Los inicios de la prefabricación en México podrían situarse en la cuarta década del siglo XX. Desde ese entonces, ha demostrado ser una gran herramienta para la realización de proyectos que serían más complicados de llevar a cabo mediante la técnica del colado en sitio.
Uno de los personajes más experimentados en este terreno es el ingeniero civil Carlos Galicia Guerrero, director general de Prefamovil, que en diez años ha hecho de su empresa una de las más confiables del mercado nacional.
Construcción y Tecnología en Concreto tuvo la oportunidad de charlar con el ingeniero Galicia Guerrero, en una entrevista que pone de manifiesto lo que sucede actualmente en el mundo de la prefabricación en México y que muestra la personalidad del ingeniero civil egresado del Instituto Politécnico Nacional, quien afirma que su filosofía de vida es prácticamente la misma que su filosofía en el ámbito empresarial.
Múltiples beneficios
El mundo de la prefabricación ha tenido un boom en la industria de la construcción en
los últimos tiempos, y la razón es simple: se trata del método constructivo con más
beneficios dentro de los procesos que
actualmente existen. Resulta sorprendente
la relevancia que ha tomado, ya
que es un hecho que muchas de las
obras de edificación e infraestructura
de los últimos años no podrían haberse
concebido sin el concurso de los
prefabricados.
Así lo establece el entrevistado,
quien enfatiza que es tan grande el crecimiento
de los prefabricados que puede
afirmarse que más del 90 por ciento de
las estructuras o superestructuras se hacen con este tipo de sistemas. Un sector que paulatinamente
está aceptando nuestro trabajo, dice quien fuera presidente de la
Asociación Nacional de Industriales del Presfuerzo y la Prefabricación
(ANI PPAC), es el inmobiliario, “el cual tenía ciertos tabúes
que se han ido desterrando paulatinamente una vez que se han
comprobado las bondades de nuestra técnica. Hoy, vemos que los
prefabricados están en todas partes: estacionamientos, centros
comerciales, estadios, naves industriales, etcétera”.
El ingeniero Galicia Guerrero no duda al destacar algunos de
los beneficios de los prefabricados: “si nos comparamos con el
sistema tradicional, es decir, el colado en sitio, podemos aseverar
que ofrecemos mejores tiempos de ejecución y procesos de
calidad, ya que no es lo mismo que construyas una estructura a
20 metros de altura —donde la supervisión y el control de calidad
es muy escaso— a que la prefabriques en una planta donde los
sistemas de control de calidad son muy altos. Somos, en suma,
una opción muy rentable y competitiva”, afirma.
Transportación
Uno de los aspectos que pudieran
parecer más complejos es
el relativo a la transportación
de las piezas prefabricadas,
muchas de ellas de gran longitud
y peso, en un espacio
tan caótico como la ciudad de
México. El director general
de Prefamovil lo ve de manera
optimista: “yo diría que incluso
en esos casos la prefabricación
tienen grandes beneficios.
Si hablamos del segundo
piso, en el que se utilizan
piezas sobredimensionadas
como las famosas ballenas,
se hace forzoso que la transportación
se haga de noche
y que se utilicen equipos
especializados, pero es algo
excepcional ya que si nos
referimos a la edificación no
hay mayor problema porque
cada una de las piezas se
colocan en una plataforma,
es decir, que no hay restricciones
ni por peso ni por dimensiones.
Es lo mismo que
si movieras un contenedor
de jitomates.
Sólo en el caso de piezas
especiales hay un cierto problema,
pero a pesar de ello
tenemos más ventajas. Imagina
lo que significaría haber
fabricado las columnas del
segundo piso en el mismo sitio,
si tan sólo para realizar la
cimentación profunda necesitan
confinar algunos carriles
y eso provoca un caos vial en
la ciudad. Colar en sitio significa
ruido y contaminación,
y dotar de servicios básicos a
los trabajadores, además del
riesgo inherente al paso de la
gente”, apunta.
Tecnología de primera
Mucha gente podría pensar
que la tecnología relacionada
con los elementos prefabricados
es la misma de hace
muchos años, pero la realidad
es que se va ajustando
conforme a las necesidades
de los nuevos tiempos.
Así lo explica el ingeniero
Galicia Guerrero: “cuando
empezó la prefabricación no
hablábamos de trabes de más
de 20 metros, que hace unas
décadas eran piezas de una
longitud importante; consecuentemente,
los equipos de
transporte y montaje se adecuaban
a dichas dimensiones.
