El arquitecto Gustavo Slovik comenta que su obra ha
sido desarrollada “renunciando a soluciones ciento por ciento
intuitivas. Cada proyecto está basado en una constante investigación,
tanto teórica como práctica, desde la cual se revisan
todos los factores que pueden influir en cada caso para de esta manera,
sustentar sólidamente nuestros diseños a través
de respuestas específicas a las necesidades del usuario”.
Este es el caso del edificio en la calle de Anaxágoras 1408,
un proyecto pequeño pero de gran personalidad que lo distingue
en el entorno sin por ello dejar de ser sencillo. La diferencia: “el
uso inusual del concreto negro” afirma Slovik.
Antecedentes
SLVK y LIVING —esta última empresa dedicada al desarrollo
y comercialización de inmuebles para vivienda en la Ciudad de
México— han reforzado el vínculo que los liga manteniendo
una comunicación fluida y eficaz en beneficio de los proyectos
habitacionales que actualmente desarrollan. Siendo Anaxágoras
1408 el primer edificio en que colaboraron, fundamentaron en éste
los objetivos de ambas empresas bajo estricto orden para solucionar
las necesidades especificas de cada uno de los clientes que adquieren
su vivienda buscando un trato personalizado que logre resolver cualquier
detalle lo más rápido y de la mejor manera posible. Hoy,
esta mancuerna trabaja en colaboración en ocho proyectos y casi
200 departamentos juntos, ofreciendo al cliente un apoyo constante aun
después de entregada la obra. ¿Cómo se
respalda esto? Construcción de calidad y un proyecto
racional son parte de la solución.
Sin importar la escala: calidad
Al preguntarle sobre los objetivos de su trabajo, Gustavo Slovik comenta:
“buscamos una arquitectura que justifique su presencia dentro
de un medio social, económico y cultural; un medio crecientemente
dinámico.
Por ello determinamos que en la solución desarrollada para la
obra de Anaxagoras (un proyecto de vivienda
vertical plurifamiliar) debíamos de contar con espacios amplios
y áreas recreativas comunes”.
El edificio se localiza en una vialidad apacible —paralela a las
avenidas Universidad y Cuauhtémoc— que refleja el ambiente
colmado de calma de su contexto inmediato. Fue pensado principalmente
para obtener confort y comodidad del usuario dentro del espacio por
su ubicación privilegiada en una zona de alta plusvalía
que le brinda la factibilidad de servicios; haciendo la vida del cliente
más satisfactoria. De esta forma se concibió un edificio
con un medio nivel de acceso en el nivel inferior (semisótano)
y cinco niveles de departamentos de 125 m2, integrados por cocina, sala,
comedor, cuarto de servicio, dos baños, dos recamaras y una terraza.
En su conjunto estos espacios comparten una roof garden de 120 m2 y
260 m2 de estacionamiento. Satisfecho el programa de necesidades al
interior se integró en cada una de las unidades la mayor penetración
de iluminación natural y se analizaron diversas posibilidades
para lograr una imagen contundente en el exterior que reforzara las
ventas y la imagen del despacho. En un entorno sin
muchas referencias, la identidad del edificio quedó vinculada
a la utilización del concreto negro aparente, según las
dosificaciones supervisadas de CEMEX. Sus ventajas: alto rendimiento
a nivel estético y estructural; durabilidad ante efectos medioambientales;
reducción de costos por uso de acabados, entre otros. Sin duda,
el uso poco común de este material hace al edificio fácilmente
identificable. Cabe decir que el cuidado en obra es digno de ser mencionado.
