiento alguno, lo que implica un problema sanitario ya que los cultivos que ahí se generan son regados con aguas negras y quedan restringidos a ciertas especies de plantas; es decir a un bajo impacto económico. Sólo el 40% se utiliza para maíz y el otro 40% para alfalfa.
Con la creación de esta obra se espera poder incrementar la diversidad de cultivos y el porcentaje de metros cúbicos del agua que se trata, además de que la población estimada (700 mil habitantes) quedará beneficiada directa e indirectamente por los trabajos llevados a cabo. En un ejemplo particular los responsables de la obra nos reiteran que el índice de enfermedades por contacto con las aguas negras es elevado, así que al término de la obra prevén reducirlo considerablemente.
Trasladados hasta el lugar, CyT constata el gran número de personas involucradas, en su mayoría hombres de la región que han encontrado aquí una oportunidad de empleo pero sobre todo, una invaluable circunstancia para colocar su “granito de arena” en esta gran empresa que representa también un beneficio regional y un impacto positivo en la vida de sus familias. En este sentido, oficialmente se menciona que el número de trabajos directos generados será mayor a ocho mil y un aproximado de 7 mil indirectos. Además, se estima que la inversión final aplicada será de 10 mil 22 millones de pesos, de los cuales la iniciativa privada aportará 5,423 mdp y la pública 4,599 mdp a través del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin). La escala de la obra –ejecutada en un terreno de 158 hectáreas–, disimula bien estos números que por momentos parecen ser irreales; sin embargo, basta observar a detalle cada uno de los frentes de construcción para otorgarle veracidad a las cifras.
Los camiones recorren el lugar con materiales, cimbras, equipo. Los sonidos se vuelven constantes al paso de la jornada y las decisiones se toman bajo revisiones estratégicas del plan original mientras que las monumentales grúas parecen orquestar el avance de construcción que no cesa a pesar del clima, del lodo, se trata de la majestuosa ingeniería mexicana exaltada por el concreto.
En el lugar nos recibe el ingeniero Ariel Flores Robles, subgerente de construcción del proyecto. Con él conversamos sobre la importancia, avance y características principales que posee este trabajo que forma parte del Programa de Sustentabilidad Hídrica del Valle de México, mismo que tiene como misión los siguientes objetivos: recuperar los mantos acuíferos; desarrollar nuevas fuentes de abastecimiento de agua potable, dar cumplimiento a la normatividad vigente en materia ambiental; rehabilitar el Sistema Cutzamala; fomentar el uso eficiente y ahorro de agua así como el tratamiento del 100% de las aguas residuales; sanear los cauces con aguas negras a cielo abierto, y ampliar la capacidad del sistema de drenaje. Todo esto para beneficio de 20 millones de habitantes del Valle de México.
La más grande del país
“Se trata de el proyecto más grande en su tipo que se construye en México. Sabemos bien que existen otros en el mundo como el de Washington, Estados Unidos que por su capacidad se pueden equiparar a éste; pero dado que éste se realiza en una sola fase, adquiere mayor relevancia”. En el caso mexicano, la planta tendrá una capacidad para tratar 23 m3 por segundo durante el estiaje (mediante proceso convencional) y un módulo adicional (mediante proceso físico-químico) para tratar 12 m3 por segundo en época de lluvias.
Esta obra –agrega el especialista– será de gran beneficio para los hidalguenses, ya que mejorará las condiciones sanitarias de la población y permitirá utilizar agua tratada en la agricultura (conservando los nutrientes de las aguas residuales, pero eliminando los contaminantes), además de facilitar la tecnificación de los sistemas de riego y la producción de cultivos de mayor valor agregado. La localización de esta planta (justo a la salida del emisor central) obedece a que las aguas negras del Valle de México descargan en el municipio de Atotonilco de Tula, donde también comienzan los distritos de riego de la región, por lo que será posible el aprovechamiento de las aguas tratadas que actualmente son utilizadas en la agricultura sin ningún proceso de limpieza.
El agua tratada tendrá dos destinos: el Canal Salto Tlamaco para riego agrícola y el Río El Salto de cuyo cauce se derivan algunos canales de riego, en particular el Canal Viejo Requena, que descarga sus excedentes en la presa Endhó. Con el procesamiento de las aguas sucias se beneficiará a 700 mil personas del Valle del Mezquital, de las cuales 300 mil habitan en zonas de riego.
