Nuestro invitado especial es profesor titular
de la Universidad de Sao Paulo, USP , así como Presidente
del Instituto Brasileño del Concreto, IBRACO N. Ha presentado
más de 192 documentos publicados en congresos, conferencias
y diarios y es miembro de diversos comités científicos.
Entre las distinciones que le han otorgado están el Prêmio
“La Giraldilla de La Habana” por su trayectoria profesional,
el Award of Merit, del International Concrete Repair Institute,
sólo por mencionar dos reconocimientos. |
Al contemplar la historia de la humanidad, principalmente el aspecto
escrito por obras de arquitectura e ingeniería, es interesante
constatar cómo los grandes cambios en la forma de construir se
deben al descubrimiento de nuevos materiales estructurales y cómo
el dominio del conocimiento sobre los materiales estructurales han marcado
el poder y desarrollo de las naciones a lo largo de los años.
Pero, si reflexionamos un poco vemos que no son muchos los materiales
constructivos de dichas estructuras; por lo tanto, los arquitectos e
ingenieros siempre tuvieron que utilizar creativa e inteligentemente
esas escasas opciones a través de proyectos y obras originales.
Al respecto, se pueden enumerar los principales materiales estructurales
y apenas llegan a cinco: madera, arcilla y cerámica, roca, acero
y concreto armado y presforzado. El hielo, el coral, el bambú,
y otros materiales, no pasan de ser “curiosidades regionales”.
El concreto de cemento Portland
es el más reciente de los materiales constructivos de estructuras;
puede ser considerado uno de los descubrimientos más interesantes
de la historia. Su descubrimiento a fines del siglo XIX y su uso intensivo
en el XX, lo transformaron en el material más usado por el hombre
después del agua, revolucionando el arte de proyectar y construir
estructuras cuya evolución siempre estuvo asociada al desarrollo
de las civilizaciones a lo largo de la historia de la humanidad.
En la antigüedad, los egipcios fueron grandes constructores; dominaron
el arte de construir estructuras con bloques de roca, pero no agotaron
el potencial de ese material. Tiempo después, los ingenieros
medievales usaron la piedra en la construcción de espectaculares
iglesias góticas, explorando los límites constructivos
de estructuras en roca. Cabe decir que la roca comenzó a ser
utilizada como tecnología alrededor de 2,750 a.C. en Egipto,
permaneciendo como el más importante de los materiales estructurales
por 4,500 años hasta la llegada del acero y de las estructuras
metálicas, con la revolución industrial (de 1750 a 1850).
Los arquitectos egipcios inventaron
los métodos y procedimientos
para trabajar correctamente la roca como
un material de construcción de estructuras estables y
durables, en sustitución de la madera y la arcilla.
Concreto, desarrollo, ciencia y tecnología
Dos de las más desarrolladas y poderosas sociedades actuales
—la estadounidense y la canadiense— consideran la inversión
en el estudio de las estructuras de concreto como una de las más
importantes inversiones en ciencia y tecnología para obtener
y mantener la calidad de vida de sus pueblos y el liderazgo de su parque
industrial. Esas sociedades entienden que el profundo conocimiento sobre
el concreto coloca y mantiene a su industria en la frontera del saber,
asegurando su alta competitividad.
Hasta hace casi dos décadas, en 1989, la National Science Foundation
de Estados Unidos y el National Research Council de Canadá aprobaron
el apoyo financiero a los consagrados programas del Center for Advanced
Cement-Based Materials (ACBM)2, en la universidad de NorthWestern y
Béton, Canadá3, en Sherbrooke, en el entendido de que
el estudio del concreto debe estar incluido en el conocimiento estratégico
de la “inteligencia” de sus países al lado de los
recursos naturales, salud, biotecnología y electrónica
del espacio exterior, entre otros. Con la misma visión moderna
e incluyente, la Federal Highway Administration
(FHWA), en Estados Unidos y la Comunidad Europea han hecho grandes inversiones
buscando un conocimiento de las estructuras de concreto. Esas sociedades
han comprendido, desde hace años, que ese material y sus estructuras
aún tienen mucho por desarrollarse por lo que vale la pena apostar
a ese conocimiento.
El resultado no podía ser mejor. El concreto de cemento Portland
ha experimentado tal evolución en las dos últimas décadas
que se puede llamar una verdadera cuarta revolución en el arte
de proyectar y construir estructuras. La reconocida revista Scientific
American (www.sciam.com) publicó más de 250 documentos
en los últimos diez años sobre descubrimientos y desarrollos
en el concreto. Por su parte, Science News on line (www.sciencenews.
