MEDALLA DE PLATA en la categoría Educación de la XIII Bienal de Arquitectura Mexicana, esta obra también fue reconocida con el Primer Lugar del PCI Design Award en 2014, que cada año otorga el Precast/ Prestressed Concrete Institute.
A lo largo de su vida, el Colegio hebreo Monte Sinaí ha crecido gradual-
mente. Fundado en 1942, en un inmueble de la colonia Roma, en los años 60 se mudó a un nuevo plantel cuyo plan maestro y primeros edificios fueron diseñados por el arquitecto Abraham Zabludowsky. Años después, el arquitecto Benjamín Romano, ex alumno de esta institución educativa, continuó con los proyectos de otros edificios, de los cuáles, el kínder es el más reciente.
En entrevista para Construcción y Tecnología en Concreto, Benjamín Romano, director General de LBR Arquitectos dice que, como el colegio ya no tenía espacio para crecer, la solución fue desarrollar el proyecto del kínder arriba del paradero de autos y camiones. Para generar la superficie de desplante, el paradero fue cubierto con una losa de concreto de grandes claros apoyada sobre muros de concreto desplantados sobre zapatas corridas.
La estructura del edificio es una ar- madura vierendeel, conformada por ejes estructurales ortogonales, que trabaja como una gran trabe, lo cual facilitó librar grandes claros y diseñar los espacios a partir del módulo de la estructura. Las aulas están colocadas a lo largo de la armadura de manera aleatoria, como si fuesen los cubos de un juego de niños. Los volúmenes sobresalen de los marcos estructurales y están cargados por postes metálicos que trabajan como tensores de forma diagonal.
12 de los 18 volúmenes que albergan el programa arquitectónico, están recubiertos por precolados de cemento aligerados con fibra de vidrio (GRFC por sus siglas en in- glés) y 6 con cristal laminado con serigrafía al 50% para disminuir la incidencia solar. Benjamín Romano explica que las pedago- gas les recomendaron que las aulas queda- ran contenidas dentro de espacios sólidos con poco contacto visual hacia el exterior, y con iluminación y ventilación natural.
“Al hacer el análisis y meternos en el es- pacio del niño, entendimos que si ellos ven hacia afuera se angustian porque empiezan a buscar a su mamá. Fue entonces que optamos por hacer volumenes sólidos con pequeñas aberturas redondas inspiradas en las ventanas diseñadas por Frank Lloyd Wright en la Galería Xanadu de San Francisco” dice el arquitecto Romano y agrega que estas aberturas, además de iluminar naturalmente los espacios, propician la ventilación cruzada, la cual es fundamental para evitar la concen- tración de olores. Cabe recordar que la edad de los pequeños va de los 2 a los 6 años, que es la etapa en la que aprenden a controlar sus esfínteres.ACABADOS DIVERTIDOS Y FUNCIONALES
Los precolados GRFC fueron la opción ideal para forrar los volúmenes sólidos debido a que su sencillo montaje optimiza el tiempo de construcción y minimiza el espacio de tra- bajo en la obra. Además, funcionan como ais- lante térmico y mantienen una temperatura confortable al interior. La libertad de diseño que ofrece este tipo de precolados permitió integrar los goteros, pretiles y ventanas en la modulación. Esto reduce la decoloración, los escurrimientos y el constante manteni- miento en el largo plazo y asegura la misma calidad y durabilidad de los materiales.
Benjamín Romano destaca que todos los espacios del Kínder Monte Sinaí fueron diseñados a la escala y confort de los niños, para promover la educación y la creatividad. “Las alturas son chaparritas y el mobiliario está a su escala. Esto ha sido muy aprecia- do por ellos, por las educadoras y por los padres de familia”.
Al interior de las aulas, los plafones son paneles acústicos diseñados para la insta- lación integral de la iluminación. Los muros divisorios interiores, también acústicos, son paneles de yeso. Todo el mobiliario de ma- dera fue diseñado a la escala de los niños y las columnas metálicas y los pisos están recubiertos de un tipo hule-espuma para cuidar su seguridad de durante las diversas actividades que realizan.
Otro punto a destacar de este proyecto es que todos los cubos cuentan con aco-gedores patios interiores, mientras que en el conjunto hay espacios abiertos de mayor escala como la plaza y el jardín cuya vegetación y arbolado generan agra-dables vistas.COLOFÓNLa solución arquitectónica del kínder Monte Sinaí optimizó el funcionamiento del área de ascenso y descenso del paradero de autos y autobuses del colegio, facilitó la amplia- ción y favoreció las vistas, iluminación y ventilación.
La solución arquitectónica del kínder Monte Sinaí optimizó el funcionamiento del área de ascenso y descenso del paradero de autos y autobuses del colegio, facilitó la amplia- ción y favoreció las vistas, iluminación y ventilación.
Uno de lo principales retos de esta obra, es que se ejecutó durante el periodo lectivo, por lo que la organización, limpieza y seguridad fueron fundamentales para interferir lo menos posible en las activida- des de la escuela. Todo se planeó tomando en cuenta los horarios de las clases para evitar riesgos.
Para Benjamín Romano, una de los mayores satisfacciones que le ha dado esta obra es saber que la matrícula del kínder aumentó en un año más del 200 por cien- to. “Nos sentimos muy orgullosos” finaliza nuestro entrevistado, cuya práctica profe-
gedores patios interiores, mientras que en el conjunto hay espacios abiertos de mayor escala como la plaza y el jardín cuya vegetación y arbolado generan agra- dables vistas fue reconocida el año pasado con el Premio Augusto H. Álvarez, en la XIII Bienal de Arquitectura Mexicana organizada por la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana.