¿Por qué se deteriora P. Castro-Borges1; F. Dickinson1;
T. Castillo1;
Una pregunta que muchas personas se hacen, es respondida de manera puntual en este artículo. |
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Por qué la corrosión
deteriora la vivienda de concreto? Podemos hacerle esta pregunta a un
niño de 9 años o al anciano de 80 que caminan como abuelo
y nieto por la playa. Las respuestas serán parecidas a las que
daría la mayor parte de la gente que vive en ese ambiente: ¡se
deteriora porque el salitre se la come! ¡Tiene el cáncer
de la corrosión!, etcétera. Pocos de ellos pueden darnos
información más relevante sobre las verdaderas causas que,
quizá, incluso muchos de los que tenemos cierta preparación,
no conocemos ni entendemos por completo. Lo cierto es que, si ese anciano, ese pequeño y en general, la gente que no tiene conocimientos científicos en el área de la corrosión y las patologías de la construcción, pudiesen ayudar a crear cultura para la prevención del problema, la respuesta a la pregunta sería diferente. Imaginemos sus respuestas en este caso: ¡se deteriora porque la sal del mar afecta al acero de concretos mal hechos! ¡Se deteriora porque usaron arena de mar sin lavar! ¡Se deteriora porque el acero quedó muy superficial o expuesto!, etcétera. Es decir, si bien las respuestas ya no serían coloquiales, tampoco serían muy técnicas, pero, desde luego, denotarían la apropiación de un conocimiento y su utilización para comprender el fenómeno. Lograr lo anterior no es fácil, pero tampoco imposible. Hace ya varios años, un grupo de investigadores que incluyó, entre otros profesionales, a ingenieros civiles, arquitectos, antropólogos, ecólogos, biólogos y físicos, se dio a la tarea de interactuar con la gente de un pequeño puerto, donde la mayor parte de las mujeres son amas de casa y los hombres son pescadores, cuyo nivel de estudios es bajo, incluso con cerca del 10% de población es analfabeta. Mediante metodologías participativas, comunitarias (Dickinson y Castillo 2003; Castillo Burguete, Viga de Alva et al. 2008), los antropólogos nos enseñaron a los demás participantes a: ¡llegarle a la gente! |
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Con una interacción entre los lugareños y los compañantes del equipo de investigación, los primeros opinaron con su bagaje de conocimientos de la vida cotidiana y su sentido común; los segundos, entrenados en la metodología de investigación participativa (IP), tradujeron los conceptos provenientes del conocimiento científico a un lenguaje común, cotidiano. Se logró con los participantes de la comunidad concebir una vivienda durable, comenzar a generar una cultura para prevenir la corrosión (Castro Borges P., 2007), una apropiación de conocimientos básicos; aun con baja escolaridad o sin saber leer y escribir, e incluso, que participaran activamente en la construcción aplicando los conceptos adquiridos. Gracias a esta interacción, los facilitadores,
es decir, los miembros de la comunidad que participaron en la IP, han
hecho un gran trabajo: la divulgación. Ahora otros habitantes de
El Puerto están conscientes, opinan y tratan de cumplir aspectos
elementales para que sus viviendas no se deterioren y empiezan a pasar
este conocimiento a sus hijos y otros lugareños. Una de las causas que más deteriora la infraestructura es su mismo diseño arquitectónico y estructural (Castro, et. al., 2006). Ahora ellos tienen conocimientos empíricos para trabajar la arquitectura de sus casas y prever problemas de corrosión. |
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Por ejemplo: evitando dejar
sin protección el acero expuesto como preparación para el
crecimiento de la vivienda protegiéndolo con dados de concreto
pobre o pintura, que serán retirados al continuar la construcción;
aumentando el recubrimiento de concreto sobre el acero para proteger a
éste de la corrosión, o; hacer ellos mismos sus techos sin
la necesidad de acero como el Domozed o de ferrocemento. Desafortunadamente,
la falta o poca disponibilidad de currícula especializada en el
área de corrosión para los alumnos de ingeniería
y arquitectura, ocasiona que los proyectos, desde su concepción,
propicien el deterioro por corrosión u otras patologías. |
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Aunque ahora se está trabajando
para generar currícula de posgrados en esta área (Castro
Borges, 2007a), en el caso de El Puerto la gente no sólo se apropió
de los conocimientos ya descritos, sino que están incorporando
la prevención (Dickinson 2002a; Dickinson 2002b) a su cultura.
De los cinco prototipos que se han construido en El Puerto, los dos últimos
contienen pequeños aditamentos que sirven para hacer un seguimiento
continuo de las variables más relacionadas con el deterioro, como
la temperatura, la humedad, el potencial y la velocidad de corrosión.
Estos aditamentos se pueden construir de una manera fácil y con
poco costo. La gente de la localidad, el arquitecto o ingeniero, pueden
colocarlos desde la construcción de la vivienda o a través
de una intervención ex profeso. Esperamos lograr, en una nueva
etapa de nuestro trabajo de IP, que miembros de la comunidad aprendan
a hacer y colocar estos aditamentos y a medir parámetros de corrosión
y a interpretarlos a nivel elemental. |
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La idea es que puedan dar
un seguimiento a la evolución de los agentes agresivos en su vivienda
y acudan a un experto para que los apoye en su interpretación.
Existe un kit que se necesita para hacer todo esto en la comunidad. Se
está usando como base la filosofía que la Asociación
Internacional de Corrosión (NACE Internacional) usa para educar
a los jóvenes de las secundarias y preparatorias en plan piloto
en algunos lugares del mundo. Lo que hicimos aquí, fue adaptarla
a la comunidad con nivel de escolaridad bajo y generar, además,
en forma original, la parte de la prevención del problema patológico
que es importante. |
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No cabe duda que la mayor cantidad
de gente afectada por el problema de corrosión en vivienda es aquella
con menos recursos. Una acción concertada como la que aquí
describimos, permitirá que las comunidades tomen mayor conciencia
del problema, pero también tengan más y mejores elementos
para enfrentar el problema de deterioro de sus viviendas, en especial
en las costas del país. El primero y segundo prototipo de vivienda
con estos criterios y participación comunitaria en varias etapas
se hizo antes del paso del huracán Isidoro (Dickinson 2002a; Dickinson
2002b); después se construyeron los demás prototipos y ahora
estamos en la fase de prefabricación. Actualmente, tenemos aprobado
otro proyecto para introducir en el puerto de Progreso, el mayor de Yucatán,
un palafito mejorado con aceptación cultural, bajo impacto ambiental,
durable y resistente a huracanes. |
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Poco a poco, trabajos como éste y otros están dando lugar a la generación de normativa nacional en el campo de la corrosión de estructuras de concreto, en unión con organismos importantes como el ONNCCE, el IMCYC, CINVESTAV y otras instituciones y empresas mexicanas (Castro Borges, 2007b). Usted y nosotros, que ahora conocemos unas cuantas causas del problema de la corrosión en la vivienda costera y también las formas en que nuestra comunidad puede participar para controlar el problema, podemos cuidar y hacer cuidar esos detalles que retrasarán los daños a nuestra infraestructura nacional e internacional. Conclusión |
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Referencias |
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