El empleo de morteros y concretos reforzados con fibras se ha generalizado en las últimas décadas con múltiples e impresionantes aplicaciones. Podría parecer una tecnología novedosa; sin embargo tiene sus antecedentes en la antigüedad, en aquellos primeros constructores que ya se esforzaban para dotar al concreto primitivo de mayor resistencia y durabilidad. No es casual entonces que se afirme por diversas fuentes, que el empleo de las fibras como refuerzo es una invención que data de varios siglos atrás; abarcando distintas formas y con muy diversos materiales.