Hoy en día, la industria mueve
piezas de 350, 400 toneladas
y de una mayor longitud. Como
es lógico, la industria se debe
adecuar a las nuevas exigencias
y condiciones del mercado.
Antes no había grúas para
mil toneladas de capacidad, y
ahora hay equipos muy grandes.
La tecnología ha cambiado
y también el transporte,
actualmente es común que
se elaboren elementos de 30
ó 40 metros. Las empresas prefabricadoras nos debemos adecuar a las condiciones actuales
del mercado, y por ello hemos generado plantas móviles para
poder hacer frente a la demanda en toda la República”.
Concretos especiales y algo más
“A los prefabricadores no nos interesa fabricar concreto, sino
transformar este elemento en distintas piezas. Muchas veces
nos vemos obligados a hacer nuestro propio concreto, pero
sucede así porque no encontramos una concretera cercana a
nuestras plantas. Si la tuviéramos, entonces evitaríamos costos
de mantenimiento, así como tener en nuestras instalaciones ollas,
laboratorios y dosificadoras”, dice el especialista.
“Los prefabricadores tampoco podemos estar sujetos a
algún horario específico, debido a que nuestros procesos son
industrializados y tenemos que colar prácticamente todos los días
en los mismos moldes. A ello hay que sumar que necesitamos
concretos de alta resistencia, muy por arriba del estándar, y
por ello nos hemos especializado en fabricar concretos
de 350 a 600 kg/cm2. Tenemos muy buena relación con
las cementeras y la realidad es que sería muy conveniente
para ambas partes llegar a acuerdos
específicos. Los cementos mexicanos son
muy homogéneos y tienen una gran
calidad, de tal manera que
podemos utilizar uno u
otro aunque haya variaciones en algunas características. Estamos ante una
gran área de oportunidad que espero pueda concretarse muy
pronto”, enfatiza el entrevistado.
Prefamovil, en el top ten
de la prefabricación
“Somos una compañía joven con 10 años de experiencia, que
compite contra empresas tienen más de 40 años de vida. Cuando
empezamos esta aventura no había más de 10 empresas prefabricadoras
y hoy hay más de 30, lo cual significa que ha habido un gran
crecimiento por las bondades de este sistema de construcción.
Decir en qué lugar nos ubicamos es complicado, pero yo diría
que estamos entre las primeras diez, merced a nuestra calidad,
servicio y experiencia, características que nos permite participar
en cualquier tipo de obra o reto que se nos presente. La empresa
está conformada en forma directa por 45 personas, todos ellas
con mucha experiencia en el área técnico administrativa. Por otro
lado, en la parte operativa trabajamos con un promedio de 100
trabajadores, aunque en ocasiones la cifra puede llegar a 300,
como ha sucedido en los últimos meses”.
Filosofía personal y empresarial
“Siempre he buscado la congruencia entre lo que pienso y lo
que hago, lo mismo en mi vida personal que en la empresarial.
Me preocupo por lo que pasa en mi país y busco la manera de
ayudar a la gente. Estoy convencido de que la prefabricación le
puede brindar muchos beneficios a la humanidad, por ejemplo en el caso de los desastres
naturales. Si pudiéramos hacer
módulos prefabricados
podríamos solventar un sismo,
una inundación u otras
eventualidades.
La preocupación de la
compañía también se dirige
la sustentabilidad, por lo que
ahora estamos investigando
y estamos en un proyecto
experimental para combinar
el uso de la basura con el
concreto, y aplicarlo en banquetas,
bancas, adoquines o
fuentes públicas.
Le dedico el tiempo necesario
a mi empresa, pero
busco un equilibrio entre
mi familia y la empresa, y
para ello es muy importante
la división de funciones y la
participación de mi hermano,
el arquitecto Marco Antonio
Galicia Guerrero, que además
funge como mi socio y
es el responsable de la parte
operativa.
Las expectativas de la
prefabricación son magníficas,
existen grandes retos y tengo
mucho optimismo de que
nuestra empresa y el sector
en general crezcan de manera
importante. En los países
desarrollados como Japón,
Estados Unidos o Alemania,
el porcentaje de los elementos
prefabricados de todo tipo
(aluminio, madera) alcanza
el 92%. En México estamos
rezagados porque solamente
se utiliza un 5%, pero esto,
lejos de verlo pesimistamente,
nos debe dejar ver que hay un
área de oportunidad enorme
que seguramente vamos a
aprovechar”, concluye.