El desequilibrio medioambiental es una situación global
por lo cual, México no es la excepción. Sin embargo, desde
hace 16 años contamos con un organismo encargado de verificar
el cumplimiento de la legislación ambiental, de proteger al medio
ambiente, los recursos naturales y de buscar el equilibrio entre el
desarrollo del hombre y la naturaleza. El Estado Mexicano, a través
de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)
y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA),
buscan promover una cultura a favor del ambiente y del entorno en el
que vivimos, alcanzando los más altos niveles de cumplimiento
de las leyes en la materia.
La PROFEPA: Misión y herramientas
Conformada en 1992 tiene como misión y objetivo único,
el verificar el cumplimiento de la legislación ambiental. Al
no ser una entidad normativa, no otorga permisos, licencias, o trámites
de regularización, siendo algunas de sus actividades las de inspeccionar,
verificar y, en caso de ser necesario, derivado de algún incumplimiento,
sancionar.
En entrevista para Construcción y Tecnología, el ingeniero
Raúl Tornel y Cruz, Subprocurador de Auditoria Ambiental, indicó
que la PROFEPA se vale de dos instrumentos o herramientas: la Inspección
o Verificación y la Auditoria ambiental. La primera, es un instrumento
denominado de “comando- control”, de verificación
directa y consiste en una visita a las empresas, en las cuales, establece
a través de un acta, si existe algún incumplimiento y
de ser necesario, señala mediante resolución administrativa
alguna sanción y en su caso, medidas correctivas.
Otra de las herramientas de gran valor de la PROFEPA, es la Auditoria
ambiental, sustentada en la autorregulación. Las empresas interesadas
pueden incorporarse voluntariamente al Programa Nacional de Auditoria
Ambiental (PNAA), el cual tiene como finalidad, realizar una evaluación
exhaustiva de todas las obligaciones ambientales de la empresa, abarcando
los ámbitos de competencia federal, estatal e incluso municipal,
de la cual se desprende un reporte.
Hay que hacer énfasis en que dichas auditorías son ejecutadas
por organismos acreditados por la Entidad Mexicana de Acreditación
(ema) y aprobados por la PROFEPA, los cuales se encargan de verificar
que todo esté en orden y en su caso, reportar la existencia de
algún incumplimiento u oportunidades de mejora. Elabora un reporte
del cual se deriva el Plan de Acción, con medidas preventivas
y correctivas y derivado de
este se firma un convenio para su ejecución. Una vez que se cumple
el Plan de Acción, señala el ing. Raúl Tornel,
la empresa notifica a la PROFEPA que se ha cumplido con los compromisos
derivados y que la auditoría ha concluido. Una vez verificado
lo anterior, se otorga el “Certificado de Industria Limpia”.
De la certificación
Hablar de Certificación de Industria Limpia, es hacer mención
de que dicho certificado está enfocado al sector industrial,
de manufactura, de transformación y de extracción, abarcando
en estos rubros a la industria cementera, petroquímica, de alimentos,
textil, hules y plásticos, automotriz y metalmecánica.
Cabe señalar que el Programa Nacional de Auditoría Ambiental
se encuentra enmarcado en el artículo 38 y 38 BIS de la Ley General
del Equilibrio Ecológico.
La PROFEPA verifica a través de la auditoría las siguientes
materias, a fin de otorgar el certificado de “Industria Limpia”:
Aire; agua; emisiones a la atmósfera; suelo y subsuelo; residuos
peligrosos; residuos sólidos e industriales no peligrosos; ruido;
seguridad e higiene industrial; energía; instalaciones civiles
y eléctricas; aprovechamiento de los recursos naturales; riesgo
ambiental y sistemas de gestión ambiental. Asimismo, la PROFEPA
establece algunos enfoques para ampliar el alcance del Programa Nacional
de Auditoría Ambiental, como son:
Enfoque Integral: En éste se destaca el concepto
de cadena productiva a través del cual se pretende que las empresas
certificadas fomenten la incorporación al PNAA de sus proveedores,
distribuidores y clientes.
Enfoque sectorial: Incorporar al PNAA a los sectores
industriales en su totalidad, como es el caso de la industria cementera,
automotriz y cervecera.
Enfoque geográfico: Busca la incorporación
de las industrias que se encuentran agrupadas en parques o corredores
industriales. A decir de Raúl Tornel, las empresas interesadas
en obtener el Certificado tienen la libertad de contratar a la Unidad
de Verificación que deseen. Actualmente existen 97 en el país,
y es posible encontrarlas en la página de la Procuraduría
(www.profepa.gob.mx) para que una vez realizada la auditoría
puedan obtener el “Certificado de Industria Limpia”.
Beneficios de la certificación
El contar con la certificación, ofrece muy buenos beneficios
para las empresas que vieron en ella una inversión y no un gasto.
En palabras del Subprocurador de Auditoría Ambiental, Raúl
Tornel, el primer beneficio que se obtiene es que la empresa certificada
demuestra que está cumpliendo con la legislación ambiental,
que a su vez le sirve para facilitar los procesos de exportación
con otros países al cumplir con las leyes ambientales mexicanas;
es decir le otorga credibilidad y lo respalda como una Empresa Socialmente
Responsable. De igual forma, la empresa certificada puede usar su certificado
para hacer publicidad y en el caso de corporativos transnacionales,
comprobar ante sus accionistas, que se está cumpliendo con las
leyes del país en que depositaron su confianza para establecer
alguna filial de la empresa.
