El hogar de
concreto

Gregorio B. Mendoza
Fotografías: Cortesía Elías Rizo
Arquitectos (Mito Covarrubias).

Situada en una zona privilegiada de Zapopan, Jalisco,esta casa pretende no sólo servir de refugio a sus habitantes — una joven familia con una idea de vida clara y contemporánea — sino también ser un claro reflejo de ellos mismos.

Sin lugar a dudas uno de los mayores retos para un arquitecto es diseñar una casa unifamiliar porque aunque el tema pareciera en lo superficial más que conocido y estudiado, es éste el proyecto por excelencia, el cual por su escala y características involucra un mayor grado de complejidad al resolver los innumerables detalles de los cuales se integra.

    

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Para el arquitecto esta labor no es nada fácil pues lo que él lleva consigo a la hora de un encargo de este tipo es, en gran parte, la vida misma de la familia, sus gustos, su estilo de vida y, a nivel personal, sus influencias profesionales y una buena dosis de las memorias de su propia experiencia.

El arquitecto debe de conseguir con astucia crear espacios dignos y únicos para las necesidades de la familia; si existe un espacio al cual podemos denominarlo como nuestra segunda piel, éste es la casa propia, aquí es donde nos realizamos y donde somos nosotros mismos; aquí amamos, descansamos, nos alimentamos; en fin, el reto es demasiado grande, el polo opuesto a la escala común de esta tipología. Sentencia el arquitecto Elías Rizo al referirse a su proyecto denominado Casa MOC, el cual fue exhibido en la Exposición de Arquitectura Contemporánea en Budapest, Hungría.
El galardonado en 2006 con el Premio de Arquitectura Jalisco en el género de vivienda con el proyecto del mismo nombre comenta a Construcción y Tecnología que “esta casa fue concebida para una familia joven. La libertad del encargo fue parte fundamental en la creación de este proyecto, en el cual se quiso crear un lenguaje propio porque la casa debería ser de concreto aparente. Es así como el proyecto se aprovecha de su particular ubicación, con una vista extraordinaria a una zona boscosa y a gran parte de la ciudad. La constante fue sin duda establecer una comunicación directa con el entorno puesto que este aspecto nos obligaba a respetar su peso especifico: la ubicación del predio era inmejorable, desde él se domina visualmente a casi toda la ciudad, esto nos permitió que la mayoría de los espacios de la casa se conecten visualmente con la ciudad, la casa parece dominar entonces la ciudad y levantarse sobre ella de manera metafórica.

  Sobre el arquitecto…

Elías Rizo Suárez nació en la Ciudad de México el 27 de Junio de 1967. En 1992 funda Elías Rizo Arquitectos —donde desde 2005 dirige el taller de diseño—.
En 1996 inicia un posgrado denominado “Els nous instruments de l’arquitectura” en la UPC (Universidad Politécnica de Catalunya) en Barcelona, España.
Dentro de sus reconocimientos se encuentran el Premio de Arquitectura Jalisco en el género Recreación, con el proyecto “World Gym&Spa”, en colaboración con el despacho Riggen+Pijuan Arquitectos.
Actualmente cursa el master “Laboratorio de la Vivienda del Siglo XXI”, impartido por la UPC en Barcelona, España.

Refugio de concreto
y sobriedad

Tomando en cuenta los antecedentes mencionados se inició el proyecto teniendo claro que el juego visual sería fundamental en las características de la obra y la experimentación de los espacios producidos al emplear el concreto para dotarlo de un carácter peculiar. Por ello, se determinó que la mayoría de los espacios se deberían abrir; al ser diseñados para una familia joven, prácticamente la única limitante era el programa requerido que consideraba los espacios de una casa habitual: estancia, comedor, cocina, servicios, recamara principal, recamaras de niños, cocheras, no más; sin embargo, hacer de lo común algo extraordinario representaba un reto más grande. Los volúmenes —en contacto directo con los espacios abiertos y ajardinados— que integran la casa se dividen en dos, el primero —de concreto aparente—, donde se ubica el ingreso, la escalera y la estancia en el primer nivel, una estancia familiar y la recamara principal en el segundo y un salón de usos múltiples con una terraza en el tercero; el segundo volumen —como contrapunto del primero—, se ubican el resto de los espacios; comedor, cocina, servicios y recamaras.

