En fechas recientes el Presidente de la Republica, Enrique Peña Nieto anunció que su administración está determinada a fortalecer al sector turístico nacional, para lograrlo afirmó que se cuenta con una inversión de 180 mil millones de pesos para ampliar y modernizar la infraestructura turística y agilizar el proceso de internación al país. Uno de los ejes prioritarios de la economía está en la mira de autoridades y organismos nacionales, el país expande con ello sus oportunidades de crecimiento a sectores sectores como la industria de la construcción y particularmente en la infraestructura.
Escenario actual
Es una realidad, a pesar de que México es el decimotercer país del mundo con mayor número de visitantes extranjeros y que cada año esta cifra aumenta, el sector se encuentra en retroceso. A decir del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) aunque parezca paradójico, cada día obtenemos menos ganancias por cada peso que la federación invierte en turismo: nuestro país ya no figura entre los mejores destinos a visitar.
Entre las principales causas que explican esta pérdida de competitividad en el sector se encuentran: una política turística desgastada y una mayor competencia con destinos conocidos y otros que han repuntado sorprendentemente en años recientes. De este modo, los principales competidores del turismo mexicano en destinos de sol y playa (que representa el 66% de las visitas a México) se encuentran en el Caribe, particularmente en República Dominicana, Jamaica, las Bahamas y Cuba, aunque también existen algunos más alejados como lo son Hawái y Tailandia.
Dentro de Latinoamérica llaman la atención Cuba y Perú por ser países que compiten como destinos culturales. Costa Rica por su parte, ha despegado en materia turística desde hace una década, particularmente en ecoturismo y turismo sustentable. Específicamente en esta última categoría debemos prestar mayor atención, no solo porque es una de las mayores áreas de oportunidad para México, sino porque en los últimos años se ha vuelto una condición importante para los visitantes.
Así, al comparar a México con otros destinos se observa que la tasa media de crecimiento anual de captación de turistas estadounidenses en los últimos siete años fue negativa (-0.66%) contrario a lo que sucedió con nuestros principales competidores que incrementaron en promedio de 2 a 12% su captación. Adicionalmente, ha quedado claro que los nuevos destinos se adaptan mejor a las tendencias internacionales. Y sobresale el hecho de la consolidación negativa de la política nacional en materia turística, obsoleta y rezagada que ha mantenido el mismo enfoque desde hace tres décadas, lo que representa un crecimiento urbano 2.5 veces más rápido en compasión del resto de las ciudades y depredación acelerada de los atractivos, recursos naturales y culturales de la zonas en desarrollo con potencial o vocación turística.
Para revertir esta tendencia IMCO propone cuatro estrategias:
1) Transformar las inversiones del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) para crear corredores verdes que interconecten destinos turísticos cuyo desarrollo se base en conservar y socializar su patrimonio cultural y natural.
2) Aumentar la competencia en el espacio aéreo.
3) Promover la adopción de estándares de turismo responsable y sustentable y, finalmente,.
4) Rediseñar la promoción turística con el uso de herramientas digitales.
Tendencias mundiales del turismo
De acuerdo a la Organización Mundial del Turismo, desde el 2001 la demanda por el turismo “de experiencias”, representa el 6.58 % de la demanda turística y crece entre 12 y 17 % anualmente. En contraste, el turismo de sol y playa crece aproximadamente 3 % al año. Es decir, cada día los viajeros buscan más las experiencias que impliquen contacto con la comunidad o naturaleza y no sólo una habitación cómoda para descansar. Por otro lado, los turistas también se han vuelto más conscientes de su impacto sobre los destinos que visitan, en particular sobre el medio ambiente.
Pese a dichas tendencias, México sigue construyendo centros turísticos pensados como zonas turísticas donde únicamente se encuentran turistas y atractivos privados (playas, campos de golf, etcétera), en lugar de políticas para convertir los centros turísticos en zonas donde conviva la ciudadanía y se cuente con amplio acceso a los activos naturales y culturales (malecones, andadores peatonales, parques lineales, playas públicas, etc.).
Cabe mencionar que aunque ha habido avances importantes en las normas para certificar hoteles en cuestiones ambientales y de eficiencia energética, el Acuerdo Nacional por el Turismo (ANT), que firmó el sector público (gobierno federal, legislativo y entidades), privado, académico y civil, como instrumento de colaboración para articular la política de Estado de largo plazo, no incluye ningún estándar internacional para la ubicación, diseño, construcción y operación sostenible de hoteles y resorts.
Lo anterior se refleja en el hecho de que hasta el momento no existe ningún mecanismo legal para poner en marcha la Ley General de Turismo (publicada en 2009) que pone a la sustentabilidad como pieza central, pero que aún no opera debido a la falta de reglamento. Quizá la peor falta –indica el IMCO- es que Fonatur, el principal motor para la creación de los nuevos destinos turísticos, no tiene ninguna función en materia de sustentabilidad. Ahí el gran reto y también la gran oportunidad.
