Titulado en Ingeniería Civil por la UNAM (1976-1980), con Maestría
(1982-1983) y Doctorado (1986-1988) en Estructuras por la Universidad
de Illinois, en los EUA, Stark trabajó para varias empresas,
hasta que en 1996 formó su propia oficina de consultoría
y diseño estructural, con el apoyo de uno de sus alumnos –el
ingeniero Rodolfo Ortiz– con quien ya llevaba algunos años
trabajando en otras empresas. “Hemos trabajado mucho en diseños
nuevos, en revisar estructuras existentes; podemos presumir que llevamos
más de 800 edificios revisados en toda la República Mexicana,
y Estados Unidos”.
Su trabajo no sólo se enfoca a edificios, también en obras
de infraestructura, como puentes, muelles, drenaje profundo, sistema
de transporte colectivo metro, “obras interesantes que nos dan
un panorama muy amplio”.
¿Por qué el concreto?
El dr. Stark prefiere el concreto sobre otros materiales debido a que:
“el concreto permite una mayor creatividad, ya que lo puedes modificar
como tú quieras; menciona alguna estructura que no pueda hacerse
de concreto; a menos que económicamente ya no sea algo factible,
sugeriría hacerla de acero pero después de agotar todas
las posibilidades”.
A consideración del dr. Stark, el acero es un material más
industrial, que tiene ya perfiles estandarizados, con los mismos módulos
de elasticidad. El concreto, en cambio, ofrece más opciones tecnológicas
y hoy en día tiene cada vez más posibilidades, como lo
es el concreto autocompactante, el concreto autolavable, etcétera,
“y eso es lo que a mí me apasiona, tener un material que
lo puedes modificar de acuerdo con tus necesidades; es algo que tu creas,
no es algo hecho como los perfiles metálicos, incluso los prefabricados
tienen ya sus secciones comerciales; el concreto en cambio puede tener
una sección ovalada, trapezoidal, si así se desea, según
el molde se pueden hacer secciones prácticamente con cualquier
forma”.
Y continúa su entusiasmo al hablar sobre las actuales tendencias
del concreto, como es el uso de los polímeros: “En los
aviones están usando en lugar de acero, titanio y en lugar de
aluminio, una combinación de éste con fibras de carbono.
El concreto también va para allá; se está tendiendo
a que el concreto ya no necesite del acero, y eso sin duda, será
un gran avance.” Aunque sigue siendo una tecnología cara,
desde hace algunos años ya se observan resultados de investigaciones
en el uso de varillas de fibra de carbono –elaboradas en otras
partes del mundo–, noticia impactante y poco difundida en nuestro
país que evita el problema de la corrosión del acero entre
otras propiedades.
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UNA CORDIAL INVITACIÓN |
A principios de junio tendrá lugar
el Ciclo Internacional de Infraestructura en Concreto, en el
WTC y uno de los participantes como consultor en el tema "Aspectos
prácticos sobre el Reglamento ACI 318 en su versión
2008" será el ingeniero Roberto Stark Feldman.
Desde este espacio los invitamos a unirse a esta actividad de
carácter internacional y, por supuesto, a escuchar a
nuestro Quién y dónde que presentamos en esta
edición.
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Acerca de sustentabilidad
preguntarle al dr. Stark su punto de vista acerca de la sustentabilidad
del concreto, él, convencido, explica sus propiedades de reciclaje,
“el concreto se puede triturar y más si se va a prescindir
en el futuro del acero– y al triturarse concreto se reutiliza
como un agregado”.
Las cementeras igualmente están implementando nuevos sistemas
más acordes con el tema de la sustentabilidad. “Antiguamente,
cuando el concreto se empezaba a endurecer, era rechazado de la obra,
lo tiraban en donde pudieran; hoy en día se regresa a la planta
y con un aditivo se logra retardar el fraguado que se tenía.
Hoy, pones concreto nuevo y lo vuelves a mandar a la obra. Ya no hay
ese desperdicio que había antes. Además, el concreto tiene
la ventaja de que si se construye adecuadamente requiere de cero mantenimiento,
mientras que con el acero se tiene que usar pintura, retardantes contra
el fuego, etcétera, que finalmente no siempre se utiliza un material
considerado como sustentable como puede ser una fachada de concreto
aparente”, comenta Stark.
Los límites
Es común que la relación entre ingeniería y arquitectura,
en ocasiones pueda ser tensa; sin embargo, Roberto Stark no lo ve así,
“los proyectos que conllevan un respeto para cada una de sus disciplinas
generalmente no tienen ningún conflicto. Yo creo ya no hay límites
a nivel técnico del concreto; nada más hay que saber las
reglas del juego, conocer las condicionantes especiales de cada proyecto,
y con ello creo que es factible hacer obras muy interesantes”.
¿Cuál sería el límite entre un capricho
arquitectónico y la estabilidad estructural del edificio? Se
le pregunta y Stark responde: “Donde podría haber un punto
delicado es en el factor sísmico, considero que el rubro de los
sismos es un campo todavía poco entendido, tanto por ingenieros
como por arquitectos.
Cuando no hay movimientos telúricos, realmente no hay límites.