org) ha publicado numerosas innovaciones en tecnología del concreto
tales como HPC; HSC; UHPC; Translucid concrete (Concreto translúcido);
GFRC; SFRC; Self-cleaning concrete (Concreto con autolimpieza); Reactive
concrete powder (Polvo reactivo de concreto); Fibers concrete (Concreto
con fibras), y muchas otras. También la revista Popular Science
Magazine (www.popsc.com) reconoce el “conductive concrete”
(concreto conductor) como la más importante innovación
del mundo en 1996 (una década atrás). Por su parte, en
2005/2006, el National Building Museum, en Washington, Estados Unidos,
presentó la exposición New architecture in concrete, cariñosamente
llamada “Liquid stone”, con 30 innovaciones en el campo
de la tecnología y de las estructuras de concreto. En Francia,
el Musée des Arts et Métiers, en París, estuvo
presentando de 2005 a 2007, la gran exposición Bétons:
Étonnez-vous! (Concretos:
¡Asómbrese!), en donde es posible sorprenderse con la historia
y la contribución del concreto para mejorar la salud y la calidad
de vida de los pueblos. Esa es la visión que se pretende dar,
en este artículo, a ese material de construcción: un material
actual y de importancia vital para la economía y para el llamado
“construbusiness” (negocio de la construcción); fundamental
para la arquitectura moderna; rico y versátil para escribir la
historia contemporánea a través de monumentos originales
y durables; y principalmente, un material fundamental para el desarrollo
de la ciencia aplicada, de la ingeniería y de la calidad de vida
de un pueblo, suficiente e indispensable para estar entre las inversiones
prioritarias tanto en las grandes como en las pequeñas naciones.
Los primeros pasos en el proyecto y la construcción de estructuras
Para entender las otras tres primeras grandes revoluciones en el arte
de proyectar y construir estructuras, se debe comenzar retrocediendo
48 siglos cuando la sociedad egipcia reconoció la enorme contribución
del brillante político y alquimista Imhotep4, nombrado, por primera
vez en la historia de la humanidad, con el título de Arquitecto,
ya que la denominación de ingeniero civil se adoptaría
muchos siglos después.
La denominación de arquitecto se debe exactamente al hecho de
que él había proyectado y construido la primera pirámide
durable del planeta —la pirámide escalonada de Zoser, hecha
en bloques de roca— así llamada en homenaje al entonces
faraón Zoser. Ese mausoleo, que substituyó a los anteriores,
probablemente de madera, arcilla y cerámica, se mostró
mucho más durable y competente para proteger para la eternidad
los restos momificados de los faraones.
Eso ocurrió alrededor de 2,750 a.C. y esa forma de proyectar
puede ser considerada la primera gran revolución. Los egipcios,
mejor dicho, Imhotep, introdujo —probablemente sin saberlo—
el concepto de vida útil en la construcción civil. Para
tener una idea de la revolución que eso representó para
la sociedad egipcia y para la humanidad, se puede citar que, muchos
siglos después, otros pueblos apenas daban sus primeros pasos
en el arte de construir estructuras. Por ejemplo, en Inglaterra, otro
monumento monolítico, Stonehenge5 —que data de 2,300 a.
C, o sea, después de más de 300 años— era
todavía mucho menos elaborado desde el punto de vista de la ingeniería
de las estructuras.
Los arquitectos egipcios habían descubierto los métodos
y procedimientos para trabajar correctamente la roca como un material
de construcción de estructuras estables y durables, en sustitución
de la madera y la arcilla, hasta entonces los más usados. Apenas
200 años después —no sin antes sufrir por algunos
colapsos de otras pirámides que los ayudaron a evolucionar—
los arquitectos egipcios proyectaron y construyeron la pirámide
de Khufu, en homenaje al faraón Khufu o Keops, considerada una
de las 7 maravillas de la antigüedad, con 147 m de altura.
Con ese material de construcción, consiguieron levantar una de
las más durables y resistentes obras de ingeniería de
la humanidad; ahora con cerca de 4,500 años, aún majestuosa,
muestra al mundo el poder y el desarrollo de la civilización
egipcia. Después, otras grandes civilizaciones, tales como la
griega, la persa, la romana, la maya, la inca, la azteca, y los grandes
arquitectos de la Edad Media y del Renacimiento utilizaron la roca y
escribieron la historia de la humanidad por medio de sus obras seguras,
hermosas, funcionales y durables, que complementan e ilustran la historia
tradicional escrita con letras y palabras en pergaminos.
Los cimientos del puente de Brooklyn,
en Nueva York, fueron
construidos originalmente en albañilería de bloques de
roca, pues no había aún concreto armado
En la Edad Media, Las catedrales de Colonia y Notre Dame exploraron
—con sus arcos góticos y bellos espacios internos—
los límites de sofisticación y combinación de la
roca natural, bien trabajada, como materia estructural. Las edificaciones
de esa época, entre tanto, estaban restringidas a vanos en forma
de arcos o bóvedas con dimensiones inferiores a 45 m, paredes
soportantes, pisos y cubiertas planas de madera y con vanos muy limitados,
lo que impedía construcciones altas y con grandes espacios internos.
Las maravillosas estructuras metálicas
La segunda gran revolución en el arte de proyectar y construir
estructuras, ocurrió con la Revolución industrial; es
decir, a fines del siglo XVIII y principios del XIX, con la llegada
del acero para la construcción de estructuras. Fue entonces cuando
la ingeniería consiguió construir puentes de grandes claros.