Distinción constructiva
Teniendo en cuenta los estudios de mecánica de suelos, se obtuvo
una resistencia de carga del terreno de 10.9 toneladas/m2 para dar respuesta
a los criterios estructurales. A partir de ahí se planteó
un sistema estructural basado en losas de cimentación de 30 centímetros
de espesor y contratrabes para la subestructura. A nivel del estacionamiento
se confinaron muros y columnas de concreto armado para sostener al sistema
de vigueta y bovedilla, de las losas superiores. La especificación
del cemento CPC40 CEMEX indicaba una dosificación de 1.6 kg de
cemento, 1.6 lts de agua, 3.5 kg de arena y .10 kg de colorante negro
por cada porción de 5 litros. La uniformidad del color motivó
la realización de diferentes pruebas in situ con arena para determinar
el tono final del mortero después de su secado. Cabe recordar
que para la producción de este tipo de concreto es importante
seleccionar el total de la materia prima (agregados y cemento) y no
alterar el diseño en la obra ya que afecta su resistencia a la
compresión, durabilidad y tonalidad.
De igual forma este proyecto dio seguimiento a la logística del
colado y la coordinación de los volúmenes de concreto
para evitar retrasos o ajustes que provocaran juntas frías. El
tipo de cimbra y el desmoldante utilizados fueron fundamentales para
la selección del acabado y lograr la apariencia requerida. Éstos
fueron elementos impermeables con un bajo número de usos previos.
Además de esto, el proveedor del concreto enfatizó supervisar
de forma estricta en obra que al usar membranas de curado éstas
fueran en base agua para evitar el cambio de tonalidad del elemento
estructural. Dato sumamente importante por la apariencia final que en
este caso especifico se buscaba. Sabiendo que este concreto se desempeña
mejor en resistencias mayores a los 250 kg/cm2, CEMEX recomienda sea
trabajado en revenimientos de 18 centímetros. Sin embargo, trabajarlo
y hacerlo con éxito implicaba muchas más exigencias pues
entra en juego otro aspecto fundamental para lograr una buena calidad
de ejecución, la mano de obra y el control de calidad.
Fue necesario capacitar al personal que realizó el proceso de
vibrado del concreto, ya que una deficiencia técnica provocaría
la presencia de oquedades y fisuras en el elemento. El alineamiento
y el sellado de la cimbra resultaron fundamentales para lograr un buen
acabado. Solucionada esta fase se procedió a retirar la cimbra
utilizada, siendo un trabajo delicado puesto que de no ejecutarlo de
forma correcta se generan despotillamientos, por lo cual se desmoldaron
los elementos estructurales después de 48 horas de haberse dado
el colado.
Después del descimbrado se comenzó con el proceso de curado,
garantizando una evaporación muy lenta de la humedad del concreto
sin mancharlo. El acero de los moños, se retiró después
de siete días de haber realizado el colado. Finalmente se evitaron
los resanes de los elementos (que por muy discretos que sean, son visibles)
y se trabajó el detalle fino de los muros aparentes ya terminados.
Anecdotario
No fue fácil. Una obra de mayor o menor escala exige el mismo
compromiso cuando los objetivos iníciales son ambiciosos y muchas
veces aún logrando esto, suceden cosas que quedan fuera de nuestro
control. Así lo comentó Gustavo Slovik al preguntarle
sobre las dificultades que surgieron en el proceso constructivo. “En
una ocasión durante un colado de muros se venció la cimbra
vaciándose el concreto en el patio del vecino, hubo que limpiarlo,
cambiarle unas lámparas existentes, una fuente, un muro de cantera
y una jardinera. Sin embargo; no fue lo único, hay algo más
que aún seguimos en pie para buscar una solución afortunada:
después de terminado el edificio la Compañía de
Luz y Fuerza del Centro instaló un poste justo en frente de la
fachada principal, donde ya existe uno en la colindancia del edificio;
ahora tenemos dos en la fachada principal de 12 metros de ancho y por
supuesto, nos ha costado mucho trabajo e insistencia lograr que muevan
el poste.
La primera batalla la perdimos, ya que por la cercanía del transformador
a los balcones tuvimos que retirar el barandal y modificar ese rasgo
del proyecto. No obstante, estamos firmes en lograr que esto no altere
las bondades de un proyecto bien resuelto y técnicamente bien
ejecutado; estos detalles no merman la calidad de nuestra idea”.