El hogar de Gregorio B. Mendoza Situada en una zona privilegiada de Zapopan, Jalisco,esta casa pretende no sólo servir de refugio a sus habitantes — una joven familia con una idea de vida clara y contemporánea — sino también ser un claro reflejo de ellos mismos. Sin lugar a dudas uno de los mayores retos para un arquitecto es diseñar una casa unifamiliar porque aunque el tema pareciera en lo superficial más que conocido y estudiado, es éste el proyecto por excelencia, el cual por su escala y características involucra un mayor grado de complejidad al resolver los innumerables detalles de los cuales se integra. |
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Para el arquitecto esta labor no es nada fácil pues lo que él lleva consigo a la hora de un encargo de este tipo es, en gran parte, la vida misma de la familia, sus gustos, su estilo de vida y, a nivel personal, sus influencias profesionales y una buena dosis de las memorias de su propia experiencia. El arquitecto debe de conseguir con astucia crear espacios dignos y
únicos para las necesidades de la familia; si existe un espacio
al cual podemos denominarlo como nuestra segunda piel, éste es
la casa propia, aquí es donde nos realizamos y donde somos nosotros
mismos; aquí amamos, descansamos, nos alimentamos; en fin, el
reto es demasiado grande, el polo opuesto a la escala común de
esta tipología. Sentencia el arquitecto Elías Rizo al
referirse a su proyecto denominado Casa MOC, el cual fue exhibido en
la Exposición de Arquitectura Contemporánea en Budapest,
Hungría.
Refugio de concreto Esta perpendicularidad entre los cuerpos permite una óptima utilización de la luz natural y de las condiciones climáticas específicas. El resultado es una casa con un lenguaje único en el que era imprescindible utilizar el concreto aparente para lograrlo. Rizo indica que “en la ciudad de Guadalajara no se había proyectado en las últimas décadas una casa de concreto aparente; por ello el uso de este material no fue cosa fácil pues la mano de obra calificada es para este fin escasa asegura”. Sin embargo, Elías Rizo consideró que la utilización del concreto como material aparente podría ser extraordinaria ya que esta obra debía de mostrar esta cualidad en un ámbito estilístico. Estructuralmente la casa se soporta por dos trabes que se encuentran en su parte superior, el concreto deja ver esta solución técnica con una clara intención al exhibir en algunas áreas el vuelo de la volumetría perfectamente definida, por lo que la casa permaneció cimbrada en sus tres plantas durante todo el proceso, a diferencia de una obra con losas de concreto aligerado convencional.
Sin duda alguna el papel del concreto en esta casa es fundamental, el proyecto se concibe tomando en cuenta el concreto aparente en muros como parte de la esencia conceptual y no sólo constructiva aunque en todo momento se mantuvo una cercanía muy cuidadosa en el proceso constructivo, cada detalle tuvo que ser vigilado al realizarse y emplear en su mayoría muros de concreto armado, losas aligeradas de concreto, algunos muros de block de concreto aplanados y la nada fácil condición de recurrir al color blanco en algunos muros y lograr un equilibrio elegante con las piezas de herrería y la madera. El proceso de obra fue complejo, los muros se cimbraron con duela de madera sólida de 4”X1”, se realizó un despiece minucioso de la cimbra, cada corte de duela y cada entarimado tienen una relación con el proyecto, cada pieza colada coincide una con la otra, nada se dejó al azar ni a la decisión del contratista, la manufactura de los muros terminados es impecable, el proceso de obra fue muy enriquecedor. La expresión del proyecto debía ser así: una casa que marcara pauta en la ciudad, que expresara nuestro tiempo, que fuera actual, que representara a sus habitantes, a la ciudad, al propio arquitecto. La esencia del proyecto de esta casa que siempre pretende ver a la ciudad y que parece estar colgada desde el cielo para admirarla. Filosofía concreta |
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