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Adriana
Reyes
La
actividad turística representa un elemento importante en la economía de
cualquier país. En México ocupa el tercer lugar en generación de divisas
(durante l999 captó 7 mil 587 millones de dólares); el PIB turístico es
de 8.2 por ciento (10 por ciento considerando inversión) y da empleo a
12 por ciento de la población económicamente activa (con una remuneración
30 por ciento mayor que en otras actividades).
En el pasado, los centros turísticos se empezaron a desarrollar a través
de actividades cuyo objetivo principal fue abastecer la demanda de bienes
y servicios de los visitantes. Con el tiempo, estas actividades llegaron
a representar una fuente considerable de ingresos para la población local,
derivando en la profesionalización de los servicios turísticos y alcanzando
el grado de industria por la generación de empleo y derrama económica;
por lo tanto, hubo necesidad de crear infraestructura.
Con la creación del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), se
concibió en el país el desarrollo de centros turísticos integralmente
planeados (CIP) para incrementar la oferta turística con proyectos de
alta calidad, atrayendo nuevos segmentos de mercado y generando el desarrollo
regional, previsto en un marco de planeación y sustentabilidad.
Las facilidades que han proporcionado los avances tecnológicos en materia
de transporte, aunadas a la mayor interdependencia económica de las naciones,
han provocado el sensible incremento de la actividad turística en la última
década; por ejemplo, el número de habitaciones en los CIP (Cancún, Ixtapa,
Bahías de Huatulco, Loreto y Los Cabos) ha crecido a una tasa anual de
8.7 por ciento frente al crecimiento de 3.6 por ciento en los otros centros
turísticos del país.
Como consecuencia de esta dinámica, se incrementa la necesidad de contar
con infraestructura y equipamientos turísticos adecuados. Entre los inversionistas
nacionales y extranjeros que han manifestado su interés en participar
se encuentran International & Resort; Barceló, Iberostar, Sol Melía, Oasis,
Soltour, Riu; Hoteles Marriot, Karmina Palace, Radisson Hoteles; Alpitur,
Beach Club Hotels y Rinoval de México.
Los programas a futuro
Las acciones diseñadas por el gobierno están enfocadas a promover y mejorar
la competitividad de los centros y regiones turísticas más importantes,
así como a diversificar los destinos turísticos.
De acuerdo con la Sectur, destacan los proyectos de construcción de Mundo
Maya y Escalera Náutica del Mar de Cortés. Los programas regionales del
tipo de Tesoros Coloniales cuentan ya con una estrategia clara y de largo
plazo para su desarrollo y consolidación. La Secretaría de Turismo indica
que ello permite identificar la riqueza de productos que se ofrece a los
visitantes y las oportunidades de desarrollo que representan para la población.
Pronósticos de crecimiento de infraestructura
De acuerdo con el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), se estima
que para el año 2010 el número de cuartos en el país se incrementará,
de 419 mil 608 registrados en 1999, a 523 mil 735, en tanto que los establecimientos
de tiempo compartido pasarán de 22 mil 652 a 25 mil 302; también se considerá
que se crearán cerca de 4 mil restaurantes de calidad turística en los
próximos 10 años, y que en el mismo lapso las marinas sumarán 4 mil 447,
lo que significa la construcción de 563.
La inversión que prevé el CNET es de 8 mil 994 millones de dólares, lo
que representa un incremento del 24 % de la inversión actual.
En el renglón de los tiempos compartidos, Pablo González Carbonell, presidente
de la Asociación Mexicana de Desarrollos Turísticos (Amdetur), indica
que en el año 2000 se canalizaron alrededor de 400 millones de dólares
hacia este rubro que representa el 21 por ciento de la oferta del hospedaje
de calidad turística del país.
La modalidad de tiempo compartido -de acuerdo con la Amdetur- genera anualmente
ingresos por 2 mil 800 millones de dólares. Actualmente, el país cuenta
con 278 proyectos de este tipo de hospedaje, con un total de 22 mil 345
unidades construidas, que equivalen a un millón 139 mil semanas, de las
cuales 982 mil 800 están vendidas.
