El concreto
reforzado es el material de construcción más usado en obras
de abastecimiento y drenaje.
Sin embargo, a pesar de la evolución de su tecnología, los
sistemas de tratamiento de agua y alcantarillado son cada vez más
agresivos y llegan a poner en riesgo la operación y durabilidad
de las estructuras. El uso de sistemas de impermeabilización protección
es necesario tanto en estructuras nuevas –para aumentar su durabilidad–
como en las ya existentes, pues la tecnología del concreto empleada
en el pasado ya no atiende los actuales requerimientos. Los niveles de
ataque varían de acuerdo con cada ambiente de las estaciones de
tratamiento de agua y efluentes. Algunos productos químicos usados
regularmente en el tratamiento pueden atacar el concreto. También
se debe considerar el efecto erosivo del agua con partículas sólidas
así como la acción de bacterias en sistemas cerrados de
tratamiento de aguas negras que suelen ocasionar problemas de corrosión
en la parte superior de las cañerías o en los techos de
las estructuras por la formación de ácido sulfúrico
biogénico.
Hoy, se realizan esfuerzos por parte de entidades públicas
y privadas para que las estructuras de obras de abastecimiento y drenaje
alcancen un nivel de desempeño de estanquedad compatibles con
los aspectos técnicos de durabilidad. Es necesario un cambio
sustancial en los niveles de proyecto, ejecución, y mantenimiento
de las obras mencionadas. Por tanto, es preciso hacer del conocimiento
público los principales condicionantes, beneficios y limitaciones
de las soluciones de impermeabilización y protección
.
Características físico-químicas
del agua negra
Para la evaluación de la eficacia de los revestimientos para
la impermeabilización y protección química, es
necesario cuantificar las cargas físico-químicas, siendo
necesarios levantamientos de campo en el área de estudio, muestreos,
análisis de laboratorio, medición de desagüe y otros
datos complementarios.
El agua bruta tiene muchas impurezas, siendo varias de ellas inocuas
y otras perjudiciales a la salud humana. De ahí que el tratamiento
previo del agua es fundamental para poder ser consumida por el hombre
ya que confiere al agua características de potabilidad y buena
apariencia al eliminar impurezas presentes que deben ser removidas.
(La Tabla 1 presenta los principales productos usados). En el área
de los efluentes, debido a la amplia variabilidad de sus características
cualitativas es difícil generalizar los valores más comunes.
También se debe considerar que la práctica común
es la integración de los desechos industriales con las aguas
sucias domésticas en la red pública de recolección.
(Las características cuantitativas químicas de los desechos
domésticos se presentan en la Tabla 2). Sólidos totales:
Se debe considerar el efecto erosivo del flujo del agua conteniendo
estas partículas. El DBO5 (Demanda Bioquímica de Oxígeno)
y el COT (Oxígeno Químico Total) son parámetros
de determinación de cantidades de materia orgánica en
las aguas negras. Las acciones de microorganismos sobre el material
orgánico producen el gas sulfhídrico (H2S), que son inconvenientes
porque se oxidan en forma de ácido sulfúrico (H2SO4);
éste ataca la superficie del concreto y el refuerzo. Nitrógeno
total: El nitrógeno es un elemento indispensable para el crecimiento
de los microorganismos y algas; las sales de amonio (NH3) son inconvenientes
porque reaccionan con la alcalinidad protectora del concreto.
Fósforo: Es un nutriente esencial para el crecimiento
de microorganismos y las algas.
pH: El valor está próximo al neutro pH 7.
Cloruros: La presencia de iones de cloruro promueve
la corrosión electroquímica puntual de la capa pasivante
del refuerzo del concreto.
Alcalinidad: Por la propia naturaleza química
de la pasta de cemento, se puede prever que el concreto, debido a su
naturaleza alcalina, presenta buena resistencia a la acción de
las bases.
Aceites y grasas: Difícilmente originan casos
de corrosión, estando más relacionados con la impureza
que pueden existir por sí mismos o en solución.
Ácido sulfúrico biogénico: Debe
atenderse el ataque con ácido sulfúrico biogénico
dado que se trata del mayor potencial de deterioro existente en las
estructuras de aguas negras.
