Cierto, el panorama se antoja gris y pesimista, pero hay que recordar
que el otro lado de la moneda se basa en el desarrollo de políticas
sustentables que cada vez permean con mayor fuerza entre las autoridades
gubernamentales, así como entre los protagonistas de los diferentes
sectores industriales, agrícolas y comerciales.
El doctor Joachim Spangenberg, vicepresidente del Sustainable Europe
Research Institute (SERI), con sede en Viena, Austria, habla constantemente
de las prácticas contrarias a la sustentabilidad que se han suscitado
a lo largo de la historia, y ha concluido que “la utilización
excesiva del medio ambiente ha sido un rasgo constante de la conducta
humana desde la Edad de Piedra. Una y otra vez, la intervención
humana causó efectos ambientales secundarios no intencionales,
desde perturbaciones locales reversibles hasta la extinción irreversible
de especies y cambios regionales de la fauna, la flora y las condiciones
para la actividad agropecuaria. “Mientras los cazadores y recolectores
minimizaron el impacto ambiental migrando antes de que emergieran problemas
de recursos, las primeras poblaciones estables cambiaron drásticamente
sus estilos de vida así como su impacto en la biosfera. Al tener
menor abundancia de alimentos, tuvieron que trabajar más tiempo
y con mayor intensidad, logrando mayor producción para alimentar
a una población en crecimiento y provocando los primeros impactos
ambientales irreversibles, que aumentaron con la población y
el desarrollo de tecnologías cada vez más poderosas.
Era premoderna
No es nueva la contaminación por actividades semi industriales,
dice el investigador europeo, especialista en biología y ecología,
y de ello hay suficientes pruebas, “como el manejo de desechos
en la antigua Roma, o la regulación de patrones de uso de agua
(un día para curtido de cuero, otro para elaboración de
cerveza) en el siglo XV, así como las instalaciones técnicas
para reducir las emisiones de metales pesados en la Sajonia del siglo
XVI, o las quejas acerca de los efectos de la quema de hulla (carbón)
en la China del siglo
XIII y la Inglaterra del siglo XVIII. Sin embargo, la mayoría
de estos daños fueron locales y controlados por sus propias comunidades”.
Con el desarrollo del estado nación mercantilista, explica el
también economista, “cambió el marco institucional
y la demanda en rápido crecimiento hizo de la disponibilidad
de recursos cada vez más escasos una cuestión política
importante. La escasez de recursos se hizo evidente primero en los países
más desarrollados a fines del siglo XVII, cuando la producción
industrial premoderna llevó a una previsible escasez de madera,
material de primordial importancia se usaba en la construcción
de casas y barcos, en la producción de bienes y como principal
fuente de energía, lo que convertía la escasez de oferta
en un serio problema económico y de seguridad. “En Alemania,
la división en una multitud de reinos inhibió las aspiraciones
coloniales hasta comienzos del siglo XIX, pero la incipiente producción
industrial dependía de la madera, por ejemplo, como material
de construcción clave en la minería y como fuente de energía
para la fundición de metales”. No es de sorprenderse, concluye
Spangenber, “que la crisis de la madera para combustible, que
amenazó a la industria de la plata de Augusto II de Sajonia y
Polonia, fuera una seria preocupación para el rey y el país,
y que se desarrollara un concepto basado en las experiencias de Francia,
Gran Bretaña y Suiza para manejarla. El resultado fue un libro
de Carl von Carlowitz, titulado Sylvicultura Oeconomica y publicado
en 1713, que acuñó el término nachhaltendes Wirtschaften,
traducido más tarde al inglés como producción sustentable
(sustainable yield)”. Quién lo dijera, a final de cuentas
fueron las preocupaciones económicas y militares las causas iniciales
para la instalación del concepto de desarrollo sustentable como
estrategia para minimizar riesgos
Sustentabilidad en la industria del
cemento
La industria mexicana del cemento y el concreto sabe que tiene una responsabilidad
con la sociedad mexicana, de tal suerte que apuesta por la excelencia
en sus procesos industriales. Cemex , uno de los gigantes internacionales
del cemento, establece en sus postulados que “se requiere de una
visión de largo plazo del progreso industrial, conservando las
bases de las que depende la calidad de vida humana: el respeto por las
necesidades humanas básicas y por los ecosistemas locales y globales.