González Carbonell indica que, en los últimos cinco años, la hotelería
en las nueve principales zonas turísticas de playa en el nivel nacional
ha crecido únicamente 4.5 por ciento, mientras que la industria de tiempo
compartido ha registrado un aumento de 65 por ciento.
Para la industria de la construcción, el turismo representa una importante
fuente de trabajo: se estima que en 1999 la inversión turística ascendió
a más de 32 mil millones de pesos, de los cuales 15 mil 800 millones se
destinaron a infraestructura, lo que representó trabajo para mil 500 empresas
constructoras; la inversión turística significó en el mismo año 3.4 por
ciento del PIB de la construcción.
La labor de Fonatur
Hasta la década de los sesenta, la oferta turística en México había evolucionado
de manera espontánea, sin ninguna planeación. Con el propósito de darle
un sentido planificado a la actividad, a principios de los años setenta
el gobierno federal mexicano adoptó una nueva política de fomento turístico,
a partir de la consideración de los siguientes factores: los grandes atractivos
naturales, culturales e históricos del país y su ubicación geográfica
respecto de Estados Unidos; la gran capacidad de la actividad turística
para captar divisas y generar empleos, y la oportunidad que brinda el
turismo de propiciar el desarrollo de diversas regiones del país.
Para ello se concibieron los CIP, los cuales, además de crear polos turísticos
de primer orden, desarrollarían una infraestructura social de certidumbre
y oportunidades de progreso para las comunidades donde se asientan los
desarrollos.
Así se crearon Cancún, Ixtpa, Los Cabos, Loreto y Bahías de Huatulco.
Para cada uno de ellos se elaboró un plan maestro que fungiría de guía
para la evolución de cada centro, el que a su vez propiciaría el crecimiento
de otros sectores, tales como comunicaciones, industria y servicios.
Cancún fue el primer CIP. La superficie de que dispone abarca 11 mil 517.5
hectáreas, de las cuales 31.4 por ciento son zonas urbanas; 7.8 por ciento,
zonas turísticas; 24.4 por ciento, de conservación ecológica y 36.4 por
ciento, de cuerpo lagunar.
El segundo CIP, Ixtapa, cuenta con 20 mil 975 hectáreas de superficie,
distribuidas de la siguiente manera: 8.3 por ciento de zona urbana; 41.5
por ciento, zona turística; 18.2 por ciento, conservación ecológica y
32 por ciento de cuerpo lagunar.
Los Cabos fue planeado para desarrollarse en una superficie de 913 hectáreas,
comprendidas entre San José del Cabo y Cabo San Lucas. En la distribución
se asignó 11.7 por ciento para San José, 81.4 por ciento en la zona turística
y 6.8 por ciento para Cabo San Lucas en la zona turística.
Loreto se concibió como un corredor conformado por el puerto de Loreto,
Nopoló y Puerto Escondido. Estos tres destinos comprenden a su vez cinco
islas: Coronado, Del Carmen, Danzante, Montserrat y Santa Catalina. Cuenta
con una superficie de 8, 269. 3 hectáreas.
Bahías de Huatulco cuenta con una superficie de 20 mil 975 hectáreas,
distribuidas así: áreas de conservación ecológica, 69 por ciento; zona
turística, 14.5 por ciento, y zona urbana, 9.5 por ciento.
En el caso de Cancún se está llegando a la saturación del destino -dice
Mauricio Olmos, subdirector de Operación Regional de Fonatur; "nos queda
un proyecto muy grande que es Puerto Cancún", señala.
En el polígono que forma Cancún aún quedan algunos lotes de playas y otros
terrenos que suman 270 hectáreas, donde podrían ubicarse un campo de golf
y un máximo de mil cuartos de hotel, con lo que Fonatur terminaría la
labor en la propiedad que le fue asignada, pero continuaría con las labores
de mantenimiento de corte municipal (tratamiento de agua, barrido, bacheo,
pintado, etc.) que hace a través de su filial Baja Mantenimiento.
