LOS MUSEOS diseñados por Renzo Piano son referente a nivel internacional. El gran arquitecto italiano realizó el proyecto de ampliación de uno de los principales iconos mundiales en lo que a recintos museográficos se refiere, el Museo Kimbell, diseñado por el célebre arquitecto norteamericano Louis Kahn en 1972.
A poco mas de 40 años de su apertura, el Museo de Arte Kimbell de Fort Worth, Texas, fue ampliado para abrir nuevos espacios desti-
nados a exhibición y programas educativos. La firma Renzo Piano Building Workshop (RPWB) fue la encargada de realizar esta obra, una elección natural de acuerdo con los críticos ya que Piano comenzó su carrera a finales de 1960 en la oficina de Kahn.
Establecer un diálogo entre el edificio existente y el nuevo pabellón fue la idea rec- tora. El proyecto de Renzo Piano hace eco de la arquitectura kahniana en la altura, escala y diseño general del edificio. El manejo de la luz natural en el interior, uno de los principa- les aspectos que causan asombro a quienes visitan el Kimbell, también está presente en el pabellón de Piano, quien en esta etapa diseñó un innovador techo que genera energía.
Uno de los principales gestos del pro- yecto de RPWB fue enterrar el estaciona- miento entre los dos edificios de manera que el visitante, en lugar de acceder al museo por la puerta trasera como lo hacía hasta antes de la intervención, ahora sale a un jardín cubierto de pasto en medio de ambos edificios para admirar de frente el edificio de Louis Kahn. Este jardín funge como espacio de transición entre lo existente y lo nuevo de manera que los edificios dialogan entre sí al no estar ni demasiado cerca ni demasiado lejos. En este espacio se plantaron 320 árboles nuevos –robles y olmos rojos– respetando la concepción paisajística de Kahn.
El pabellón diseñado por Piano se compone de dos secciones conectadas por un pasillo central. La parte frontal (Este) contiene el vestíbulo principal, la tienda y dos galerías, mientras que en la sección posterior (Oeste) hay una galería de obras sensible a la luz, un auditorio con capacidad para 299 personas, la biblioteca, las áreas educativas y servicios. El primer cuerpo tiene una cubierta de cristal de alta tecnología, mientras que el segundo tiene un techo verde. Con esta expansión, los espacios de exhibición del Kimbell han sido duplicados.
UN TECHO QUE VUELA
De concreto, madera y vidrio principalmen- te, el pabellón es de una gran ligereza cuyas piezas se entrelazan de manera magistral. En la conferencia dictada por Piano el día de la inauguración, el arquitecto dijo que esta obra es un pabellón y no un edificio porque es un techo que vuela sobre el terreno apo- yado en muros de concreto y cristal.
El pabellón fue construido con la preci- sión de un rompecabezas haciendo uso de avanzadas técnicas constructivas, así como sofisticadas tecnologías. Cada elemento fue diseñado y solucionado al mínimo de- talle: las columnas y muros de concreto arquitectónico, las vigas de abeto Douglas, la cubierta de cristal, el techo verde y el jardín requirieron del trabajo de numerosos especialistas a las órdenes de Renzo Piano.
Uno de los principales retos constructi- vos fueron los muros de concreto aparente que delimitan las áreas de exhibición. Para conseguir la superficie sedosa y continua que sirve de telón de fondo a las portento- sas obras de arte de la colección del Kimbell se requirió de una alianza entre RPWB y diversos consultores especializados en concreto. La firma italiana Dottor Group, especializada en restauración de monumen- tos, los productores de concreto Reginald Hough Associates y la contratista Capform, bajo la supervisión de Paratus Group traba- jaron conjuntamente por casi un año.
Renzo Piano quería un concreto arqui- tectónico como el logrado por Tadao Ando y Dottor Group en la remodelación de la Fundación Francois Pinault en Venecia. El equipo creó docenas de maquetas antes de decidirse por la mezcla final que constó de la cantidad adecuada de arena, grava, cemento Portland y agua, y de dióxido de titanio al 2 por ciento para lograr el matiz adecuado de blancura.
Para obtener el grado preciso de sua- vidad, el encofrado fue de madera contra- chapada de alta densidad de abedul blanco con un recubrimiento fenólico. Las hojas se fabricaron con una medida especial de manera que los muros no tienen juntas horizontales, y las juntas verticales que- dan a mayor distancia que la estándar. En una galería incluso se utilizó un aparato ortopédico especial de alta resistencia para soportar los moldes de madera.
En el cuerpo Este los excepcionales muros de concreto arquitectónico soportan
29 pares de vigas de madera laminada de abeto Douglas, con un peso total de 435 toneladas, que se extienden hacia el exterior en un volado soportado por un pórtico de co- lumnas cuadradas. Las vigas se unen al muro y las columnas por medio de un conector de metal tridimensional, con lo que parece que “flotan”. Por encima del envigado se colocó un innovador sistema de techo traslúcido que controla la luz de día, excluye la luz solar directa y genera energía.
En el caso del cuerpo Oeste, la cubierta es un techo verde de acceso público de
19 mil 200 metros cuadrados de super- ficie. A diferencia de un techo tradicional, este aprovecha el agua de lluvia además de que aísla al edificio del sol y del aire. Los pisos de las galerías son de madera de roble blanco que junto con las vigas de la cubierta dan calidez al espacio. Las paredes móviles fueron especialmente diseñadas para mantener la tranquilidad del espacio y dar sensación de ingravidez. Son inusualmente delgadas 1/2 pulgadas de espesor− y sólo se aseguran al piso; sin embargo, soportan un peso de poco más de media tonelada.
El mobiliario del pabellón es de diseño contemporáneo en tonos neutros de color canela y blanco con acentos rojo cereza, diseñados por la firmas Herman Miller, Geiger International, y Knoll. El auditorio está equipado con asientos rojos diseñados por la firma italiana Poltrona Frau.
Todas las construcciones subterráneas son de concreto con losas soportadas por columnas y vigas. La planta baja tiene una losa de doble suelo para crear una cámara horizontal continua por donde corren los servicios mecánicos. Del mismo modo, muchas de las paredes a lo largo del perí- metro están formadas en pares para tener cámaras verticales para la distribución de las instalaciones.
COLOFÓN
El Museo Kimbell de Louis Kahn es considerado
una de las obras maestras de la
arquitectura norteamericana del siglo XX.
Este fue el primer lugar que visitó Renzo
Piano con Dominique de Menil antes de
iniciar su primer encargo en Estados Unidos
en 1982 para albergar su colección;
y también fue referencia para diseñar el
Nasher Sculpture Center de Dallas a finales
de 1990.
Colaborador y admirador de Kahn,
Renzo Piano realizó el proyecto de ampliación
con gran respeto hacia esta obra
pero con la plena conciencia de que tenía
que ser una arquitectura de este siglo,
un espacio que permitirá la evolución del
recinto de un pequeño y exquisito museo
para un público selecto, a un conjunto
con todos los servicios y tecnologías que
demandan los espacios museísticos en
la actualidad.