Desde hace tiempo, en Construcción y Tecnología le dedicamos
muchas páginas al tema de la sustentabilidad buscando generar
una temática “verde” ya que creemos que las acciones
emprendidas, pequeñas o grandes, son pasos firmes hacia un mejor
presente y un futuro realmente habitable. Es por eso que nuestro Artículo
de Portada está dedicado a una obra que sorprende, “que
causa intriga”, como dice el arquitecto Humberto Ricalde de la
obra de Javier Senosiain.
El simbólico Nido de Quetzalcóatl se encuentra en una
cañada donde las áreas verdes predominantes respetan pendientes
y depresiones dejando libre un 98% de campo, espacio y bosque; hechos
que hacen de este conjunto un llamativo ejemplo de arquitectura sustentable,
al tiempo de ser, como su propio autor la define, una obra orgánica.
Por otro lado, en la sección Arquitectura, un centro oncológico
recientemente terminado en Campeche, da cuenta de cómo debe ser
diseñada una obra bajo los criterios bioclimáticos en
la cual los elementos pasivos generan confort y mejoran la calidad de
vida y estancia de los usuarios. Obras como ésta nos hacen ver
que, con espacios más abiertos, y ventilaciones bien planeadas,
los problemas de salubridad –como el de la influenza– podrían
minimizarse. Si, la arquitectura, bien hecha, también puede mejorar
la salud del hombre.
Y para complementar el tema del mes, qué mejor que presentar
en la sección Quién y dónde, a uno de los grandes
especialistas y teóricos del tema: el dr. David Morillón,
maestro en diseño bioclimático, quien reflexiona sobre
las prácticas constructivas actuales y sobre la manera en que
pueden resolverse algunos problemas medioambientales. Finalmente sólo
cabe decirles: ¡Feliz día del ingeniero!. c