En Ixtapa, se acaba de desarrollar una nueva zona que se llama Brisas
Contramar, en donde hay algunos lotes para hoteles y condominios, así
como una zona residencial de alto nivel y lotes unifamiliares que no tienen
vista al mar pero están en una parte alta y probablemente tendrán un club
de playa.
"En esta zona estamos por terminar la urbanización. En las otras zonas
del desarrollo, seguimos haciendo obras de infraestructura; en Marina
Ixtapa aún tenemos algunos lotes por desarrollar, pero están con el Grupo
Sidec, de Sectur; en Playa Linda hay otro desarrollo que es privado. En
estos momentos hay mucha oferta para condominios, hoteles y casas de playa
aunque sin frente de playa", indica Olmos.
En cuanto a la infraestructura, menciona un puente de acceso a Ixtapa
que permitirá tener cuatro carriles en el bulevar para poder desviar el
tránsito pesado hacia una vialidad secundaria, y dice: "Estamos haciendo
algunos colectores y la ampliación de la planta de tratamiento de agua;
pensamos que en un par de años podríamos tener niveles de saturación".
De acuerdo con los datos que maneja Fonatur, en Ixtapa existe (1999) una
oferta de 4 mil 300 cuartos en operación y, de acuerdo con sus consideraciones,
la misma podría crecer al doble en un horizonte de 10 años. Contribuye
a tal proyección el número de vuelos hacia ese destino y la carretera
México-Acapulco que reduce el tiempo de traslado a Ixtapa.
En Huatulco -dice Olmos- existe mucha infraestructura, subestaciones eléctricas,
plantas de tratamiento, etcétera, "en urbanización también hemos crecido
mucho, tenemos reserva territorial con caminos de acceso a las bahías
y servicio suficiente para muchos años; tenemos mucha oferta de lotes,
inclusive hoteleros, debido a que Huatulco no ha tenido la demanda que
se esperaba".
Actualmente, en este desarrollo existe el proyecto de un muelle para cruceros
en la Bahía de Santa Cruz por medio de la Administradora Portuaria Integral
(API), que se le otorgó recientemente a Baja Mantenimiento. La intención
es que haya dos puertos, uno turístico y otro para la flota pesquera.
El problema que enfrenta Huatulco es la comunicación aérea y carretera;
buenos medios de acceso podrían propiciar que la oferta creciera y rebasara
los planes actuales. Normalmente, los planes maestros de Fonatur manejan
horizontes de 10 a 15 años, pero para Huatulco el horizonte es de 20 años
debido a que se tuvo que hacer un reposicionamiento.
Dentro del CIP Loreto, hay sólo un hotel funcionando; Fonatur está construyendo
desde hace año y medio un hotel de 150 habitaciones en este centro, cuyo
turismo es en 95 por ciento extranjero (Estados Unidos y Canadá).
Loreto tiene una marina que cuenta con superficie para 300 posiciones;
hay espacio para un campo de golf y están proyectados tres o cuatro hoteles.
"Actualmente se está planteando un plan de desarrollo para 7 mil cuartos,
entre casas, condominios, villas y hoteles; no significa que vayamos a
tener mañana esa oferta, pero existe la capacidad, para lo cual habría
que crecer en los servicios. Actualmente contamos con una subestación
eléctrica y una planta de tratamiento, una carretera que es la transpeninsular,
pero habría que crecer en los servicios, reforzar suministro y tratamiento
de agua, etcétera", señala Mauricio Olmos.
"Nopolo es tan pequeño -agrega- que lo único que tenemos es una laguna
de oxidación, tenemos los proyectos para ampliarla, pero mientras no se
dé el crecimiento no tiene caso hacer la obra." En general, son planes
que se tienen que llevar a cabo en los próximos dos o tres años. En el
caso de Loreto, existen 438 cuartos en operación, no ha crecido mucho
la demanda. En este centro, Fonatur está construyendo 150 cuartos más,
un crecimiento de 30 por ciento en menos de dos años. "Nos ha faltado
capacidad de alojamiento, pero en el momento que exista, el destino crecerá",
refiere el entrevistado.