Los problemas de formación de gas sulfúrico
biogénico son muy conocidos en cañerías de grandes
diámetros de las estructuras de estaciones de tratamiento de
aguas negras. El concreto de las cañerías de aguas negras
está sujeto a la acción de bacterias, tales como Thiobacillus
thioxidans y Thiobacillus concretivorus, que oxidan los compuestos de
azufre (H2S) presentes en las aguas negras y los transforman en ácido
sulfúrico biogénico. El ataque por ácido sulfúrico
biogénico ocurre en estructuras para aguas negras que necesitarán
de una tapa para evitar la propagación del gas sulfhídrico.
La formación de gas sulfhídrico, H2S, proviene de la acción
reductora de las bacterias anaeróbicas Desulfovibrio desulfuricans,
sobre compuestos orgánicos o inorgánicos de azufre presentes
en las aguas negras, y poseen un inconveniente olor. Pueden ocurrir
grandes deterioros en el concreto de los techos de estas estructuras
con pérdidas que pueden llegar a 7 cm de recubrimiento de concreto
en menos de 5 años.
Revestimientos minerales y resinas orgánicas
A principios del siglo XX se desarrollaron y usaron sistemas de protección
para estructuras para agua y aguas negras. Se distinguen dos sistemas
básicamente: los orgánicos y los inorgánicos. Los
primeros están constituidos principalmente por resinas epóxicas,
poliuretano, furánicas, enólicas o de poliéster.
Los inorgánicos son a base de cemento u otros sistemas generales.
(Ver Tabla 3).
Riesgo de ósmosis en revestimientos
orgánicos
Una de las principales diferencias entre los sistemas orgánicos
e inorgánicos tiene que ver con la difusión de vapor de
agua. Normalmente, los revestimientos inorgánicos son considerados
abiertos a la difusión de agua, en tanto que los orgánicos
están cerrados. Se debe tener cuidado especial en el uso de revestimientos
orgánicos, debido al riesgo de darse el fenómeno de ósmosis.
Se sabe que el movimiento de agua a través de una pared de concreto
ocurre por el gradiente de humedad entre los dos lados, debido al efecto
osmótico y muy poco por la presión hidrostática.
Este gradiente de humedad puede ejercer una presión de vapor
significativa, en donde la humedad retenida tiende a salir y a formar
ampollas de películas impermeables.
Para que un revestimiento protector sea considerado permeable al vapor,
debe poseer un valor SD (steam diffusion: difusión de vapor)
menor que 5.0 metros en una capa de aire. En caso de que el revestimiento
presente un valor SD mayor que 50 metros de capa de aire, se considera
impermeable a la difusión de vapor y pueden presentar patologías
de burbujas y desplazamientos. Para entender mejor esto, el valor SD
(steam diffusion) se define como un espesor en metros de capa de aire
equivalente a la resistencia a difusión de vapor de agua del
material de revestimiento. La resistencia a difusión del material
es función del espesor del revestimiento y del factor de difusión
de vapor de agua en el material (µH2O).
Se debe considerar el efecto de la presencia de vapor sobre revestimientos
impermeables, pues la unidad retenida tiende a salir y a formar ampollas
con películas impermeables. El gradiente de presión de
vapor dentro del concreto, causado por el movimiento de vapor de agua,
a partir de áreas de grandes unidades de baja humedad, puede
llegar a valores de 1.5 MPa de presión de arranque. Por lo tanto,
encerrar el concreto con películas impermeables resulta un gran
riesgo.
Sistemas de cristalización
Los sistemas de cristalización son conocidos y se vienen aplicando
mundialmente con éxito durante las últimas décadas;
hacen al concreto menos permeable debido a reacciones de formaciones
de cristales en los poros y capilares del concreto.
Hay diversos sistemas disponibles: los mono componentes se aplican como
pintura sobre el concreto en no más que dos capas. Sus propiedades
permiten su aplicación en áreas de agua potable y también
de efluentes, su resistencia química está en una tasa
de pH entre 3 y 11. Debe tenerse cuidado pues estos sistemas no poseen
resistencia a la abrasión.
Recubrimientos a base de cemento polimérico
de bajo espesor
Los revestimientos a base de cemento polimérico consisten normalmente
de un polvo a base de cemento y un líquido a base de polímero.
