En realidad los cambios de dimensión de las placas lo sufren
todos los concretos en general y un muro de concreto de un tanque o
una pantalla —que no son otra cosa que un pavimento de perfil,
esta vez, por fortuna reforzado— también necesita de dichas
juntas porque sino se fisuraría.
Durante los últimos años en algunos países ha crecido
la inquietud alrededor de la contracción del concreto. Esto ha
hecho que nuevas especificaciones sobre pisos, muros, recalces y estructuras
en general señalen y exijan cifras de contracción máxima.
Esto ha llevado a que proveedores, usuarios e interventores discutan
alrededor del fenómeno.
Deformaciones del concreto endurecido
El concreto endurecido, como cualquier roca, cambia de volumen; estos
cambios dimensionales pueden tener su origen en causas mecánicas
(cargas que actúan sobre el material), térmicas (el calor
expande el concreto y el frío lo contrae) o por reacciones químicas
(inherentes a la hidratación
del concreto o la evolución de la composición de su pasta).
Ingenieros, arquitectos y constructores conocen la existencia de estos
fenómenos y la necesidad de hacer juntas que los controlen; sin
embargo no existe en muchos casos, un claro dimensionamiento de las
magnitudes, ni cuándo y a qué velocidad ocurren estos
cambios. Veamos rápidamente cada uno de estos tipos de deformaciones
y sus magnitudes.
Las deformaciones mecánicas o generadas por cargas externas
del material, las predice una expresión lineal, aunque hay que
confesar que en el concreto no hay nada lineal. Dicha expresión
es conocida como la Ley de Young y todo calculista imagina sus columnas
como un enorme resorte que se deforma dependiendo de la carga que les
es impuesta y de la rigidez propia de dicha espiral.
Las deformaciones mecánicas de compresión o tensión
son fáciles de calcular conociendo simplemente la carga aplicada
(esfuerzo) y la rigidez del material (módulo elástico).
Una columna de 300 mm de concreto de 245 kg/cm2 cargada al 40% de este
esfuerzo, se deformará a un ritmo de 5 millonésimas de
su longitud por cada kg/cm2 aplicado. Esta cifra no es otra cosa que
el inverso del módulo elástico; o sea que para 98 kg/cm2
la columna por esta carga se habrá comprimido 1.48 mm.
Esta deformación ––conocida como deformación
elástica inicial–– ocurre a medida que cargamos el
elemento, que en un edificio pueden ser 3 meses (con un velocidad de
deformación= 16 micras/día).
Las deformaciones de origen térmico también siguen un
principio muy simple que los ingenieros usan cuando quieren predecirlas.
Se usa también en este caso otra expresión lineal que
pregona que un cambio de temperatura en un cuerpo genera un cambio directamente
proporcional a la longitud del mismo. Así, una placa de concreto
de 300 mm cuando sufre un cambio creciente de temperatura de 20 ºC
se “alarga” siguiendo la constante de 8 millonésimas
de longitud por cada grado Celsius. De este modo, por un incremento
de 20 ºC dicho elemento se alargará 160 partes por millón
de sus 300 centímetros de longitud, es decir 300*160 *10-6, o
sea 0.48 mm en el tiempo durante el cual tiene lugar este cambio de
temperatura, como pueden ser 10 horas (Velocidad de deformación
= 1152 micras/día)
Calcular estas deformaciones no reviste mayor complicación; sin
embargo las deformaciones causadas por reacciones químicas propias
al material como la contracción del concreto, tienen más
de tres variables involucradas (y no son lineales), son sin duda, estas
deformaciones más complejas de modelar. La contracción
del concreto está relacionada con la composición del material,
con la humedad relativa del medio o con la geometría del elemento,
etc.
Las fórmulas que predicen esta tendencia del concreto a contraerse
involucran fácilmente 8 variables (ACI 209 y B3 Bazant-Bajewa).
Cuando una fórmula exige tantos datos de entrada, resulta más
fácil no intentar predecir el fenómeno sino medirlo directamente.
El interés por conocer la contracción del material radica
en evitar o prevenir la fisuración de los elementos de concreto,
modular correctamente las juntas de un piso o un pavimento y determinar
el ancho necesario para dichas juntas. Conocer la contracción
del concreto es una condición para el cálculo de las tensiones
a aplicar en puentes atirantados y elementos presforzados.
En infinidad de lugares muchas obras de concreto especifican valores
máximos de contracción y por ello es necesario medir correctamente
este fenómeno y efectuar dicha medida de una manera tan rutinaria
como la falla de un cilindro. A continuación se describe muy
brevemente el ensayo que se emplea para determinar dicha propiedad.
Determinación de la contracción (ASTM C 157)
Este método se concentra en la medición de la contracción
o los cambios dimensionales en general, de una viga de concreto de 10
cm*10 cm*28.5 cm. Esta vigueta debe ser colada con dos tornillos embebidos
en los extremos sobre los que se registra sistemáticamente la
longitud de la vigueta. Las viguetas, luego de coladas a las 24 horas,
se descimbran y sumergen en agua a 23 ºC± 0.5 ºC para
posteriormente tomar la primera medida de longitud. Luego de la primera
medida se sumergen 28 días entre agua con cal, igual que los
cilindros de compresión. Durante esta etapa de curado las viguetas
(como los cilindros) se expanden (Fig. 1). Al cabo de este periodo de
curado las viguetas se retiran del agua y se vuelven a medir para luego
almacenarse al aire en unas condiciones atmosféricas y de evaporación
controladas (50%± 4%, 23 ºC±2 ºC).