En Los Cabos, Fonatur tiene una pequeña reserva que incluye la dársena
de San Lucas, cuyo Mantenimiento tiene la API: "nuestra propiedad se ha
concentrado en la orilla de la dársena, donde todavía tenemos algunos
lotes para hoteles y villas".
Un nuevo papel, un nuevo destino
De acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC),
el constructor, el inversionista y las autoridades tienen actualmente
un nuevo papel dentro del sector turismo (infraestructura), pues la política
de desarrollar toda la obra pública con recursos fiscales quedó atrás.
Y si bien es cierto que la creación (1974) y operación de Fonatur contribuyó
a incrementar la infraestructura turística en el país -destaca la CMIC
en un documento presentado en el Foro del Sector Turismo que se realizó
en el mes de junio pasado-, al actuar como agente financiero del gobierno
federal y ejecutar prácticamente todo el proceso de desarrollo, desde
la identificación de los destinos turísticos, el diseño y construcción
de infraestructura, hasta la comercialización y el mantenimiento, hoy
la actuación de los sectores social y empresarial ha evolucionado, y ellos
se han visto obligados a colaborar con el gobierno para complementar los
recursos fiscales y así dar respuesta a las necesidades de infraestructura.
Como referencia, se mencionó el programa denominado Reactivación Económica
para la Ciudad de La Paz, en el cual los empresarios de la construcción
realizaron un estudio con el objeto de diagnosticar el destino de esa
ciudad tomando en cuenta su vocación pasada.
Encontraron que el modelo de desarrollo se orientó en su origen a una
economía agrícola y, posteriormente, al ser declarada zona libre, a la
actividad comercial, la cual ha caído por las devaluaciones consecutivas
y la entrada en vigor del TLCAN, y no ha desarrollado sus atractivos turísticos
porque carece de la infraestructura adecuada. Por lo tanto, el planteamiento
de los constructores en el programa referido se orienta a convertir a
La Paz en uno de los destinos turísticos más importantes de México mediante
las siguientes estrategias:
l Crear una ventaja competitiva en cuanto a calidad, acceso, mercado y
consistencia de sus recursos turísticos.
l Estimular una base diversificada de demanda, creando variedad de segmentos
del mercado turístico.
l Conservar los ambientes naturales marinos y terrestres.
l Incentivar la inversión privada nacional e internacional.
l Desarrollar y mejorar los recursos turísticos.
l Mejorar y diversificar el acceso a la región.
l Promover y difundir intensamente las ventajas que ofrece como destino
turístico.
l Buscar y diversificar las fuentes de financiamiento.
l Coordinar la participación del empresariado local con la ciudadanía
y las autoridades para impulsar la economía local.
La inversión total para alcanzar lo propuesto asciende a 212 millones
de dólares, de los cuales 56.8 % debe provenir de capital privado, 24.5
% de derechos y tarifas, 13. 3 % de fondos fiscales y 5.4 % de fondos
del Fideicomiso creado para la ejecución del proyecto. Se espera recuperar
la inversión en un plazo no mayor de 10 años, crear un nuevo destino turístico
y dar trabajo a diversas industrias, entre ellas la de la construcción.
Proyectos, coordinación e inversiones
Entre los CIP y los puntos turísticos que se han ido formando independientemente
de éstos, la demanda de infraestructura va en aumento. Por ejemplo, para
el proyecto Escalera Náutica Región Mar de Cortés, que comprende los estados
de Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa, se pretende,
a través de un mínimo de inversiones de desarrollo, brindar una oferta
integral de infraestructura y servicios de apoyo náutico, carretero y
portuario, así como facilitar los aspectos administrativos y de seguridad
que posibiliten la internación de embarcaciones y turistas náuticos a
la región del Mar de Cortés para detonar su desarrollo náutico turístico.
En la ejecución de este proyecto, participan en forma coordinada los gobiernos
de los estados de la región y las secretarías de Estado con injerencia
en la materia, y se promueve la participación del sector privado como
inversionista y prestador de servicios, tanto en los puertos de la Escalera
Náutica como en el desarrollo de marinas turísticas y sus servicios asociados,
mediante un esquema de franquicias.