Como en los sistemas cristalizantes, los productos más actuales
usan en sus fomulaciones polímeros en polvo y son manejados de
forma mono componente, lo que disminuye la posibilidad de errores en
la dosificación. Sus propiedades permiten su aplicación
en estructuras para agua, no siendo recomendados para su aplicación
en estructuras de efluentes debido a su baja resistencia química
y falta de resistencia a la abrasión. Este sistema está
siendo cuestionado en Alemania, en donde recientemente fue publicado
el resultado de un estudio de la VDZ, Asociación Alemana de Fabricantes
de Cemento. El estudio fue hecho con base en una investigación
en diversos depósitos y pruebas de laboratorio que mostraron
la formación de puntos de corrosión en los revestimientos.
Esta corrosión se debe principalmente a la presencia de metil-celulosa
y una alta relación agua/cemento en los productos. Con base en
este estudio se publicó un manual de requisitos básicos
para el uso de revestimientos cementantes en contenedores de agua potable,
siendo los principales requisitos los siguientes:
• Relación agua/cemento equivalente < 0.5.
• Aire incorporado en la mezcla fresca < 5%.
• Volumen total de poros a 90 días < 10%.
• Resistencia a compresión > 45 MPa.
• Adherencia > 1.5 MPa
• Espesor mínimo de 5 mm.
Revestimientos de alta resistencia química
a base de cemento muy gruesos (> 5 mm)
Los revestimientos minerales de alta resistencia a base de cemento usan
cementos exentos de C3A en función de la necesaria resistencia
a los sulfatos. Pueden ser aplicados manualmente o lanzados y se recomiendan
para aplicación en estructuras que almacenan agua potable y en
estructuras que contiene efluentes, debido a su gran resistencia química
(pH 3 a 14).
Revestimientos minerales de alta resistencia
química exentos de cemento
El sistema de revestimiento de alta resistencia química tiene
como base un silicato Polimérico. Consiste de gel de silicatos
amorfos (SiO2.nH2O) dentro de la matriz endurecida de esta sustancia
mineral pura, cuya adherencia, durabilidad y estabilidad dimensional
lo hacen ideal para la protección de superficies de concreto
y acero en estaciones de efluentes, industrias químicas e instalaciones
de energía eléctrica.
Los revestimientos minerales a base de silicatos poliméricos
están abiertos a la difusión de vapores de agua y son
resistentes a los ácidos orgánicos e inorgánicos
con pH próximos a CERO (excepto al ácido fluorhídrico)
y resistente a temperaturas de hasta 580 °C.
Diversos sistemas de protección están disponibles, principalmente
orgánicos a base de resinas, e inorgánicos que pueden
ser, o no ser, a base de cemento. Características como la abertura
a la difusión de vapor de agua, la posibilidad de aplicación
en substratos húmedos y la ejecución de reparaciones puntuales,
disminuyen los riesgos de la utilización de sistemas minerales
tanto durante la aplicación como en la operación y mantenimiento.
Por lo tanto, por su naturaleza similar al concreto, la aplicación
de revestimientos minerales para la impermeabilización y protección
de estructuras aparece como una tendencia, y la más apropiada,
para estructuras de abastecimiento y drenaje.
Principales requisitos y normas de las estructuras
para agua y alcantarillado:
Agua potable, Aguas negras en contacto con el efluente y zona de gas:
• Impermeabilidad–NBR 10787 y DIN 1048.
• Potabilidad–NBR 12170.
• Higiene–DVGW W 347.
• Microorganismos– DVGW W270.
• Difusión de vapor de agua = 4.0 m (DIN 52615).
• Adherencia en superficies húmedas.
• Adherencia > 1.5 MPa – DVGW W300.
• Total de poros < 10% – DVGW W300.
• Espesor > 5 mm – DVGW W300.
• Fácil mantenimiento y limpieza.
• Amigable al medio ambiente.
• Resistencia a aguas agresivas – DIN 4030 y DIN 1045, parte
2.
• Resistencia a compresión > 45 MPa – DVGW W 300.
• Resistencia ácido sulfúrico biogénico.
• Resistencia a la abrasión - DIN EN 598.
• Resistencia a la penetración de cloruros.
• Resistencia al ataque de sulfatos–exento de C3A.