El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) es un proyecto de enormes dimensiones y alcances que se construirá en un suelo lacustre donde las condiciones son desfavorables, por lo cual se hace indispensable recurrir a diversas tecnologías que garanticen la estabilidad del terreno. Inclusive, de acuerdo al Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, estos terrenos son de los más complicados para manejarse, ya que si no se elabora un buen diseño de la cimentación, el suelo podría registrar un asentamiento de hasta 60 cm en pocos meses.
Entre las características del subsuelo resalta su componente arcilloso, el cual hace que este sea altamente compresible y de baja resistencia cortante, y a la vez el sitio está sometido a fuertes abatimientos piezométricos los cuales provocan asentamientos regionales. De manera paralela, esta región presenta frecuentes sismos, cuya amplificación se acentúa por la presencia de sedimentos lacustres con espesores que varían en profundidad.