Uno de los más extraordinarios delanteros en la historia del futbol, el argentino Jorge Valdano, dijo en una ocasión: “Algunos dirán que en futbol sólo interesa ganar y otros, más cándidos, seguiremos pensando que si esto es un espectáculo también importa gustar”. Mucho tiene de razón; ganar o perder, sin duda alguna, da puntos; pero brindar un espectáculo entretenido y dinámico, es otra cosa.
La red de aeropuertos y carreteras son el sustento para el progreso de un país o región; por éstas se mueven personas, productos y servicios que hacen que las diferentes formas de relacionarse entre los seres humanos se vuelvan más expeditas; sin embargo, no siempre los caminos son rectos. Muchas veces, hay que superar los obstáculos que la naturaleza nos pone. En el caso de México, una de las grandes sierras, la Madre Occidental, no obstante ser una de nuestras grandes bellezas naturales, también es un reto, cuando se habla de construir vialidades. Por esta razón El Puente El Carrizo, el segundo más importante dentro de la carretera Mazatlán Durango (el primero es el puente El Baluarte), es nuestro actual tema de portada.
Una de las obras más importantes a nivel mundial, terminada recientemente, es la renovación, ampliación, mantenimiento y operación del Aeropuerto Internacional Reina Alia en Amán, Jordania. Una obra que busca elevar la capacidad de movilidad de pasajeros de 3.5 millones anuales, a nueve. Lo anterior con el fin de solucionar el problema de saturación que tenía lugar, pero además para poder atender las necesidades de crecimiento de ese importante país de Medio Oriente. Por su importancia y por su calidad de diseño y constructiva, presentamos esta grandiosa pieza de arquitectura aeroportuaria como Artículo de Portada, la cual, por cierto, procede creativamente del despacho Foster & Partners.
La sustentabilidad busca dejar de ser un adjetivo para convertirse en sustantivo. La verdadera arquitectura, por ejemplo, no debe denominarse “arquitectura sustentable”. Es arquitectura, ya que, si es de calidad, deberá tener de manera intrínseca, aspectos propios de la sustentabilidad (como pueden ser el ahorro de energía, una buena orientación o el uso de ventilación natural).