El arte de construir

Arq. Luis Cruz Ulloa

.El pasado 2 de marzo
se llevó a cabo el
primer curso de capacitación
para las manos que convierten
los proyectos de arquitectos
e ingenieros en realidad:
las de los albañiles.

    

Página 1 de 1

El Curso-Taller de Albañilería fue posible gracias a la organización del IMCYC y del Instituto de Capacitación de la Industria de la Construcción, con el patrocino de Cooperativa La Cruz Azul, Lafarge Cementos, Ital Mexicana, Stonecrete e Industrial Bloquera Mexicana quienes también realizaron demostraciones de sus productos a los asistentes.
¿Cómo recuperar estas manos perdidas en el tiempo, en los nuevos materiales y en los avances tecnológicos? Estas interrogantes nos hicieron replantear en el IMCYC, la enseñanza para estas personas indispensables en el ramo de la construcción. Así, se decidió iniciar un plan estratégico y contundente —a mediano y largo plazo— que consiste en tener altamente capacitada a toda la mano de obra (albañiles) a nivel nacional. Con esta idea, existirán y se programarán por regiones estratégicas, cursos de iniciación y actualización en este maravilloso y noble oficio para, de esta manera, ir abarcando temas puntuales como: muros, cubiertas, acabados, estructura, hasta cubrir desde lo estrictamente necesario, hasta las especialidades.
Sobre este evento, el ing. Donato Figueroa —Gerente de Enseñanza del IMCYC— comenta: “El Curso-Taller de Albañilería fue presentado como proyecto a mediados del año pasado, siendo lanzado en marzo de 2007; para su realización previamente fueron encuestados algunos directivos de la industria con el fin de preguntarles cómo veían el proyecto; definitivamente todos, de manera entusiasta, aceptaron que se realizara. Sin embargo, uno de los problemas al que nos enfrentamos fue el de saber qué duración se la daría al curso pues en Estados Unidos y Europa éste llega a durar varios meses. En México el proyecto fue lanzado como prueba piloto de capacitación, con un día de duración pues, como sabemos, los oficiales albañiles si no trabajan un día no ganan dinero. También se discutió hasta qué grado debería ser teórico pues ellos son prácticos; sin embargo, buscábamos transmitirles aspectos básicos sobre qué es, cómo se utiliza y los cuidados que debemos darle al cemento, mortero y al concreto”.
Este valioso proyecto tuvo como objetivo recuperar el excelente trabajo artesanal que ha existido siempre y que —sobre todo a mediados del siglo XX— había alcanzado su máximo nivel de calidad. En relación al objetivo, Figueroa añade: “El propósito es que el conocimiento de los oficiales albañiles sea muy similar en
la comunidad, en temas relacionados con agregados, cemento, mortero, concreto y procedimientos a largo plazo, lo que, sin duda alguna, beneficiará a la industria, a los propietarios y a la sociedad”.

Un evento exitoso
En su etapa primera en la Ciudad México se tuvo un éxito total desde el mismo día en que fue lanzada la convocatoria hasta el último minuto de aplicación práctica de los conocimientos adquiridos a lo largo del programa establecido. Como anécdota, recuerda Figueroa, “en el punto de reunión para trasladarse al sitio del curso-taller, sucedió algo muy interesante; al momento de estar con una pancarta para poder localizar a los aspirantes, además de los aspirantes previamente registrados, se acercaron con entusiasmo, interés y curiosidad, más albañiles diciendo: —¡Yo... yo... yo también quiero ir!, mientras otros decían —¡a mí me interesa!” A éstos se les informó que más adelante vendrían otros cursos por lo cual todos dejaron sus datos personales para que se les mantuviera informados. Cabe decir que el curso-taller se saturó en menos de 24 horas pues las manos están ávidas de adquirir conocimientos y de entusiasmo por hacer bien las cosas.
Al estar en el auditorio para desarrollar la parte teórica, un par de maestros albañiles experimentados y capacitados —pero sobretodo con ganas de enseñar lo que ellos hacen tan bien— comenzaron la ponencia. Los maestros albañiles Eliseo Castillo Ruiz y Maximiliano Eduardo Sánchez Villanueva, mostraron a los de 25 asistentes los procedimientos teóricos y prácticos que sólo se dan con la disciplina y la experiencia para poder dominar el arte de construir. De esta manera, se pudo aprender, por ejemplo, a dosificar una mezcla con las características necesarias de cada proyecto, así como a desplantar un muro de bloques unidos con mortero, cuidando siempre la seguridad personal y de la obra.
También pudieron observar la forma de fabricación de bloques por medio de un equipo de producción de vibrocomprimidos; se mostró el funcionamiento de una adobera y fue producido adobe estabilizado con cemento. Por último fue elaborada una mezcla prediseñada en una mezcladora tipo turbina.

Durante el curso constantemente surgían dudas; aunque al iniciar la plática los albañiles se mostraron cautos, más adelante se sintieron en confianza participando bastante. Al final, les fue realizado un examen oral y se les entregó un reconocimiento. Resulta importante señalar que este curso será parte de otros prospectados a futuro como será el módulo de cimentaciones, losas, pisos, castillos, columnas y cimbras, de tal manera que en su conjunto se pueda englobar el proceso total que tiene una construcción típica en México.
Una referencia
No podemos dejar pasar la ocasión para mencionar que en “La Construcción de la Muralla China”, de Kafka, el autor escribe cómo medio siglo antes de comenzar la gran obra de la Muralla China, el emperador proclamó a la Arquitectura —pero sobretodo a la Albañilería— la más importantes de las ciencias. De ahí que debemos revalorar a esas manos al tiempo que agradecerles la materialización de las ideas constructivas, preparándolos y capacitándolos con el fin de contribuir a construir un mejor oficio: el oficio de albañil.