[ P O R T A DA ]


VERTICAL
La Torre de Control, de 24 metros de altura sobre el nivel de pista, está coronada por la cabina de control, de planta octagonal dentro de un cuadrado base y una vidriera inclinada según el ángulo de visibilidad, donde los controladores vigilan el aterrizaje y despegue de los aviones. Debajo de ésta, está la subcabina; se trata de una zona de descanso comunicada con la cabina a través de una escalera central; dentro de este espacio hay una sala de estar, el camarote y una cocineta, los baños, vestidores y el cuarto de equipos de cómputo y base de datos de los vuelos. Cabe decir que cabina y subcabina trabajan en conjunto.
A ambas áreas se accede mediante el fuste de la torre, formado por dos “piernas” que contienen las circulaciones verticales, una con un núcleo de escaleras y la otra con elevadores que aterrizan el cuerpo principal al basamento.“La idea fue la de no tratar de concebir a la torre solamente como un fuste, sino como un elemento arquitectónico que partiera del contraste de dos elementos, diferentes en cuanto a su función, pero sobretodo que mostraran ligereza”, comenta el arquitecto Edgar Hernández, quien fue parte del equipo de diseño junto con Demetrio Cortes y Martín Moreno.
Recubierta con placas de Durock ensambladas sobre la estructura, esta Torre combina componentes metálicos con materiales prefabricados. La masa de la torre desvela parcialmente la “estructura ósea” de una de las “piernas”; la otra tiene un aspecto sólido, bajo el concepto, positivo– negativo, masa–vacío, esquema que se repite en las cuatro fachadas, conservando el vacío central. Es importante destacar que todo lo que son equipos e instalaciones especiales lo realizó directamente una dependencia especial del aeropuerto, por obvios motivos de seguridad.


HORIZONTAL

El cuerpo horizontal de apoyo técnico trabaja de manera independiente y sólo se comunica con la torre a través de un patio. A este volumen se accede por medio de una rampa, de un lado está la zona de oficinas y del otro la de los controladores aéreos, donde están ubicadas las áreas especificas técnicas, salas de estar y vestidores con cocineta. Los controladores aéreos pasan todo el día en las instalaciones, ahí comen, se bañan, teniendo que descansar y relajarse continuamente debido al tipo de trabajo que realizan, el cual requiere de todos sus sentidos al máximo.
El volumen horizontal está ligeramente levantado del piso, para acentuar su ligereza y apoyado en postes metálicos sobre una cama de grava. Uno de sus lados refleja una mayor solidez. Con una larga planta rectangular, la distribución espacial interior se lleva a cabo por dos andadores laterales.

Bajo el concepto de un elemento contenido dentro de otro, el edificio tiene una doble fachada, compuesta de una malla metálica sobre una vidriera, con una pequeña separación entre ambas pieles. Con este sistema, los andadores tienen una visibilidad hacia las áreas abiertas del conjunto y se matiza la entrada de luz desde el exterior.

 

 
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Construcción y Tecnología®
Febrero 2007
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