Arquitectura doméstica en el
Siglo XX Desarrollo, reflexión y creatividad |
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Una ruptura con el pasado Los diseñadores progresistas de Europa y América empiezan a rechazar
el ya estéril historicismo del siglo XIX, a favor de una consciente innovación. El movimiento
cultural de principios de siglo tiene muchos nombres: Nieuwe Kunst, Stile
Liberty, Jugensdstil, Art Nouveau, Modernismo. Dentro de las regiones
afectadas hubo puntos de vista encontrados y pareceres diferentes; pero lo
que tenían en común era la conciencia de lo “moderno”, cualquiera que
fuese el nombre. Con esta pretensión, la arquitectura abandonó
definitivamente el terreno inseguro de las ideas y valores transmitidos
entregándose, con mayor o menor intensidad, a tendencias de moda y de
actualidad que, al igual que el modernismo, fueron de corta vida. Las nuevas ideas
surgen en todos los aspectos de las artes, desde la arquitectura hasta la
joyería, la pintura, la música, el baile y desde la simplicidad geométrica
hasta la riqueza curvilínea, donde la arquitectura es un elemento
imprevisible que modifica y altera, como la luz y la sombra, al igual que el
paso de generaciones de hombres. El modernismo buscó
inspiración en multitud de tradiciones locales, alcanzando la suficiente
popularidad para influir en todas las artes, produciendo cientos de nuevos
edificios, algunos de gran importancia arquitectónica. Antonio Gaudí
(1852-1926), arquitecto catalán, desarrolló un estilo personal. Recubrió
sus elementales formas arquitectónicas como si fueran gigantescos crustáceos
de hormigón, con una decoración imaginativa y poco convencional a base de
vidrios y cerámica e incrustaciones metálicas. En donde mejor se puede
observar su estilo es en unas lujosas casas de departamentos en Barcelona, la
Casa Milá “La Pedrera” (1910), que consta de dos patios interiores que
proporcionan iluminación a las viviendas. La estructura del edificio está
formada por una base de pilares de piedra, hierro colado y ladrillo; no
existen más muros de carga que la fachada y los cerramientos de los patios,
por lo que el empleo de la planta libre de tabiques anticipa, de una manera sui
generis, los postulados del movimiento moderno. Los arquitectos de la nueva actitud: experimentos con el espacio Walter Gropius fundó la Bauhaus en 1919 en
Weimar, Alemania. Es en
todo el mundo un concepto, incluso un tema. En sus escasos 14 años de
existencia se convirtió en abreviatura de la modernización de la vida, con
sus aspectos positivos y negativos. La Bauhaus pretende
estar al servicio del desarrollo de la vivienda, desde el sencillo utensilio
doméstico hasta la casa terminada. Ligado con la
Bauhaus, el grupo de artistas De Stijl, fundado en 1917, pretendía lograr un
estilo válido para “la conciencia del tiempo presente”, que sustituyera
lo individual por lo universal. La Casa Schröder construida por Gerrit
Rietveld y recientemente restaurada es el manifiesto arquitectónico del
neoplasticismo. Esta vivienda ocupa la última parcela de una larga calle; es
un cuadrado cuyas superficies aparecen fragmentadas por placas horizontales y
cristales, paneles de antepecho, soportes verticales y antidecorativa en su
color, al margen de los colores primarios que remiten a la pintura de
Mondrian. Es indiscutiblemente la casa más moderna de Europa en su tiempo y
pone de manifiesto los principios de la teoría del arte y la arquitectura de
De Stijl. Le Corbusier definía
la casa como “la máquina para vivir, baños, sol, agua caliente y fría,
temperatura regulable a voluntad, conservación de los alimentos, higiene,
belleza a través de proporciones convenientes”. El arquitecto de origen
suizo demostró cómo se podía llevar a la práctica su apasionada defensa
de una nueva arquitectura acorde con el tiempo. La Villa Savoye en Poissy,
Francia (1929-1931), compuesta por un volumen en forma de prisma sobre una
planta cuadrada y elevada sobre pilotes, es uno de los edificios más
decisivos que incluye las tesis de su manifiesto cinco puntos para una nueva
arquitectura: el uso de pilotes para elevar la construcción del suelo, la
planta libre, el uso de ventanas horizontales y finalmente el jardín en la
azotea. Treinta y cinco años después de su construcción, no sólo es un
manifiesto vivo de la arquitectura moderna y funcionalista sino también uno
de los contados monumentos nacionales que representa al movimiento moderno en
el amplio patrimonio cultural francés.