El primero de ellos fue el puente metálico construido en 1781,
en arco y todavía con modestos 30 m de luz, denominado Coalbrookedale
Bridge, situado en Telford, región reconocida como el centro
de la revolución industrial, en Inglaterra, y que hasta ahora
se encuentra en uso peatonal.
En 1883, los norteamericanos sorprendieron al mundo construyendo el
puente de Brooklyn, en Nueva York. Es interesante notar que los cimientos
de ese puente fueron construidos originalmente en albañilería
de bloques de roca, pues no había aún concreto armado.
Se trataba y trata de un puente suspendido por cables de acero galvanizado,
patentados y proveídos por John Augustus Roebling, propietario
de la más famosa casa de cables y cuerdas de acero de la época.
Roebling acabó también proveyendo cables para el Golden
gate (de 1936), con cimientos de concreto. Todavía en el siglo
XIX, utilizando de manera magistral este nuevo material de construcción,
Gustave Eiffel proyectó y construyó una de las más
emblemáticas obras de ingeniería: la torre Eiffel. Hasta
esa época el acero estructural venía siendo utilizado
principalmente para construir puentes y torres, empleándose poco
en edificios que aún continuaban siendo construidos con paredes
estructurales de albañilería portante y pisos de madera.
Para alcanzar un uso más amplio fue necesario que el que era
hasta entonces un nuevo material de construcción de estructuras
—el acero estructural— y la tecnología derivada de
éste, recibiesen el impulso de dos importantes descubrimientos
y de sus respectivas patentes. El primero, en 1853 en el estado de Nueva
York, en donde Elisha Graves Otis desarrolló el primer elevador
seguro, sin riesgo de quedarse atorado, utilizado aún en edificaciones
altas en el mundo. En la práctica, el primer elevador eléctrico
Otis fue instalado en 1889 en un hotel de Nueva York. El segundo —también
en los Estados Unidos— es la contribución de Leroy Buffington,
quien en 1888 patentó la forma de construir estructuras a través
de un esqueleto reticular (pilones, vigas y losas) en sustitución
de las paredes soportantes, que pasaron a tener apenas la función
de protección, revolucionando la forma de proyectar y construir
edificios.
Esos desarrollos dieron origen (en 1891), al inicio de los rascacielos,
con la inauguración del edificio Wainwright, con 42 m de altura,
en St. Louis, en Estados Unidos. Esa nueva forma de construir fue denominada
como la Escuela de Chicago, considerándose al arquitecto Henry
Sullivan como el gurú; a partir entonces, el proyecto y construcción
de edificios se desarrolló enormemente, siendo la principal forma
de construir hasta nuestros días.
Continuará...
Referencias
1 El texto original fue escrito en portugués. La traducción
de este idioma al español fue del prof. Gerardo Dávila.
2 A partir de 1989, en Estados Unidos, la National Science Foundation
(NSF) reconoce la importancia y empieza a apoyar al Center for Advanced
Cement-Based Materials (ACBM), liderado por el prof. Surendra Shah de
la NorthWestern University, que junto con otras universidades y el NIST
comienzan a investigar y a desarrollar el concreto de forma sistemática
y científica, privilegiando tres temas: Waste material utilization
(Uso de materiales de desecho); Life cycle prediction (Predicción
del ciclo de vida), y High performance concrete (Concreto de alto desempeño).
3 En 1989, el National Research Council de Canadá, y el instituto
Network of Centres of Excellence comenzaron a apoyar expresamente los
14 principales centros y áreas de investigación y desarrollo
de Canadá, contándose cinco en el campo de Advanced technologies
(Tecnologías avanzadas); tres en Engineering and manufacturing
(Ingeniería y manufactura); cinco en Health, human development
and biotechnology (Salud, desarrollo humano y biotecnología),
y uno en Natural resources and environment (Recursos naturales y desarrollo).
El proyecto Béton Canadá, liderado por el Prof. Pierre-Claude
Aitein de la Universidad de Sherbrook, tienen el siguiente objetivo:
La misión de Concrete Canadá es la de posicionar a la
industria de la construcción canadiense en la tecnología
de punta del concreto, a fin de mejorar su competitividad. Además
de otras universidades, se incluyen 65 empresas.
4 Imhotep es considerado como el primer arquitecto y médico conocido
por su nombre en la historia. Diseñó la pirámide
de Zoser, en Saqqara, Egipto. Pudo haber sido el creador del primer
uso conocido de columnas en la arquitectura.
5 El cromlech de Stonehenge está compuesto de un círculo
en el cual fueron dispuestos grandes megalitos. Su construcción
data de entre 2,500 a.C. y 2000 a.C. Fue en 2200 a.C. cuando tomó
su aspecto actual, para lo cual transportaron 32 bloques de arenisca
desde las montañas de Preseli, al sudeste de Gales. Cfr. www.wikipedia.org.