Después de la tragedia… un gran trabajo Fotos: Cortesía. Conagua. Subdirección General Técnica. Debido a la precipitación de agua que alcanzó
los 1000 mm durante tres días consecutivos —cantidad total
que llueve en un año en Chiapas—, causada por un frente frío
en noviembre de 2007, el día 4 de ese mes tuvo lugar un deslizamiento
del talud en la margen derecha del río Grijalva, en el ejido Juan
de Grijalva, en el tramo entre las presas Malpaso y Peñitas, fenómeno
que ocasionó pérdidas de vidas humanas y la total destrucción
del poblado. |
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En entrevista para Construcción y Tecnología el ingeniero Macario Vega Pérez, Subgerente de Ingeniería Hidráulica y Electromecánica de la Subdirección General Técnica de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), dijo que este desafortunado acontecimiento “es muy difícil de prevenir; es una situación que nunca antes se había presentado en México”. Malpaso y Peñitas, junto con La Angostura y Chicoasén,
forman un sistema de presas sobre el caudal del Grijalva —uno
de los principales ríos que llega a la planicie de Tabasco—
que, además de controlar las avenidas del mismo, generan cerca
del 25% del total de energía eléctrica disponible del
país. De ellas, la más grande es La Angostura —ubicada
en la parte más alta del estado de Chiapas— y río
abajo está Chicoasén y después Malpaso, aún
en el mismo estado; más adelante está Peñitas,
la más pequeña en dimensiones, ya en Tabasco. Durante dicho periodo de excavación —que duró 33
días—, permaneció cerrada la presa Malpaso y vacía
Peñitas para posteriormente recibir el volumen almacenado aguas
arriba del tapón. El 17 de diciembre de 2007 fue terminada la
primera etapa del canal. Al día siguiente se retiró la
ataguía e inició operaciones con el transvase hacia el
vaso de la presa Peñitas. El gasto inicial (o paso inicial del
agua) fue de 50 m3/s y ha ido creciendo, de tal manera que para el 16
de enero de 2008 llegó a 392 m3/s, cantidad que aumenta día
a día hasta llegar a transvasar mil m3/s. Inmediatamente inició
la segunda etapa, la cual consistió en ampliar la sección
hidráulica del canal a 15 m de plantilla, con ello se incrementó
el volumen de excavación en 1.25 hm3. Los ingenieros de ambas
paraestatales esperan que el Grijalva recobre poco a poco sus dimensiones
con el ascenso del flujo del canal y la consecuente erosión.
Dadas las dimensiones del fenómeno se usó maquinaria pesada
para movimiento de tierras. Hubo momentos en que trabajaron simultáneamente
día y noche más de 100 equipos entre retroexcavadoras,
cargadores, camiones de volteo, camiones articulados, tractores, transportes
locales de equipo y personal, así como de apoyo entre pipas de
combustible, lubricantes, refacciones y de servicios en general. |
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