La Bauhaus, el (Congreso Internacional de Arquitectuera
Moderna (CIAM), Mies van de Rohe y sobre todo Le Corbusier, quien había
cristalizado todas las ideas vigentes sobre el diseño de viviendas,
ejercieron gran influencia en diseños hasta los años setenta. Por otro lado,
Frank Lloyd Wright, gran arquitecto estadounidense, tras sus primeros logros
a comienzos del siglo, venerado entonces pero sólo como figura histórica,
sorprendió al crear una de sus obras más dinámicas y originales, la Casa
de la Cascada, en Pennsylvania. Es una construcción digna de mención por el
alcance de sus novedades espaciales y por su seguridad sin precedentes en el
uso del concreto; ejemplo de integración de casa y paisaje, de espacio
interior y exterior. “Hay tantas casas diferentes como personas”, Frank Lloyd Wright Por su parte, Mies van de Rohe redefinió el espacio interior doméstico
en la casa Farnsworth, la cual marcó un hito en la arquitectura de la época
al desarrollar una estética a base de acero y dio especial importancia a los
elementos de unión y remate; es una vivienda transparente, el interior de la
caja de vidrio a su vez encierra otra caja de madera donde se encuentran
todos los servicios de la vivienda. Mientras tanto, en
México, uno de los países más avanzados en arquitectura de América
Latina, rompió con la tradición pseudohistórica en la década de los
veinte bajo el liderazgo de José Villagrán García. Años después, Luis
Barragán introdujo el lenguaje moderno pregonado por arquitectos europeos
como Le Corbusier para definir su propio estilo: la construcción de un
lenguaje arquitectónico abstracto sobre la base de la tradición mexicana.
Un ejemplo de este innovador tipo de lenguaje empleado por Barragán es su
propia casa ubicada en Tacubaya, en la cual la vegetación, al agua, los volúmenes
geométricos más sencillos y los colores cálidos combinaban brillantes
composiciones arquitectónicas, singulares espacios a medio camino entre la
escultura, el land art y la arquitectura. La arquitectura que
se ha producido durante los últimos cien años parece el camino que va de la
preparación a la simplificación de las formas, a la limpieza ornamental y a
la utilización de materiales de procedencia industrial; en el hacer y
deshacer de ese camino están sembradas algunas de las casas que definen
arquitectónicamente el espacio doméstico. Hacia el siglo XXI: “Lo único permanente es el cambio”, William
Fleming Con la cercanía del nuevo milenio así como con el cambio de siglo, la
arquitectura doméstica se ha seguido desarrollando al tratar de cumplir
todas las necesidades del hombre moderno. Ante la preocupación por la actual
concepción del hogar contemporáneo, en estos últimos años Tadao Ando,
arquitecto japonés, justifica sus formas extremadamente ascéticas con la
alineación del hombre frente a la naturaleza. Sus casas, frecuentemente
cerradas al exterior, se abren a austeros patios internos, oasis de calma. En
su opinión, el sol, el frío, el aire y la lluvia, son el ingrediente auténtico.
Un ejemplo es la casa Koshino en Ashiya, Japón. Sin embargo, otro
de los tantos ejemplos que se pueden mencionar es la casa Duarte (1985), de
Álvaro Siza, la cual representa la materialización de las ideas del
arquitecto sobre la arquitectura doméstica, la continuidad espacial del
interior, la fluidez descompuesta de las circulaciones y el uso ornamental de
los materiales. La casa Duarte es un volumen sobrio y compacto que consta de
tres plantas que superponen los diferentes niveles de habitabilidad. La
combinación de materiales y la iluminación cenital son elementos
configuradores de la comunicación vertical de la vivienda; varios de los
muebles fueron diseñados por el arquitecto a modo de acabado de la
estructura arquitectónica. De entre los
intentos por reelaborar algunos postulados del movimiento moderno tratando de
dar nuevas respuestas y procurando configurar un nuevo lenguaje arquitectónico
para las urbes del próximo milenio, Rem Koolhaas se cuenta entre los más
vanguardistas. La villa dall’Ava (1991) se compone de tres partes: el jardín
de pendiente, el volumen construido y el acceso al garaje. La planta del
edificio también se divide en tres sectores: un cuerpo principal acristalado
que contiene las zonas de estar, comedor y cocina y otros dos cuerpos
sobresalientes que contienen las estancias de padres e hija. Estos volúmenes
de dormitorios, perpendiculares al espacio central, sobresalen en direcciones
opuestas para proporcionar a sus inquilinos vistas de la ciudad de París. Finalmente,
padecemos una irresistible atracción por ser modernos. Nos satisface, al
menos, sentirnos así comprendiendo el tiempo y el lugar geográfico. No se
concibe modernidad sin tiempo determinado ni lugar igualmente determinado. El
siglo XX ha sido el tiempo de la vivienda, el momento en que la arquitectura
se ha acercado a las preocupaciones físicas del individuo, y este siglo se
ha convertido también en el momento en que mayor distancia se ha establecido
entre profesionales y usuarios. La armonía del
hombre y su entorno es uno de los grandes móviles del quehacer arquitectónico.
Nuestra piel protege al organismo de la invasión de gérmenes nocivos y de
los cambios de temperatura. La casa, por su parte, es la barrera protectora
entre el hombre y el peligro: es la guarida, el espacio mágico donde el
temor se deja fuera. La casa debe ser nuestra segunda piel, el refugio cálido
que nos acoja día tras día. “Cuanto más enérgicamente se busca el principio de la modernidad, más alejado parece estar.” Kenneth Frampton.
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Resumen La arquitectura doméstica del siglo XX ha producido una variedad de respuestas arquitectónicas, movimientos y tendencias expresados en modelos que luego sirvieron para diseñar los hogares contemporáneos. La mayoría de las casas en este siglo han sido las mejores formas de recortarle al paisaje un espacio, habitaciones propias, lugares en el mundo que, a veces, han soñado con cancelar su movilidad en el tiempo.
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Instituto Mexicano
del Cemento y del Concreto, A.C. |
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