El déficit de vivienda no es un tema menor: si hace algunos años su construcción registraba cifras cercanas a las 90,000 unidades al año, el déficit ha crecido sostenidamente en cada periodo. El aumento de las necesidades de vivienda supera el ritmo de producción, especialmente para los sectores más desfavorecidos, lo cual lleva a que el sector piense acelerar el ritmo de la construcción incrementando su productividad y eficiencia. Esto se logra mediante un proceso de industrialización.