También dice: “Dada nuestra clara dependencia de los recursos
naturales, las empresas en la industria del cemento trabajamos conjuntamente
para adherirnos a los conceptos y principios de la sostenibilidad”
CEMEX es una de las diez empresas cementeras multinacionales que participó
en una iniciativa para la sustentabilidad del cemento, con la coordinación
del Consejo Mundial de Negocios para el Desarrollo Sostenible (WBCSD,
por sus siglas en inglés), que implica su propio Programa de
Ecoeficiencia y la búsqueda de un desarrollo sostenible. De acuerdo
con este postulado, se han identificado seis áreas clave en las
que se puede incidir para mejorar el bienestar social:
• Combustible y materias primas.
• Salud y seguridad de los empleados.
• Cambio climático
• Reducción de emisiones.
• Impactos locales.
• Procesos empresariales internos.
Por su parte, Holcim Apasco miembro del Centro de Estudios del Sector
Privado para el Desarrollo Sustentable, organismo que representa al
World Business Council for Sustainable Development en México
fundamenta su política ambiental en cuatro pilares, cada uno
de los cuales contienen principios para prevenir la contaminación
ambiental.
• Sistemas de gestión: Directrices para el cumplimiento
de la legislación ambiental y control de resultados.
• Aprovechamiento de recursos: Promoción de la ecoeficiencia,
Conservación de recursos naturales no renovables y Reciclaje
de materiales secundarios.
• Impactos ambientales: Medición de resultados.
• Relación con las partes interesadas: Diálogo activo
con todas las partes interesadas y comunicación pública
de los logros obtenidos.
La industria del cemento, industria
limpia
• Trabaja con sistemas de producción que reducen
en más del 90 por cierto la emisión de polvos
en los centros de manufactura.
• Participa en el programa mexicano voluntario para gases
de efecto invernadero, que incluye la realización de
inventario de emisiones e identifica proyectos potenciales de
reducción, para impulsar la capacidad local de generación
de proyectos de mecanismo de desarrollo limpio (bonos de carbono).
• Promueve la utilización de combustibles renovables
que sustituyan el uso de combustibles fósiles tradicionales
no renovables.
• Cuenta con un destino final seguro de residuos generados
por otras industrias, a través del llamado “coprocesamiento”,
que garantiza la destrucción total de residuos como llantas,
textiles, entre otros, al ser utilizados en hornos cementeros
totalmente herméticos a temperaturas superiores a los
mil 450 grados centígrados, con largos tiempos de residencia
y cero generación de cenizas.
• Desarrolla diversos tipos de cemento cuyas características
y aplicaciones específicas permiten solucionar dificultades
tradicionales en la industria, ya sea a través de cementos
o concretos especiales. Fuente: CANACEM.
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La voz de los expertos
El doctor David Morillón Gálvez, investigador del Instituto
de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México
explica para Construcción y Tecnología que la sustentabilidad
es un concepto que se define como el uso adecuado de los recursos
naturales, sin agotamiento, para que las generaciones futuras puedan
contar con ellos, es decir, desarrollo con respeto hacia el ecosistema.
Con base en ello, dice el experto, “los que pertenecemos al ramo
de la construcción, arquitectos, ingenieros civiles, constructores
y diseñadores, así como los fabricantes de materiales,
tenemos que asumir que uno de los consumos energéticos más
importantes es el que se relaciona con los edificios.
El sector urbano consume el 20 por ciento de la energía que se
produce en el país, y del total que se genera más del
90 por ciento proviene de la quema de hidrocarburos, petróleo,
gas y carbón; por lo tanto, simplemente con construir y operar
un edificio hay impactos en el consumo de energía.
Si un edificio no se diseña adecuadamente va a requerir más
energía; si no se equipa adecuadamente con tecnología
eficiente será una construcción contaminante y el CO2
que se genera impacta directamente en el cambio climático, de
allí la gran responsabilidad de quienes trabajamos en este medio.
Si hablamos de arquitectura sustentable –dice el experto en diseño
bioclimático– tenemos que hablar de un diseño acorde
con el medio ambiente, de bajo impacto ambiental y tendiente al cero
uso de energía convencional.
Los materiales que se emplean hoy pueden protegerme del calor, o bien,
captarlo y calentar un edificio, por lo que eligiendo el más
adecuado se puede evitar por ejemplo, la colocación de aire acondicionado”.
El Dr. Morillón, quien fue director de la Comisión Nacional
para el Ahorro de Energía, señala que de acuerdo con el
Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI)
en México hay 25 millones de viviendas. Una partícula
de este universo, apenas cinco mil casas, forman parte de un programa
piloto de vivienda sustentable (a cargo del Consejo Nacional de Vivienda)
que se caracteriza por contar con elementos ahorradores de energía
(lámparas, aire acondicionado), refrigeradores de alta eficiencia
y un diseño adecuado al clima de la región.
