El uso de los primeros químicos en mezclas de concreto, en 1960, dió origen a los concretos de alto desempeño, lo que significó un avance importante, ya que se dio paso al uso de productos químicos con el propósito de modificar el comportamiento del concreto, ya sea en estado fresco, en estado endurecido y en condiciones de trabajo, con la finalidad de satisfacer las necesidades a las cuales va a estar sujeta una estructura.
Hoy en día el uso de aditivos es mucho más sofisticado que en sus inicios debido a que las construcciones actuales cada vez están sujetas a mayores complejidades, tanto estructurales como al ambiente de exposición al cual están expuestas. La investigación para el desarrollo de nuevas tecnologías es pieza fundamental, ya que actualmente se solicitan concretos con mayores prestaciones. Cabe mencionar que los aditivos pueden adicionarse al concreto antes o durante el mezclado, proporcionaándole al concreto mejores características tanto en estado fresco como en estado endurecido. Los aditivos no son sustancias que puedan compensar los errores generados por un mal diseño, elaboración y colocación del concreto; y tampoco son un producto mágico.