La compañía española, llamada Vortex Bladless, ha propuesto una radical forma de generar energía eólica que podría revolucionar las turbinas de vientos como las conocemos hasta ahora. Su prototipo, llamado Vortex, es una turbina eólica sin turbinas que asemeja un cigarrillo gigante que apunta al cielo y cuenta con las mismas funciones que una turbina de aire convencional.
Anteriormente, la tecnología de los parques eólicos capturaban la energía por medio del movimiento circular de una hélice, y la propuesta actual consiste en toma ventaja de lo que se conoce como vorticidad, es decir un efecto aerodinámico que produce un patrón de vórtices giratorios. Dado que el sistema no tiene ni engranajes, ni rodamientos, ni elementos mecánicos que propicien un desgaste como consecuencia del rozamiento, los ingenieros consiguieron un pequeño dispositivo situado de la mitad para abajo del prototipo, cuyo funcionamiento se basa fundamentalmente en la acción de los imanes.