El turismo náutico ofrece importantes beneficios en términos de generación
de divisas y derrama económica; no se ha podido desarrollar debido a las
grandes limitaciones que existen en la infraestructura regional para la
internación de embarcaciones, entre otros aspectos.
Se estima que, una vez solucionada la limitante referida, la internación
de embarcaciones puede ascender a 76 mil 400 unidades para el año 2010,
20 mil embarcaciones más de las que actualmente se internan en las costas
que comprenden la Escalera Náutica. Ello implica la incorporación de nuevos
puertos.
En cuanto a infraestructura carretera, se pretende desarrollar un puente
terrestre para el traslado de embarcaciones del litoral Pacífico al Mar
de Cortés, mejorando 120 km existentes entre Santa Rosalillita y Bahía
de Los ángeles, B.C.; facilitar la internación de embarcaciones remolcables,
mejorando 102 km de la carreteras Hermosillo-Bahía de Kino, Sonora, y
modernizando 154 km de la carretera Mexicali-San Felipe, entre otras obras
que incluyen la modernización de la señalización.
También se tiene previsto establecer un sistema de abastecimiento de combustibles
a todos los puertos de la Escalera Náutica, con la participación de concesionarios
privados.
Para este proyecto, los planes son ambiciosos y requieren grandes inversiones,
lo mismo que el proyecto Mundo Maya y Barrancas del Cobre. Este último
comprende una región de aproximadamente 2.4 millones de hectáreas (área
54 veces mayor a la superficie de los cinco CIP referidos), conformada
por nueve municipios: Batopilas, Bocoyona, Chinipas, Guachochi, Guazapares,
Maguriachi, Ocampo, Urique y Uruchi.
En esta zona, donde se localizan siete barrancas que son uno de los atractivos
más espectaculares de México y del mundo, la meta esperada es la construcción
de mil cuartos hoteleros, mil 250 espacios para casas rodantes, 750 espacios
para campamentos y 30 mil metros cuadrados de áreas comerciales. Se espera
una derrama económica de 60 millones de dólares y la generación de 3 mil
900 nuevos empleos que beneficien a 15 mil habitantes de la región.
Un futuro promisorio
El turismo es la actividad más dinámica del mundo junto con las telecomunicaciones;
en México, ningún otro sector creció en los últimos 25 años como el turismo,
pero a juicio de muchos lo mejor aún no ocurre, sino que está por suceder.
Se estima que el turismo internacional será dentro de 20 años de mil 600
millones de personas, que en vez de gastar 450 millones de dólares (cantidad
actual), gastarán 2 mil millones de dólares.
Los países con vocación turística se están preparando para dar una respuesta
de calidad a la demanda, generando la infraestructura en puertos, aeropuertos,
carreteras y en las localidades que van a promocionar. El trabajo es arduo
e implica promoción para atraer la inversión. Los retos en el sector,
de acuerdo con el Consejo Empresarial Turístico, son los siguientes: que
se reconozca el turismo como una actividad prioritaria, sujeta a una política
de Estado que lo considere como un sector de exportación; que se ponga
en práctica una política fiscal promotora de la inversión; que la industria
aeronáutica sea factor de promoción de la actividad turística; que se
desarrollen esquemas de financiamiento competitivos y campañas de publicidad
que alcancen los mercados nacionales e internacionales con la promoción
de la diversidad de atractivos de México, donde previamente se haya hecho
la infraestructura.
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Al ocupar
hoy el tercer lugar en la generación de divisas y ser el sector de la
economía que más creció en los últimos 25 años, el turismo tiene en México
un papel fundamental como fuente de desarrollo. La demanda de infraestructura
crece día a día y, con ella, la posibilidad de licitación de nuevas de
obras, de oportunidades de inversión y de creación de empleos se dibuja
cada vez con mayor nitidez en el horizonte nacional. A la vez, los cambios
introducidos por la conducción económica en el papel que tienen constructores,
inversionistas y autoridades en el desarrollo de la obra pública plantean
nuevas relaciones y abren grandes perspectivas a la iniciativa privada.
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