El lugar del concreto en el desarrollo
sustentable
Morillón Gálvez, presidente del Consejo Iberoamericano
para la Edificación Sustentable, establece que al momento de
diseñar y construir una obra se debe observar el origen del material
y el impacto que genera, así como el uso del mismo en la vida
útil del edificio y, finalmente, observar lo que sucederá
con los residuos cuando se destruya la edificación. “Es
necesario ver cuál es el beneficio y el impacto en cada una de
las tres etapas, porque puede ser que un material nos ofrezca un beneficio
en una de ellas y en otra sea muy dañino”. En este sentido,
dice el entrevistado, “el cemento y el concreto tienen un alto
impacto en la contaminación pero, sin lugar a dudas, durante
la construcción y la operación del edificio es uno de
los materiales que más se utilizan en el mundo por la facilidad
y flexibilidad para trabajar con él; por eso lo vemos en las
estructuras, en los muros, en los techos, los pisos, en las carreteras…
lo vemos en todas partes.
El vidrio y el concreto son los materiales de este tiempo, pero el de
origen pétreo, dice Morillón, rebasa las expectativas
de su vida útil ya que es común que una edificación
se encuentre en pie y en buenas condiciones después de 30 o 40
años, “porque los mexicanos vemos nuestros bienes como
un patrimonio que pasa de generación en generación”,
concluye.
La unión hace la sustentabilidad
Por su parte, el licenciado Osmin Rendón Castillo, presidente
de la Cámara Nacional de la Industria del Cemento (CANACEM) –en
exclusiva para Construcción y Tecnología– asegura
que la institución que preside “tiene como objetivo favorecer
la construcción de un mejor país, que brinde mejores condiciones
de vida para el presente y futuro de los mexicanos.
Para lograrlo, trabaja cotidianamente para hacer que sus operaciones
cumplan en todo momento con los más altos estándares internacionales
de eficiencia y calidad, además de que cada una de sus iniciativas
busca impactar favorablemente en su personal, las comunidades y el país
en su conjunto”.
Al hablar de la responsabilidad que la industria cementera tiene con
el medio ambiente, el directivo sostiene que “desde sus orígenes,
hace más de un siglo, es consciente de su responsabilidad ambiental.
Por lo anterior, a lo largo de la historia ha contribuido al cuidado
y protección del ecosistema mediante acciones específicas
que son parte esencial de su agenda.
Ejemplos son los procesos de certificación técnicos y
administrativos de la industria, que aseguran una operación cada
vez más eficiente y productos de altas especificaciones.
Asimismo, lo son las iniciativas que hacen posible una operación
aún más responsable, que mediante la investigación
y el desarrollo continuos –así como con el uso de la más
alta tecnología- permiten reducir emisiones a la atmósfera
y usar cada vez menos combustibles fósiles, además de
fomentar una mejor cultura ambiental.
“Por tanto, el compromiso de la industria cementera en México
es alcanzar la excelencia en su actividad, lo que significa producir
con la mejor calidad, mediante personal experto, técnicas de
vanguardia y de manera responsable con su entorno”. En opinión
del licenciado Rendón Castillo, la actividad industrial del sector
se encuentra fuertemente vinculada a la autoridad ambiental, toda vez
que han sumado esfuerzos para trabajar juntos a favor del ecosistema.
Muestra de ello, dice el directivo, es la certificación voluntaria
adoptada por la industria cementera en México, que desde 1995
participa en el proceso impulsado por la Procuraduría Federal
de Protección del Ambiente a modo de garantizar que la operación
del sector atienden la normatividad aplicable.
Así las cosas, la industria cementera fue la primera que certificó
el cien por ciento de sus instalaciones en el país como “Industria
Limpia”. Se estima que cerca del 15% de la inversión anual
realizada por las empresas afiliadas a la CANACEM, tiene por objeto
la modernización de equipos y la implementación de estrategias
que favorecen al ecosistema.
Por ello, si consideramos que la inversión total de la industria
cementera ha sido de mil 750 millones de dólares durante la presente
década, el monto destinado al rubro ambiental se sitúa
en 260 millones de dólares. El cemento es el material más
utilizado en la construcción de todo el mundo, establece Rendón
Castillo, ya que sus características lo hacen indispensable para
la edificación de obras menores, medianas y de grandes dimensiones,
que hacen posible el desarrollo de los pueblos y de los países.
“El concreto, producto elaborado con base de cemento, es reconocido
actualmente como uno de los materiales para la construcción más
versátiles y como uno de los mejores en aplicaciones específicas,
particularmente en la edificación de proyectos de infraestructura
y de carácter vial”, concluye.