Dentro de las principales tendencias del turismo que se han manifestado durante los últimos años a nivel mundial se encuentran cuatro que son reconocidas como ejes rectores para garantizar el desarrollo de infraestructura e inversión que el sector representa, estas son:
Primero: La diversificación de nuevos mercados de turismo y turistas. El crecimiento económico de algunas regiones del planeta ha propiciado el surgimiento de una nueva clase media, detonando el crecimiento del turismo, así como el surgimiento de nuevos destinos.
Segundo: Nuevos modelos de negocios basados en el uso de tecnologías, principalmente internet que a través de las redes sociales y el comercio electrónico han motivado nuevos modelos de promoción turística.
Tercero: Turistas más conscientes. Cada vez más turistas prefieren adquirir servicios que se provean de forma sustentable y que cuiden su entorno natural.
Cuarto: Más viajes pero más cortos. El turismo se ha visto impactado por la reducción de precios en el transporte, principalmente el aéreo, lo que ha reducido las distancias entre destinos y logrado una mayor frecuencia en viajes, pero de menor duración en promedio.
Retos por cumplir
La Secretaria de Turismo ha precisado que en este sexenio se trabajará en conjunto con 12 secretarías estatales y la iniciativa privada para consolidar un total de 19 proyectos. La inversión anunciada de 180 mil millones de pesos (mdp) tiene como objetivo ampliar y modernizar la infraestructura turística y agilizar el proceso de internación al país.
Tomando esto en cuenta se ha decidido que este monto se dirija a tres rubros estratégicos: la mejorara de la infraestructura y equipamiento de los destinos de mayor afluencia turística; el rescate de playas, rehabilitación de centros históricos en las ciudades coloniales y elevar de 83 a 100 los pueblos mágicos registrados.
Asimismo, se busca promover la creación de nuevas obras para la diversificación de la oferta del sector, como consolidar los centros turísticos de Chichén Itzá, Palenque, Calakmul y Teotihuacán, así como construir más centros de convenciones y al menos 20 parques públicos en las principales playas. Y enfocarse en la modernización de aeropuertos (incluido en de la Ciudad de México) y puertos, además de abrir nuevos accesos carreteros a zonas turísticas. Tal como lo refirió el Presidente de la Republica, Enrique Peña Nieto, “a partir de estos proyectos de inversión se habrán de consolidar y diversificar la oferta turística nacional, y entonces México contará con bases más sólidas para hacer de esta actividad una gran promotora del desarrollo regional”.
Por su parte, el director general del Fonatur, Héctor Gómez Barraza, afirmó en el marco de la edición 39 del Tianguis Turístico, que el programa nacional de infraestructura contempla la realización de esos centros turísticos planeados con una visión sustentable. "Lo que vamos a hacer primero es desarrollar un plan de desarrollo urbano que nos permita identificar las reserva territorial y cuáles son los productos que pueden detonar los destinos turísticos en estas entidades. De cualquier forma, es importante precisar que el Programa Nacional de Infraestructura, en el campo del turismo no sólo abarca destinos de sol y playa, ni se enfoca en una región del país en particular. El propósito general es diversificar y consolidar la oferta existente”.
Adicionalmente, se prevén operativos vacacionales y la ejecución de la estrategia "Marca País", que busca mejorar la imagen de México que en 2013 tuvo 23.7 millones de visitantes, que generaron una derrama de casi 14 mil millones de dólares. El trabajo ha comenzado: de forma simbólica se han entregado los recursos para la rehabilitación de 109 calles y la construcción del Malecón Tajamar en Quintana Roo, así como la inauguración del Hotel Nizuc en la ciudad de Cancún.
Turismo y construcción
La relevancia del sector turismo en el país siempre se ha vinculado estratégicamente al sector de la construcción, es evidente la importancia que tiene como detonador de obras de infraestructura (carreteras, caminos, puertos, terminales de transporte y servicios), sin embargo el gran reto que se vislumbra no sólo tiene que ver con la detonación de este tipo de obras que involucran al campo de la arquitectura o la ingeniería, sino con la consolidación de un agenda sustentable donde se procure conservar el medio ambiente y su impacto regional.
No es suficiente construir, es necesario hacerlo con responsabilidad y esto implica un cambio de rumbo para la industria de la construcción. Accederán a estas oportunidades quienes visualicen de manera integral este sector de negocio. Las inversiones prometen convertirse en realidades y con ello, las oportunidades que se presenten considerarán el desarrollo de equipamiento sustentable. Al parecer no hay vuelta atrás y si se quiere incrementar los dividendos de este ingreso nacional, la industria de la construcción debe exigirse mejores y más responsables prácticas constructivas que tomen en cuenta la evolución de materiales, procesos y estrategias ambientales. Ahí el sustento del otro gran andamio de la economía nacional.