Durante e tiempo de almacenamiento se realizan las medidas de longitud
de las viguetas a las edades de interés que van delatando poco
a poco como el material va “perdiendo” longitud. La norma
también plantea otra alternativa de almacenamiento bajo agua
al final de los 28 días de curado como aparece en la Figura 1.
La norma menciona que el concreto en estudio puede curarse y/o almacenarse
bajo otras condiciones diferentes a las descritas en el método;
pero estas condiciones deben señalarse en un lugar visible junto
con los resultados y en lo posible presentar correlaciones entre las
contracciones obtenidas bajo las condiciones ensayadas frente a las
normalizadas.
La Figura 1 ilustra que un mismo concreto puede presentar valores de
contracción diferentes dependiendo las condiciones de almacenamiento
y curado. Mediciones bajo condiciones atmosféricas diferentes
a las estandarizadas son frecuentes en este tipo de medidas debido al
interés de simular las condiciones reales de la estructura (que
no estará bajo agua 28 días ni a 50% ±4% etc.)
Cuando se especifica entonces un valor de contracción debe especificarse
también bajo qué condiciones de curado y almacenamiento
se debe medir dicho fenómeno. Si se emplean las condiciones normalizadas
descritas en la ASTM C157, hay que hacer diferencia entre 28 días
de edad (las viguetas sumergidas están expandidas durante la
inmersión) y los 28 días de secado que corresponden a
los 56 días de edad. Los 28
días de edad coinciden con los 28 días de secado cuando
no se emplea curado (el peor de los casos- Fig. 1).
La contracción a los 28 días de secado (con o sin curado),
alcanza un valor entre el 10% al 25% de la contracción final
(que en secado permanente se alcanza a los 10 años) de acuerdo
a los modelos CEB-FIB-90, ACI-209 y Bazant-B3.
Especificaciones de contracción
Existen especificaciones para pavimentos, pisos o estructuras de concreto
en general, que señalan valores máximos de contracción
del material. Los requerimientos de contracciones máximas de
los departamentos
de transponte de los diferentes estados de los Estados Unidos son unos
de los requerimientos más citados.
El estudio de Mokarem expone el desarrollo de las especificaciones de
contracción para el estado de Virginia, que señala un
máximo de 300 millonésimas con respecto a la longitud
del elemento a los 28 días (de secado) y 400 millonésimas
a los 90 días, para el concreto de pavimentos bajo las condiciones
normalizadas de la ASTM C 157. Es decir, la misma placa del ejemplo
térmico (L= 300 cm) se deformará a los 28 días
de secado (300 * 300 *10-6 = 0.9 mm) a una velocidad de 32 micras/ día.
Relación entre la contracción medida en la ASTM
C 157
frente a la contracción y alabeo de placas de pisos
Diferentes estudios se han propuesto identificar la relación
existente entre los valores de contracción determinados de acuerdo
a la metodología ASTM C157 frente a la contracción y alabeo
de placas en pisos. La Tabla 1 expone los resultados determinados por
Miltenberger, et. al., para el espaciamiento entre juntas que completa
y modifica la tabla original de la PCA, para placas no reforzadas.
La contracción medida por la ASTM C157 es asociada en pisos a
la contracción superficial de una placa de concreto puesto que
en la base usualmente el secado es menos severo que en superficie. Esta
diferencia de estado de humedad entre la base y la superficie es la
causante del alabeo que genera los esfuerzos y deformaciones más
importantes en las juntas. Diferentes estudios han demostrado que este
alabeo y la abertura de las juntas ocurren a la misma tasa que la contracción
observada en el ensayo ASTM C157, aunque no necesariamente existe una
relación numérica fácil de identificar. De esta
forma vemos que la contracción del concreto puede alcanzar magnitudes
que superan las deformaciones de origen térmico o mecánico.
Asimismo constatamos la velocidad de la deformación térmica
y la lentitud de la elástica. El ensayo, como las especificaciones
de contracción, se debe llevar a cabo teniendo en cuenta todas
las consideraciones puesto que sino es así, se pueden obtener
resultados desconcertantes (Fig.1). Aún estamos a la espera de
un modelo más sencillo para manejar este fenómeno que
no se asemeja a un resorte sino más bien a lo que le ocurre a
un flan de chocolate cuando se pasa y endurece.
Bibliografía:
Mokarem D. W., “Development of concrete shrinkage perfomance specifications”,
Dissertation submitted to the Faculty of the Virginia Polythecnic Institute
and State University, may 2002. Bissonnette B., Attiogbe, E.K., Miltenberger,
M.A., Fortin C., “Drying Shrinkage, Curling, and Joint Opening
of Slabs-on-Ground, ACI Materials Journal, vol. 104, no. 3, may-june
2007, pp. 259-267.
ACI Committee 360, “Design of Slabs on Grade (ACI 360 R-97), ACI
Manual of concrete practice, part 2, 1999,
pp. 57.
Miltenberger M.A., Attiogbe E.K., “Shrinkage-Based Analysis for
Control- Joint Spacing in Slabs-on-Ground”, ACI Structural Journal,
vol. 99, no. 3, may-june, 2002.
Gilbert R.I. “Time effects in Concrete Structures”, Elsevier,
1988, pp 321. Suprenant, B., “Why Slabs Curl?”, Concrete
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