Actualmente, las instituciones bancarias consideran el tema ambiental
como un riesgo crediticio, y por ende, al ser una empresa certificada
puede acceder a créditos al comprobar que no tiene problemas
ambientales y no tendrá conflictos con las autoridades en la
materia; facilita también los procesos de enajenación
de una empresa con otra, al demostrar que no tiene pasivos ambientales.
De la certificación a la excelencia ambiental
Una vez que la empresa incorporada al PNAA logra la certificación
de “Industria Limpia”, ésta tiene una duración
de dos años, y es posible renovarla a través de una nueva
auditoría logrando después de su primera recertificación
obtener el más alto reconocimiento que otorga la PROFEPA “La
Excelencia Ambiental”. Pero, ¿que es la “Excelencia
Ambiental”? En conversación con el ing. Tornel, nos explicó
que es el reconocimiento más alto que otorga la PROFEPA a las
organizaciones previamente certificadas que han demostrado que su desempeño
ambiental está enfocado a la mejora continua y por tanto al desarrollo
sustentable.
Para tal efecto, la PROFEPA publica una convocatoria y las bases de
participación correspondientes a fin de otorgar el reconocimiento
a todas aquellas empresas que demostraron un alto desempeño ambiental,
que han cumplido con la legislación ambiental, que cuentan con
un sistema de gestión ambiental y tienen vigente alguno de los
certificados emitidos por la PROFEPA.
Dentro de los aspectos evaluados encontramos: perfil de la empresa;
prevención de la contaminación; reducción del riesgo
ambiental y vulnerabilidad del ambiente; responsabilidad social; cadena
productiva e indicadores de desempeño. Cabe decir que la evaluación
de las propuestas de los aspirantes al reconocimiento de Excelencia
Ambiental es realizada por un comité externo de personalidades
de alto reconocimiento técnico y probada ética, representantes
del sector privado, público y académico. Este reconocimiento
es entregado por el Titular del Ejecutivo Federal.
La industria cementera: al 100%
Desde su creación, el Programa Nacional de Auditoría
Ambiental (PNAA) se destaca por lograr una participación de carácter
voluntario y cada día, más empresas se integran a éste
al conocer los beneficios que obtienen al certificarse y al ser partícipes
en los programas de responsabilidad social. En este sentido, la industria
cementera no es la excepción; incluso, debe tomarse como un modelo
a seguir, ya que actualmente es el primer sector industrial que se encuentra
dentro del PNAA al 100 por ciento. Esto es, que todas las plantas que
integran el sector cementero en México se encuentran incorporadas
en el programa.
Para el ingeniero Tornel, la industria cementera es uno de los sectores
más responsables, que cumple con las expectativas de la legislación
nacional, e incluso va más allá de la Ley. Mencionó
que gracias a este tipo de acciones algunas de las empresas cementeras
en nuestro país han logrado obtener ya el “Reconocimiento
de Excelencia Ambiental”, como es el caso de CEMEX, Holcim Apasco,
Grupo Cementos Chihuahua y Cementos Cruz Azul.
El Subprocurador acotó que la industria cementera desarrolla
el concepto de coprocesamiento, el cual consiste en la utilización
de algunos productos de contenido energético, que son considerados
residuos, los cuales al ser integrados a los procesos cementeros tienen
doble efecto. La empresa deja de consumir un combustible fósil
original para consumir un residuo tratado como energético. Tal
es el caso de las llantas (tema que ya ha sido abordado en esta sección),
que en la industria cementera son utilizadas y aprovechadas al máximo
ya que las cenizas son parte integral del cemento, y las emisiones a
la atmósfera no son mayores que si se utiliza un combustible
fósil.
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Un ejemplo |
La planta Tepetzingo, de Corporación Moctezuma, cuenta
con un reconocimiento especial que le otorgó la Comisión
Federal de Electricidad como la más eficiente
del ramo en consumo y ahorro de energía. El 30 de Julio
de 2002, la Procuraduría Federal de Protección Ambiental
otorgó a Cementos Moctezuma el Certificado de Industria
Limpia, el cual se confiere a las empresas que demuestran una
cultura ambiental y un cumplimiento normativo legal y regulatorio.
Cuenta también con Certificación de excelencia ambiental
(2004), entre otros. |
Hacer conciencia
El obtener un certificado de “Industria Limpia” o el “Reconocimiento
de Excelencia Ambiental” no es suficiente. Es importante que todas
las empresas tomen conciencia de la importancia y los beneficios de
incorporarse al Programa Nacional de Auditoría Ambiental.
Es importante también, –comenta el ing. Tornel–,
que las empresas apoyen a la PROFEPA a ingresar al programa a la cadena
productiva, es decir a sus proveedores de insumos y materias primas,
para que de esta forma logren obtener una certificación y se
comprometan con el desarrollo sustentable.
Pero no sólo hay que obtener el certificado o el reconocimiento,
como empresas deben hacer conciencia al respecto e inducir actividades
a favor del medio ambiente, tales como el uso de madera legal como es
el caso de la industria de la construcción, que al ser un gran
consumidor de madera, es esencial para el país que ésta
sea de procedencia lícita, que se exploten racionalmente los
bosques, para lo cual existen aprovechamientos maderables destinados
a este fin, combatiendo de esta forma la tala clandestina, sólo
por mencionar un ejemplo.