La planta en construcción tendrá una obra de toma donde se elevará el agua. También contará con un sistema de rejillas que permitirá el paso del fluido a una zona de desengrasado. Como se mencionó, la planta está dividida en dos esquemas de funcionamiento que involucran un Tren de Procesos Convencionales (TPC), durante estiaje y en época de lluvias un Tren de Procesos Químicos (TPQ) para tratar los excedentes de agua. Si bien la planta podrá procesar hasta 35 m3 or segundo debido a las técnicas de saneamiento que serán empleadas durante su operación, será factible, en épocas de lluvia, soportar un máximo de hasta 20% más, llegando así a 42 m3 .
Otra característica con que contará esta planta de tratamiento es que, además de los beneficios sociales que se generarán con su operación se aprovechará el contenido energético de los lodos y se convertirá el gas metano en energía eléctrica. Con ello se pretende que la planta tratadora sea autosuficiente en sus necesidades de consumo eléctrico al menos en un 70% del total requerido.
Avance de obra
Las empresas Ingenieros Civiles Asociados (ICA), Impulsora de Desarrollo y Empleo de Latinoamérica (Ideal), Promotora del Desarrollo de América Latina, SA de CV, Controladora de Operaciones de Infraestructura, Atletec, Acciona Agua, Desarrollo y Construcciones Urbanas y Green Gas Pioneer Crossing Energy LCC, conforman el consorcio que prestará los servicios de tratamiento de aguas residuales del Valle de México, que incluye la elaboración del proyecto ejecutivo, construcción, equipamiento electromecánico, pruebas, operación, conservación y mantenimiento de la planta de tratamiento de aguas residuales de Atotonilco.
El servicio que prestarán las antes mencionadas también incluye la remoción y disposición final de los lodos y biosólidos generados en la misma, así como la construcción de una planta de cogeneración. Esto se dará bajo la modalidad plurianual a precio fijo con inversión de recursos públicos y participación de inversión privada parcial recuperable. El contrato firmado en 2010 establece que estas empresas prestarán los servicios de tratamiento de aguas residuales del Valle de México por 25 años de los cuales, los primeros tres años serán para el diseño, elaboración del proyecto y construcción de la planta de tratamiento.
“Actualmente lo que es visible corresponde a la etapa de construcción de los digestores y la zona de rejillas. Asimismo, se ha iniciado la construcción de parte de los desarenadores, mientras que en la zona de los lamelares ya se está montando tubería y se tienen instaladas en el sitio cuatro plantas de concreto que son pieza fundamental para el correcto cumplimiento del programa de obra. Cada una de ellas tiene un promedio de 70 m3 de producción e involucran a empresas como Moctezuma y Holcim Apasco”.
La utilización de concreto para esta magna obra es una actividad protagónica: se está usando en el colado de muros en la zona de compuertas, y en los digestores en conjunto con un sistema de cimbra deslizante que avanza 1.2 m de altura en cada sección. Actualmente se pueden apreciar los primeros seis de un total de treinta digestores que a su término tendrán una capacidad de trece metros cúbicos. Es importante destacar que es empleado el cemento portland ordinario con resistencia a los sulfatos de dos tipos: Holcim Apasco CPO 30 R RS BRA (Clase resistencia 30 rápida y de baja reactividad álcali agregado) y Holcim Apasco CPC 40 (Clase resistente 40), así como agregados pétreos normales, aunque en cada frente son empleados aditivos especiales de acuerdo al procedimiento constructivo a desarrollar.
Flores Robles nos indica que hay varias empresas cementeras involucradas en la obra; sin embargo, la participación de cada una de los contratistas fue sometida a concurso (de acuerdo a costo). De ellas depende la decisión sobre con quién trabajar. Lo anterior, en ningún punto representa una disminución de calidad porque esta está garantizada por equipos de supervisión externa a los involucrados que actúan de forma directa en cada fase de construcción.
Por otra parte, los valores nominales de resistencia a compresión oscilan de f´c=100 kg/cm2 hasta los de f´c=400 kg/cm2 alcanzando hasta el momento un total de 344,255 m3 empleados. De acuerdo al programa se estima que se deberá terminar el TPQ, para mediados del 2012, y el TPC para mediados del 2013. La obra sigue su curso. Una jornada más termina y la misión de concluirla sigue en pie. Aún hay muchas cosas por hacer y los beneficios de este gran proyecto están por venir. Estamos seguros que con él una vez más la ingeniería mexicana refrendará su valor y talento a toda prueba. El avance sigue incrementándose.
Texto y foto: Gregorio Mendoza
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