Gracias a que ya hay concretos de alta resistencia se consiguen elementos
estructurales más esbeltos que los que se solían hacer,
pero cuando viene el factor sísmico se complica, porque ahora
el peso que tiene el concreto, comparado con otros materiales, empieza
a trabajar en contra de nosotros; sin embargo también se han
hecho muy buenos diseños”. Se debe tener en cuenta que
los estudios sobre sismos son relativamente recientes; en México
se tienen registros apenas a partir de 1962.
La ingeniería en México
La ingeniería en México tiene reconocimiento a nivel mundial,
el dr. Stark reconoce el trabajo de ejemplos relevantes como el del
ingeniero civil mexicano –especialista en ingeniería sísmica–
Emilio Rosenblueth (1926-1994) y resalta el hecho de que muchos mexicanos
son representantes de diversos comités a nivel mundial.
La función del ingeniero es esencial: “La ingeniería
finalmente es criterio; los números son una herramienta que tenemos
para justificar lo que creemos. Si nuestra forma de pensar es mala,
aunque pongamos los números que sean, nunca vamos a llegar a
ninguna conclusión real o buena; tenemos que tener criterio y
capacidad para entender el problema, y ya después los llenamos
de números para justificar todo eso. En México nos enfrentamos
a terrenos difíciles, con condiciones especiales –barrancas,
basureros, minas de arena, etcétera– desafiando siempre
problemas estructurales complicados. En México hay muy buenos
ingenieros por lo mismo”.
Acerca de la profesión
El diseño estructural requiere gran vocación. El camino
no es fácil. “Habemos pocos; hay que entender que es un
área muy difícil, se necesita mucha experiencia, y a veces
la remuneración económica no va muy acorde a la exigencia
y a la responsabilidad que se está adquiriendo”.
El panorama es bastante complicado, “vivimos en una sociedad profesional
sin seguro; las compañías aseguradoras no tienen el concepto
de seguro profesional para la ingeniería, como lo hay con los
médicos o con otros profesionales o en otros países”.
Es un paso importante que definitivamente debe darse, además
de definir claramente las responsabilidades que se adquieren.
Lo más triste sería que en algún momento, por la
falta de ingenieros en México, se tuviera que importar ese servicio,
afortunadamente no hemos llegado a ese punto; “de hecho actualmente
–dice Stark– es difícil para alguna compañía
extranjera poder competir en México, por los costos y por la
poca diferencia que pueda haber entre un diseño hecho por mexicanos
y uno hecho por extranjeros; no hay un valor agregado tan fuerte, salvo
cosas muy particulares, no hay necesidad de traer a un ingeniero extranjero.
A pesar de todos los obstáculos, todavía podemos con lo
que está demandando el mercado”.
Siempre actualizado
Como lo demanda la profesión, el dr. Stark se mantiene actualizado
involucrándose en la tecnología de materiales nuevos e
interactuando con institutos y universidades. “Yo no he dejado
de dar clases. Me sigo manteniendo activo en la docencia, en la que
llevo 28 años”, donde ha tenido diversos cargos en la Facultad
de Ingeniería y en la División de Estudios de Posgrado
de la UNAM. Además está continuamente presente en convenciones
como la del Instituto Americano del Concreto, con derecho a voto en
la elaboración del reglamento desde 1995. “Es ahí
donde todo está sucediendo, por lo menos en EU. En los últimos
años he participado en las reuniones de las Normas ISO del concreto
(ISO/TC71), en un panorama mundial que cuenta con la participación
de naciones, como Japón, Corea, China, algunos países
europeos, Sudáfrica, Australia, Sudamérica, hasta conjuntar
un total de 33 países”.
El doctor también imparte seminarios de especialización
en el IMCYC. Al respecto dice: “el mejor aprendizaje siempre será
enseñar, sobretodo porque uno debe de estar preparado para lo
que vayan a preguntar, se tiene que entender muy bien el tema para poderlo
desarrollar y expresar, y realmente ayudarle a la gente que asiste a
estos cursos”, y agrega “mantenerse actualizado debe ser
una batalla continua”.
Premio CEMEX
No podemos dejar de preguntarle sobre su experiencia en el reconocido
galardón internacional de CEMEX: “Ha sido un premio muy
especial en mi trayectoria, cuando por primera vez me invitaron hace
7 años a formar parte del jurado. Después me volvieron
a invitar al año siguiente y empezamos a ver cómo iba
evolucionando”, hasta que en 2006 –coincidiendo con los
100 años de Cemex– lo nombran presidente del jurado. De
esto, comenta: “fue una experiencia interesante y un gran reto
porque había que acoplar criterios y establecer lineamientos
entre miembros del jurado de diversos países”. El Premio
CEMEX decide establecer un Jurado Honorario, del que el dr. Stark forma
parte. Hacia adelante “Mientras sigamos con nuevos retos hay muchas
cosas por delante. A mí siempre me ha gustado ver que hay más
allá; tendemos a aburrirnos pronto en cuanto a la rutina”
y concluye, “me gusta sentirme útil y creativo dentro de
mi profesión. Es muy fácil hacer siempre lo mismo; nuestra
práctica dentro de la oficina siempre ha sido hacer más,
más cosas, más nuevas, lo nuevo siempre es el reto, seguir
experimentando con las novedades que nos da el concreto”, concluye.