Esta perpendicularidad entre los cuerpos permite una óptima utilización de la luz natural y de las condiciones climáticas específicas. El resultado es una casa con un lenguaje único en el que era imprescindible utilizar el concreto aparente para lograrlo. Rizo indica que “en la ciudad de Guadalajara no se había proyectado en las últimas décadas una casa de concreto aparente; por ello el uso de este material no fue cosa fácil pues la mano de obra calificada es para este fin escasa asegura”.

Sin embargo, Elías Rizo consideró que la utilización del concreto como material aparente podría ser extraordinaria ya que esta obra debía de mostrar esta cualidad en un ámbito estilístico. Estructuralmente la casa se soporta por dos trabes que se encuentran en su parte superior, el concreto deja ver esta solución técnica con una clara intención al exhibir en algunas áreas el vuelo de la volumetría perfectamente definida, por lo que la casa permaneció cimbrada en sus tres plantas durante todo el proceso, a diferencia de una obra con losas de concreto aligerado convencional.

  Datos técnicos

Proyecto: Elías Rizo Arquitectos (Elías Rizo Suárez)
Colaboradores: Alejandro Rizo, Jorge Verdín, José Luis Hernández, Aurelio Villarreal. Ubicación: Paseo del Monarca, San Wenceslao, Zapopan, Jal.
Superficie del terreno: 565.50 m2.
Superficie construida: 531.96 m2.
Construcción: Elías Rizo Arquitectos.

Sin duda alguna el papel del concreto en esta casa es fundamental, el proyecto se concibe tomando en cuenta el concreto aparente en muros como parte de la esencia conceptual y no sólo constructiva aunque en todo momento se mantuvo una cercanía muy cuidadosa en el proceso constructivo, cada detalle tuvo que ser vigilado al realizarse y emplear en su mayoría muros de concreto armado, losas aligeradas de concreto, algunos muros de block de concreto aplanados y la nada fácil condición de recurrir al color blanco en algunos muros y lograr un equilibrio elegante con las piezas de herrería y la madera.

El proceso de obra fue complejo, los muros se cimbraron con duela de madera sólida de 4”X1”, se realizó un despiece minucioso de la cimbra, cada corte de duela y cada entarimado tienen una relación con el proyecto, cada pieza colada coincide una con la otra, nada se dejó al azar ni a la decisión del contratista, la manufactura de los muros terminados es impecable, el proceso de obra fue muy enriquecedor. La expresión del proyecto debía ser así: una casa que marcara pauta en la ciudad, que expresara nuestro tiempo, que fuera actual, que representara a sus habitantes, a la ciudad, al propio arquitecto.

La esencia del proyecto de esta casa que siempre pretende ver a la ciudad y que parece estar colgada desde el cielo para admirarla.

Filosofía concreta
Para el arquitecto no caben dudas sobre la importancia de ofrecer un espacio que sea acorde a la vida de los que la habitan: “es el refugio del ser humano; es donde se cumplen nuestras fantasías, nuestros sueños, nuestras alegrías y tristezas, donde amamos, donde somos nosotros mismos, es nuestra segunda piel.” Refiere. Siendo nuestra cultura una de las más vinculadas con el uso del concreto para los espacios habitables, Elías Rizo refiere que este trabajo es una muestra clara de cada una de las vastas experiencias que ha vivido en los lugares que ha visitado o de los viajes que ha realizado. Reconoce que el conocer nuevas culturas, arquitecturas es uno de sus mayores gustos pues en esto encuentra la influencia de arquitectos tan importantes como Mies Van Der Rohe, Le Corbusier, Alvar Aalto, o Louis Kahn, entre otros que han influido en su quehacer como arquitecto.
“Aún sigo aprendiendo, y mucho de este conocimiento lo encuentro con arquitectos contemporáneos, muchos de ellos amigos míos.”